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70 - PR Papaleo - Octubre 2011

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Alteración de la memoria de trabajo en la esquizofrenia

Dr. Pedro Ricardo

Dr. Pedro Ricardo Papaleo FIGURA 4 FIGURA 5 Estudios con neuroimágenes Las anormalidades del cerebro se han identificado en la EQZ, usando técnicas que van desde la neuropatología a las técnicas en neuroimágenes, han implicado múltiples áreas: corteza frontal y temporal, tálamo, hipocampo, ganglios basales y cerebelo. La patología de la enfermedad no es focal, lo cual, junto a la ausencia de un marcador histológico, sugiere que la EQZ puede implicar alteraciones en los circuitos neuronales y en los neurotransmisores. La esquizofrenia sería, por lo tanto, una enfermedad de la conectividad neuronal. Los diversos deterioros en las funciones cognitivas de los EQZ podrían deberse a esta disfunción de la conectividad y de la comunicación en los circuitos neuronales. Es interesante destacar que muchos hallazgos obtenidos mediante PET se encuentran en un todo de acuerdo con los resultados de las evaluaciones neuropsicológicas realizadas a pacientes esquizofrénicos. Los estudios de neurofisiología de imagen muestran un evidente hipoflujo sanguíneo del lóbulo frontal con un hipometabolismo cortical prefrontal. El lóbulo prefrontal jerarquiza los estímulos sensoriales, dándoles el último de los significa- 24 // EDITORIAL SCIENS

Psicofarmacología 11:70, Octubre 2011 dos posibles antes de iniciar una acción. La corteza prefrontal dorsolateral se halla involucrada en los procesos de atención, coordinación de pensamientos, motivación, reconocimiento de emociones, memoria de trabajo y función ejecutiva. Así puede decirse que la afección prefrontal dorsolateral es la principal responsable de los síntomas cognitivos que el paciente esquizofrénico padece. Algunos autores intentaron correlacionar este hallazgo con la hipodopaminergia frontal que presenta el paciente esquizofrénico, la cual se ha vinculado a los síntomas negativos y cognitivos. Los trastornos neurocognitivos Son características fundamentales de la esquizofrenia debido a la frecuencia de su aparición y a su fuerte implicancia en la evolución social y laboral de los pacientes. Se refieren a todos los déficits en la adquisición, el procesamiento y la utilización de la información. Los trastornos neurocognitivos observados más frecuentemente son los déficits en la atención, en la memoria, en el lenguaje y en la función ejecutiva. La investigación sobre los trastornos cognitivos en la esquizofrenia ha crecido inusitadamente de modo tal que muchos investigadores han postulado a dichos trastornos como puntos nodales de la enfermedad. En tal sentido, la psicología cognitiva, con sus avances en la conceptualización del procesamiento mental de la información, los conocimientos sobre las estructuras de la memoria, los modelos de la atención, etc., ha despertado el interés de muchos investigadores por dichos aspectos del funcionamiento mental en los trastornos mentales. La espectacularidad de la sintomatología positiva y las posibilidades terapéuticas de ésta, gracias al uso de medicación antipsicótica, hicieron que los déficits neurocognitivos hayan pasado a un segundo plano durante décadas. El interés actual en estos trastornos deriva principalmente de la observación de que, a pesar de la mejoría sintomatológica, los pacientes siguen teniendo alteraciones en su forma de pensar, de ser, de interpretar la información, que en definitiva serían las manifestaciones fundamentales de la enfermedad. La importancia del estudio de los trastornos neurocognitivos esta basada también en la alta frecuencia de su aparición y su fuerte implicancia en la adaptación de los pacientes en la sociedad. En relación al curso de las alteraciones neurocognitivas hay dos puntos de vista. Uno considera que los déficits cognitivos van progresando a lo largo de la evolución de la enfermedad. El otro punto de vista, mejor sustentado por investigaciones recientes, sostiene que las alteraciones neurocognitivas una vez que comienzan se mantienen estables. Kraepelin había escrito: “En la mayor parte de los casos con un comienzo claramente marcado, por lo general se alcanza un determinado estado terminal, con síntomas inconfundibles de debilitamiento mental, en el curso de 2 o 3 años”. Se ha comprobado que los trastornos neurocognitivos se hallan desde las primeras manifestaciones de la enfermedad, alcanzando durante el estadío crónico de ésta una relativa estabilidad. En una revisión realizada por Green se observó que los trastornos neurocognitivos están asociados con la evolución psicosocial de los pacientes. Sorprendentemente los síntomas positivos no parecen estar correlacionados con la evolución psicosocial de los pacientes. El WCST ha sido considerado como el mejor predictor de la capacidad para trabajar. Es decir que quien pueda resolver bien este test tendría mejores posibilidades de integrarse laboralmente en la sociedad. El estatus cognitivo de los pacientes representa entonces, una de las mejores formas de captar sus capacidades psicosociales potenciales, y sus posibilidades de reinserción y rehabilitación. La memoria de trabajo (working memory) Se trata de un sistema de almacenamiento por el cual una representación mnémica es temporariamente mantenida. Sería la responsable de mantener “en línea” una representación del estímulo cuando éste ya no está en el campo perceptivo y antes de que cualquier respuesta motora sea realizada (ejemplos: retener un número de teléfono por un corto lapso para luego digitarlo, monitorizar el propio discurso). De acuerdo con Baddeley, el concepto de memoria de trabajo es la capacidad de procesamiento requerida para realizar dos tareas al mismo tiempo. Los circuitos neurales implicados en esta función estarían en la corteza prefrontal. La memoria de trabajo se define como un sistema que mantiene y manipula la información de manera temporal, por lo que interviene en importantes procesos cognitivos, como la comprensión del lenguaje, la lectura, el razonamiento, etc. Este modelo fue desarrollado inicialmente por Baddeley y Hitch, pero ha sufrido una reformulación en el año 2000, fragmentando en la actualidad la memoria de trabajo en subcomponentes diferenciados: el bucle fonológico, la agenda visuoespacial, el ejecutivo central y el buffer episódico. De acuerdo con el pensamiento de Goldman- Rakic, entre otros, el mundo percibido depende de un equilibrio entre la estimulación inmediata (actual) y la información pasada e interiorizada. La memoria de trabajo es la que se encargaría de lograr esta “conexión”, dando continuidad témporo-espacial a la experiencia personal. FIGURA 6 Trastornos de la atención Trastornos de la memoria Trastornos de la función cognitiva Alteraciones cognitivas Atención selectiva deficiente Atención sostenida deficiente Tiempo de reacción aumentado Memoria implícita y procedual intactas Memoria de trabajo perturbada Memoria a largo plazo perturbada Dificultades en el razonamiento abstracto Perturbaciones en la planificación Flexibilidad conceptual deficiente EDITORIAL SCIENS // 25

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