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36 - MNC Derito - Junio 2019

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CLASIFICACIÓN DE LAS PSICOSIS HIPOCONDRÍACAS. Parte 1

Figura 6 Figura 7 12 //

Figura 6 Figura 7 12 // EDITORIAL SCIENS

Psiquiatría N° 36 | Junio 2019 llevar al paciente a la muerte. Creen estas dominados por una enfermedad corporal grave, vivida con intensa angustia, sentimiento de desgracia personal, sin posibilidades de futuro. Se creen perdidos y sin esperanzas. No creen que puedan recuperarse y se culpan a sí mismos de su estado, diciendo que si hubieran seguido las indicaciones del médico, su cuerpo no habría enfermado. Cuando este cuadro se injerta en la melancolía endógena, podemos hablar de Melancolía Hipocondríaca. El Yo corporal como estrato constitutivo del YO Karl Kleist, continuador del trabajo de Wernicke, adscripto al localizacionismo también analiza las instancias que componen el Yo, biológicamente considerado. El Yo estaría compuesto por varios estratos, cada estrato correspondería a un circuito funcional conformando las distintas categorías del Yo. Estrato inferior: Yo emocional y Yo instintivo. Estrato intermedio: Yo corporal (sensaciones internas). Estrato superior: Yo social y Yo superior (principios éticos que hacen posible la convivencia humana, finalmente la inserción consciente del Yo en un orden universal o religioso). Para Kleist cada categoría del Yo tiene un lado sensorial (sentimientos, impulsos, sensaciones corporales), y un lado motor (movimientos reactivos, instintivos, expresivos y volitivos). Por otro lado considera los rendimientos del Yo, que dependen por un lado de las características personales y del otro de los temperamentos o sea el “biotono” de las diferentes áreas del Yo. Así hablamos de temperamentos afectivos, hipomaníacos, impulsivos, flemáticos, pobres de impulso. También toma en cuenta que cada temperamento está influido por el estado somático, de las autosensaciones y de la calidez de la convivencia social y de la vivencia religiosa. Todo lo considerado conformaría el Yo comprendido en sí mismo de cada persona, con sus individualidades y sus generalidades. Para Kleist las sensaciones corporales anormales se dividen en: • Homónomas: son aquellas que por su estructura y cualidad vivencial son semejantes a las sensaciones de enfermedades corporales conocidas (dolor, ardor, frío, calor, etc.). • Heterónomas: son los fenómenos cualitativamente nuevos y corresponden a aquellos síntomas no asignados por Kleist a la psique normal. Leonhard deja traducir en su libro sobre las psicosis endógenas, una noción de lo hipocondríaco usada muy ampliamente. Indica por un lado la queja por temores por el bienestar corporal, y por el otro la existencia de sensaciones corporales anormales (Leonhard, 1995). Las sensaciones corporales anormales son cuantitativamente y cualitativamente diferentes a las sensaciones corporales normales, por lo tanto no pueden ser descriptas con exactitud. Los pacientes para detallarlas utilizan comparaciones o metáforas en general absurdas, de las cuales se desprende que las sensaciones corporales anormales poseen un carácter enteramente propio. En Leonhard encontramos las psicosis hipocondríacas puras, y las psicosis que tienen en su complejo sintomático sensaciones corporales anormales, pero como síntomas satélites a la esencia de la enfermedad. Así tendríamos según la clasificación de este autor: (Figura 6). Hay cuadros psicóticos agudos y crónicos, que presentan un complejo sintomático polimorfo, dentro del cual pueden exhibir sensaciones corporales anormales como síntomas satélites, pero no son psicosis hipocondríacas puras (Figura 7). Glatzel, tomando el concepto de Kleist de 1921, define los trastornos de los sentimientos corporales, según se pueda dividir a los síntomas corporales en: Homónomos: son aquellas sensaciones corporales que por su estructura y cualidad vivencial son semejantes a los de enfermedades corporales conocidas. Heterónomos: son aquellos sentimientos corporales cualitativamente nuevos, que no se asemejan a nada conocido y corresponden a aquellos síntomas asignados por Kleist a la psique anormal. Jules Cotard, neurólogo francés, presentó en París en 1880 un caso de un síndrome al que denominó “Delirio de negación” o bien “Delirio nihilista”, los pacientes tienen la vivencia corporal de que sus órganos han dejado de funcionar, su corazón ya no late, los intestinos se han paralizado, el hígado y los riñones no funcionan, a resultas de todo ello están convencidos de que están muertos, por lo tanto ya no pueden morir y este sufrimiento será eterno. Se acompaña de intensa angustia e inhibición psicomotora, enlentecimiento del pensamiento, voz afónica, monocorde, están todo el día, echados en la cama o en un sillón, no tienen deseos de moverse, se niegan a alimentarse (ya están muertos). Este síndrome se presenta en cuadros neurológicos (demencias), en psicosis endógenas como depresión hipocondríaca, psicosis cicloide, hebefrenias, esquizofrenia cenestopática de Huber. Se ha descripto una lesión en la región temporoparietal izquierda, que podría ser originada por diferentes patologías que afecten esa zona de la corteza cerebral. La esquizofrenia cenestopática, es una entidad nosológica descripta por el psiquiatra Gerd Huber. Observó complejos sintomáticos en los que el síntoma esencial y persistente eran las cenestopatías (sensaciones corporales anormales), el delirio persecutorio que elaboran a partir de las sensaciones corporales erróneas es explicativo y pobre en contenido, pero existe la vivencia de influencia externa (las molestias corporales les fueron provocadas por alguien). Puede haber alucinaciones auditivas, escasas y anecdóticas. Cuadro que evoluciona solapadamente, presentando brotes esporádicos con importante carga afectiva y mayor productividad psicótica, dejando escaso defecto. Por su presentación y evolución no dudó en incluirla como una forma de esquizofrenia y afirmó que no pertenece al grupo de las psicosis hipocondríacas (Huber, 1972); (Huber, 1996). EDITORIAL SCIENS // 13

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