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24 - L Allegro - Noviembre de 2013

Columna de Ética. Medicina romántica y medicina pragmática

24 - L Allegro - Noviembre de

farmacología cardiovascular 24 | Noviembre de 2013 Columna de Ética Prof. Dr. Luis Allegro Presidente de Honor de la Sociedad de Ética en Medicina, AMA. Miembro del Consejo Académico de Ética en Medicina, Academia Nacional de Medicina. Ex Profesor Titular de Psicopatología y Psiquiatría, Universidad de Rosario. Full Member of the International Psychoanalytic Association. Medicina romántica y medicina pragmática El romanticismo En la primera mitad del siglo XIX aparece la época del romanticismo y del idealismo alemán. Esta corriente filosófica estaba representada especialmente por Fichte, Schelling y Hegel. El romanticismo se desarrolló principalmente en el resto de los países europeos creciendo junto con el empirismo; de aquí partiría posteriormente el positivismo. Para los empiristas ingleses el origen del pensamiento estaba en la percepción sensible. En cambio para Kant, las ideas estaban atrapadas en la estructura de la mente: era como si cada mente tuviese una forma particular de dar forma al pensamiento. El espíritu del hombre estaba por encima de lo individual. Esto daría pie al idealismo alemán: una intuición trascendental aprehendería al espíritu. Fichte señala lo esencial de este espíritu; Schelling, de la belleza, y Hegel, de la razón. El romanticismo desarrolla aspectos totalmente opuestos a los del racionalismo y otorga un prestigio importante, sobre todo lo que tiene que ver con el espíritu aprovechando lo que encuentra en el desarrollo de las ciencias del espíritu y no en las ciencias exactas y las de la naturaleza. Todo lo que es superlativo, inconmensurable e infinito es fuertemente jerarquizado en desmedro especialmente de lo que es cuantitativamente medible. Lo sintético es más importante que lo analítico y la intuición supera a la razón. El agregado de un componente estético es característico de los patrones del enfoque romántico. La búsqueda de la belleza es lo primordial. El romanticismo influyó en las ciencias en general y marcó fuertemente a la medicina. Confiere prioridad a los sentimientos, se desarrolla como un movimiento cultural y político especialmente en Alemania y en el Reino Unido desde el fin del siglo XVIII que es cuando adquiere una fuerza revolucionaria que ataca al racionalismo de la ilustración, al dar prioridad a los sentimientos. Con el romanticismo se termina el juego de las reglas estereotipadas, busca una libertad auténtica. Esto llega a constituir su rasgo revolucionario incuestionable. El romanticismo se jerarquiza como una manera de concebir, sentir y vivir la naturaleza. Se proyecta en las corrientes vanguardistas del siglo XX y en el surrealismo. La medicina romántica Giorgio Comascini hizo un estudio de la medicina romántica describiéndola como una filosofía de vida que lleva al desarrollo de una concepción antropológica de la enfermedad y especialmente de su forma de asistirla. Esta dedicación por parte del médico a su ciencia y a su arte adquiere tal magnitud que se torna un verdadero apostolado cuasi religioso. Novalis describe esto en términos de que tal enfoque romántico es de “naturaleza degradada por el morbo” y que el médico es alguien que al paciente lo libera, lo espiritualiza y lo torna sublime gracias a la enfermedad. La medicina romántica tiene su propia ética. Si un médico es consultado por un paciente que está siendo atendido por otro colega y lo requiere porque desea una segunda opinión, éste por razones éticas no debe atenderlo si no tiene el consentimiento del primero. La medicina pragmática Un concepto predominante en este enfoque es que “la curación se realiza como en un taller de reparaciones”. La perfección de la técnica es la que comanda y exige que el médico tenga un profesional científicamente formado. La tecnología adquiere una importancia relevante. Se desestima aquel criterio que era predominante en los viejos clínicos franceses, en el que el diagnóstico debía surgir del estudio semiológico del paciente, basado en las técnicas de observación, palpación, auscultación y percusión y que, por lo tanto, los datos provenientes del laboratorio y de los demás estudios técnicos (radiografías, electrocardiograma, etc.) tenían importancia para confirmar el diagnóstico surgido del estudio clínico previo. En la medicina pragmática adquieren una gran importancia todos los estudios que la tecnología ofrece actualmente: las radiografías y todas las demás pruebas que arrojan datos objetivos. La práctica médica se hace más impersonal. El médico trabaja en equipo. El equipo médico absorbe toda la responsabilidad tanto del diagnóstico, como del pronóstico, del tratamiento y de los resultados. La historia clínica tiene una gran importancia y pasa de mano en mano, de profesional en profesional, de equipo en equipo médico. Uno de los riesgos es que el paciente se "despersonaliza", porque hay una fuerte tendencia a atender a la enfermedad más que al enfermo como persona. Editorial Sciens | 7

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