Views
5 years ago

110 - D Serrani - Agosto 2018

  • Text
  • Accion
  • Farmacoterapia
  • Serrani
  • Serrani
  • Peso
  • Pacientes
  • Aumento
  • Tratamiento
  • Efectos
  • Obesidad
  • Diabetes
  • Dosis
  • Corporal
Enfermedad mental, sobrepeso, obesidad y su tratamiento. Parte 2. Dr. Daniel Serrani

Dr. Daniel

Dr. Daniel Serrani sidad. Con dietas bajas en calorías se busca la creación de un balance energético negativo para reducir el excedente de triglicéridos existente en el tejido adiposo. Sin embargo, la disminución exclusiva de la grasa alimentaria sin disminuir la ingestión de energía no es suficiente para producir adelgazamiento. La reducción de la grasa junto con los hidratos de carbono en la dieta puede facilitar la disminución de la energía alimentaria (18, 20). Una dieta planificada individualmente para ayudar a crear un déficit diario de 500 a 1 000 kcal deberá ser parte integrante de cualquier programa dirigido a conseguir un adelgazamiento de 0,5-1 kg de peso semanal. Se recomienda que la actividad física forme parte del tratamiento global para la reducción y el mantenimiento de peso porque: 1) contribuye a la disminución de peso en los adultos con sobrepeso y obesidad; 2) puede reducir la grasa abdominal; 3) aumenta la competencia cardiorrespiratoria, y 4) puede ayudar en el mantenimiento del peso perdido. Inicialmente debe animarse al paciente para realizar actividad física durante 30 a 45 minutos, de 3 a 5 días semanales. A largo plazo todos los adultos deberían establecer el objetivo de acumular 30 minutos o más de actividad física de moderada intensidad la mayoría de los días de la semana, incluso preferiblemente todos los días. Se recomienda la combinación de una dieta baja en calorías y un aumento de actividad física porque la reducción de peso que producen puede acompañarse, además, de disminución de la grasa abdominal y de aumento de la competencia cardiorrespiratoria. Figura 1 6 // EDITORIAL SCIENS

