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27 - M La Valle - Septiembre 2014

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La angustia en Descartes

27 - M La Valle - Septiembre

Psiquiatría 7:27, Septiembre 2014 La angustia en Descartes Bohvjti!jo!!Eftdbsuft Lic. Marcelo La Valle Licenciado en Psicología Miembro de PAUSA Docente en la Cátedra “Problemas Filosóficos en Psicología” – Facultad de Psicología UBA. Investigador UBACyT: “La satisfacción en la estructura del sujeto”. El mundo previo Una de las características que distinguían al mundo medieval era la idea de límite; se trataba de un mundo encerrado dentro de las esferas celestes del sistema ptolemaico. Allí, el hombre se encontraba seguro, esta limitación le brindaba tranquilidad. Citaremos algunos antecedentes que desembocan en la modernidad y en la manera en que el hombre comienza a tomar un lugar. Se descubre América en 1492 y con ello la redondez de la tierra que “flotaba”, por lo tanto, de una manera misteriosa. En 1543, Nicolás Copérnico, astrónomo polaco, escribe Acerca de las revoluciones de los cuerpos celestes; allí propone que el sol es una estrella fija, alrededor de la cual giran los planetas (entre ellos la Tierra). En 1609 Galileo construye el primer telescopio; con el demuestra por primera vez la teoría copernicana con pruebas directas y de observación.También en 1609 Johannes Kepler publica Astronomía nova, describiendo las órbitas elípticas de los planetas. Más tarde aparecería Newton con su Teoría de la gravitación universal, aunque este descubrimiento es poscartesiano (1687) Comienza a cuestionarse la metafísica aristotélica y el modelo ptolemaico del universo que se sostenía hasta el momento. El espacio ordenado (la tierra, debajo los infiernos) y finito, se convierte en homogéneo (los lugares pierden su cualidad diferencial) e infinito. Tenemos a partir de este momento un espacio matemático y geométrico. Galileo, como seguidor de Copérnico sienta las bases de la ciencia moderna, no procede solo por deducción y teoría sino que da lugar al experimento. Argumenta como necesaria la confianza en la razón matemática; su idea es que no se podrá leer el Universo si no conocemos primero el lenguaje en el que está escrito. En su Saggiatore (1623) Galileo escribía lo siguiente: "La Naturaleza está escrita en lenguaje matemático". Surge así en el siglo XVII una actitud optimista respecto de la razón, esta será el motor de la filosofía cartesiana. En Descartes la razón matemática llega a su máximo momento de desarrollo en el Discurso del Método (1637), que luego será fundamentado metafísicamente por las Meditaciones Metafísicas (1641). Esta razón encuentra su contrapeso en la fuerte corriente escéptica que se presenta,desde un poco antes del siglo XVII, con Montaigne. Descartes retoma de Montaigne muchísimos argumentos escépticos con la idea de llevar a cabo dentro de su propia obra esta pelea entre el optimismo de la razón geométrica, que quiere imponerse, y el pesimismo del escepticismo. Montaigne, en su Apología de Raimundo de Sabunde, defiende la separación de razón y fe y propone unas tesis escépticas extraordinarias acerca de la razón. Su intención es mostrar la endeblez de la razón humana y la arrogancia del hombre al colocarse por encima de todo a partir de ella. Descartes había leído a Montaigne y deber realizar un esfuerzo extraordinario para superar sus objeciones, que se sintetizan en la radical insuficiencia de la razón: solo Dios y la fe nos enseñan la verdad. Montaigne argumenta que en toda la filosofía no hay una sola proposición que no haya sido debatida y discutida. Allí empalma la empresa cartesiana: alcanzar una verdad cierta e indubitable. El comienzo de la filosofía cartesiana está dado, en primer lugar, por la admisión de este escepticismo como instrumento necesario para la purificación de una razón que puede ser demasiado indulgente consigo misma. Las meditaciones metafísicas En la filosofía no hay nada que no haya sido objeto de disputa, y es esto lo que no puede soportar, lo dudoso. El conocimiento ha de ser absolutamente seguro o ha de abandonarse. Descartes se propone, así, terminar con ese estado de cosas y fundar el saber sobre bases sólidas. Cuando Descartes escribe las Meditaciones Metafísicas ya había escrito su Discurso del Método y también La Dióptrica (estudios sobre el comportamiento de la luz). Por un lado, Las Meditaciones Metafísicas apuntan a fundamentar metafísicamente el método cartesiano, dando un fundamento que llegue hasta la raíz misma de las cosas. Lo fundamental de su método consiste en el orden, ciertas reglas para la dirección de la mente o el espíritu para la adquisición del conocimiento. Esto lo podemos asemejar al buen camino para acceder a la sabiduría. Por otro lado, es posible pensar las Meditaciones como un movimiento que inicia la modernidad hacia el Yo, se trata del descubrimiento del sujeto de un modo sistematizado. Veamos el modo en que Descartes llega a ese punto indubitable, que será la base de todo su sistema: soy una cosa que piensa. En la primera meditación comienza a enumerar las cosas que pueden ponerse en duda. Se propone a sí mismo deshacerse de todas las opiniones que había admitido hasta el momento con el objeto de partir desde cero, desde los fundamentos. La intención es establecer algo firme y constante, que sea el punto de apoyo de las ciencias. De este modo, cuestiona todo prejuicio que pudiera traer de una educación anterior y no admite como verdadero nada sin la menor ocasión de ponerlo en duda. Todo el pasado encierra al menos una enseñanza: debemos cuidarnos del error; por lo tanto la revisión estará guiada por la duda. EDITORIAL SCIENS // 13

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