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30 - L Allegro Mayo de 2015

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Columna de Ética Algunas reflexiones éticas sobre la relación médicopaciente

30 - L Allegro Mayo de

farmacología cardiovascular 30 | Mayo de 2015 Columna de Ética Prof. Dr. Luis Allegro Presidente de Honor de la Sociedad de Ética en Medicina, AMA. Miembro del Consejo Académico de Ética en Medicina, Academia Nacional de Medicina. Ex Profesor Titular de Psicopatología y Psiquiatría, Universidad de Rosario. Full Member of the International Psychoanalytic Association. Algunas reflexiones éticas sobre la relación médicopaciente Ha habido un cambio importante en el trato que actualmente se establece entre el paciente y el médico. Uno es el tuteo recíproco, y el otro es que el paciente llama a su médico por su nombre de pila a diferencia de antes, cuando la costumbre era denominarlo "Doctor" (Dr. Rodríguez, Dr. Pérez, etc.). A mediados del siglo pasado el trato que recibía el médico por parte de su paciente, era de "doctor", y con este título el médico era recibido en todos los ambientes en los que se manejaba y se vinculaba. El diálogo se continuaba, por parte del paciente con el “usted” referido al médico y el verbo en tercera persona, y por parte del médico hacia el paciente también con el “usted” o con el tuteo dependiendo esto especialmente de las diferencias de edades entre el médico y el enfermo. Esto significaba entonces, que el término doctor era la denominación de una categoría que adquiría un estatuto social importante, cuyo resultado era que el profesional médico fuera distinguido en una forma muy respetada y respetable. Así a la esposa del médico se la llamaba "la señora del doctor...", y la madre era "la madre del doctor…". El "doctor" era un título profesional y social. Y esto ejercía una influencia importante sobre el paciente. Con el tiempo esta modalidad ha ido cambiando y hoy nos hemos ido acostumbrando a que el paciente llame a su médico por su nombre de pila. Así el doctor ha sido reemplazado por el "hola Carlos", u "hola Luis", y muy frecuentemente con el tuteo entre ambos. De este modo, el médico está pasando a ser una persona más del círculo de las relaciones personales del paciente. Esta cuestión no tendría importancia sino afectara a la "relación médico-paciente" y si no tuviera consecuencias en el tratamiento. Recuerdo que un colega me comentó este mismo tema y me aclaró que se lo señaló a su paciente diciéndole: "Es mejor que me diga doctor, porque ese es el rol y la función que es necesario que se cumpla en esta situación de tratamiento". Es obvio que la determinación del rol médico determina el rol del paciente en esa relación y que de este modo se establezca la “relación médico-paciente” que condiciona el tratamiento y le da continencia. Esto significa que es importante que el paciente tenga la noción clara de la función que es necesaria que sea realizada. Naturalmente es muy importante considerar el nivel cultural del paciente y del medio social en el que se desarrolla la función médica. En los niveles socio-culturales más desarrollados esta cuestión pierde importancia. Pero se torna importante, cuando se origina en pacientes cuyo nivel cultural no le permite discriminar entre una relación personal (como si fuera de amigo) y la de médico que está atendiendo la salud. Investidura de la función médica y el juramento hipocrático El Diccionario de la Real Academia Española define el término “investidura” por: 1. f. Acción y efecto de investir, y 2. f. Carácter que se adquiere con la toma de posesión de ciertos cargos o dignidades. Podemos decir que el acto del Juramento Hipocrático es el que “inviste” con el “cargo y la dignidad” de la función del médico, que es la de “curar” (que significa “cuidar”) la salud del enfermo. Para que se comprenda mejor esto, se puede comparar con la investidura de un sacerdote. Hay una prenda sacerdotal que cumple esta función: la estola (que es una franja de tela) cuyo uso otorga la investidura sacerdotal. Si el religioso no tiene colocada la estola, es un “ser humano”; pero si la tiene colocada es un “sacerdote”: tiene la investidura sacerdotal como representante de todo lo que significa la creencia religiosa. La investidura médica otorgada por el Juramento Hipocrático significa a la vez un privilegio y un compromiso que se actualiza en la relación médico-paciente. Por lo tanto, es importante que el médico cuide (“cuidar” como “curar”) su investidura profesional procurando que - aunque se de la apelación por su nombre de pila- toda su práctica se realice respetando la investidura médica. Editorial Sciens | 5

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