Psicofarmacología 18:110, Agosto de 2018 La terapia conductual constituye un complemento útil cuando se incorpora al tratamiento para la reducción y el mantenimiento del peso. Con objeto de tomar las medidas apropiadas para motivar al paciente es necesario que el médico valore su disposición para incorporarse al tratamiento y para ejecutar el plan. Los tratamientos cognitivos comportamentales generalmente incluyen 3 componentes: cambio en la dieta, aumento de la actividad física y técnicas de terapia cognitiva comportamental, tales como fijación de metas, automonitoreo y control de estímulos. Además de la pérdida de peso, el objetivo de las intervenciones es introducir cambios en el comportamiento y estilos de vida que aumenten la probabilidad de perder peso y mantenerlo. Un programa estándar de pérdida de peso incluye 12 a 16 sesiones que cubren estrategias específicas, como registro diario de alimentos y consumo de calorías, evitar desencadenantes para comida no saludable, aumento de la actividad física, obtener apoyos social y familiar y modificación de pensamientos y emociones que se contraponen a la pérdida de peso. Las intervenciones sobre el comportamiento generalmente reducen el peso entre 8% y 10% del peso inicial. Las anteriores medidas para la obesidad deben contemplarse cuando se tienen valores de IMC = 27 kg/m2, mientras que la farmacoterapia debería añadirse con un IMC = 30 kg/ m2 y otras comorbilidades; en tanto que con un IMC ≥ 35 kg/ m2 con comorbilidades o un IMC absoluto ≥ 40 kg/m2 debería contemplarse la posibilidad de una cirugía bariátrica, además de las técnicas de modificación de conducta para reducir la ingesta calórica y aumentar la actividad física, cuando esto fuera posible. Fármacos y obesidad Antidepresivos Los antidepresivos varían considerablemente con respecto a su potencial de aumento de peso a largo plazo. En un reciente metaanálisis Serretti y Mandelli evaluaron el riesgo relativo de aumento de peso asociado a cada uno de los principales antidepresivos (21). La paroxetina es considerada como el ISRS que produce el mayor incremento a largo plazo en el peso corporal, en tanto que la amitriptilina es el más potente inductor de ganancia de peso entre los antidepresivos tricíclicos y mirtazapina es el antidepresivo dual serotoninérgico y noradrenérgico que se asocia con el mayor aumento de peso a largo plazo. Otro antidepresivo tricíclico que se ha asociado con aumento de peso incluye la nortriptilina, mientras que el efecto de la imipramina parece ser neutral. Los ISRS como fluoxetina y sertralina se han asociado con pérdida de peso durante el tratamiento agudo (4-12 semanas) y con efecto neutro sobre el peso en la fase de mantenimiento (>4 meses). Para el citalopram y escitalopram no se pudo observar ningún efecto significativo en el peso corporal. Entre los duales inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina, la venlafaxina y la duloxetina aumentan ligeramente el peso corporal en el tratamiento a largo plazo, aunque los datos para la venlafaxina son escasos. El bupropión inhibe selectivamente la recaptación de la dopamina y, en menor medida, de la noradrenalina. Es el único antidepresivo que regularmente causa pérdida de peso. Originalmente, fue aprobado para tratar la depresión y para inducir el cese del tabaquismo. Durante los ensayos clínicos, se observó que suprimía el apetito y el antojo por alimentos, junto con lo cual disminuyó significativamente el peso corporal (22). En una revisión sistemática reciente solo se pudo demostrar aumento de peso con amitriptilina (1,8 kg) y mirtazapina (1,5 kg), en tanto que se observó pérdida de peso con bupropión (-1.3 kg) y con fluoxetina (-1.3 kg). La evidencia de cambios en el peso asociada con los otros antidepresivos fue de baja calidad. Antipsicóticos Aunque son mejor tolerados que los antipsicóticos más antiguos, muchos de los nuevos agentes antipsicóticos atípicos tienen como efecto colateral frecuente el aumento de peso. Este aumento de peso resulta de interés clínico porque interfiere con el cumplimiento del paciente y tiene consecuencias perjudiciales para la salud en los pacientes que a menudo padecen sobrepeso u obesidad (23). El efecto diferencial de los antipsicóticos atípicos sobre los receptores de histamina (H1), los efectos anticolinérgicos y los efectos antagonistas sobre los receptores de serotonina tipo 2C pueden explicar las diferencias en ganancia de peso entre los diferentes antipsicóticos. Henderson et al. demostraron que la ganancia de peso asociada con la clozapina se prolongó durante 46 meses y se acompañó por un aumento significativo en los niveles de triglicéridos y un aumento de 37% en la incidencia de diabetes mellitus tipo 2 durante un período de 5 años de observación (24). En un ensayo aleatorizado investigando la efectividad de cinco antipsicóticos se encontró que el aumento de peso > 7% desde el inicio de tratamiento se produjo en el 30% de los que tomaban olanzapina, en 16% de los que tomaban quetiapina, en el 14% de los que tomaban risperidona, en el 12% de los que tomaban perfenazina y en el 7% de las personas que tomaban ziprasidone (25). Los pacientes perdieron peso cuando se pasó de la olanzapina a ziprasidona, y esta pérdida de peso se asoció con mejorías en su tolerancia a la glucosa y en el perfil de lípidos. En un ensayo de 6 semanas, doble ciego, los pacientes fueron asignados aleatoriamente para recibir ziprasidona (n=136) u olanzapina (n=133). El peso corporal aumentó significativamente en aquellos que tomaron olanzapina (3,6 kg) en comparación con aquellos que tomaron ziprasidona (1,0 kg) (26). Una revisión de nueve ensayos aleatorizados que comparaban ziprasidona con amisulprida, clozapina, olanzapina, quetiapina y risperidona demostró que ziprasidona produce menos aumento de peso que la olanzapina (5 ensayos controlados aleatorizados; n = 1659; con una diferencia media estimada de -3.82, IC 95% -4.69 a -2.96), quetiapina (2 ensayos controlados aleatorizados; n=754; con un riesgo relativo de 0,45; IC 95% 0,28 a 0.74), o risperidona (3 ensayos controlados aleatorizados; n = 1063; riesgo relativo 0.49; IC 95% 0.33 a 0,74). La ziprasidona también se asoció con menos aumento del colesterol que la olanzapina, quetiapina y risperidona (27). Finalmente, una revisión de EDITORIAL SCIENS // 7

Biblioteca

Av. García del Río 2585 Piso 12 A - C.A.B.A
+54 11 2092 1646 | info@sciens.com.ar

Editorial Sciens, Todos los Derechos Reservados 2015