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87 - L Allegro - Agosto 2014

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87 - L Allegro - Agosto

Psicofarmacología 14:87, Agosto 2014 Ética Prof. Dr. Luis Allegro Presidente de Honor de la Sociedad de Ética en Medicina, AMA. Miembro del Consejo Académico de Ética en Medicina, Academia Nacional de Medicina. Ex Profesor Titular de Psicopatología y Psiquiatría, Universidad de Rosario. Full Member of the International Psychoanalytic Association. Ética de las actitudes operativas en medicina: el abordaje explicativo y el abordaje comprensivo La relación médico-paciente constituye una experiencia vital insólita por su doble condición: la de ser simétrica en su calidad humana y la de ser asimétrica en su carácter técnico. El médico se ve exigido a efectuar en su tarea, una doble lectura: la de su paciente, en el sentido de lo que a este le acontece, y la de sí mismo, en el sentido de lo que a él le acontece en su tarea con dicho paciente. Esta doble lectura lo obliga a una disociación instrumental por la cual, por una parte observa a su paciente y, por la otra se observa a sí mismo. En su actividad, el médico tiene la posibilidad de adoptar dos actitudes con su paciente: la naturalista o la fenomenológica. Estas dos actitudes pueden ser alternantes, o excluyentes. Algunas especialidades médicas son fuertemente naturalistas y otras inevitablemente fenomenológicas. La operación médica es compleja porque la observación de su paciente se mueve por fases, oscilando entre momentos de captación comprensiva y momentos de elaboración explicativa. El médico trata de "comprender" y "explicarse" el acontecer del paciente: por momentos necesita "comprenderlo" y por momentos necesita "explicarse" su padecimiento. "Comprenderlo" es una acción transitiva, mientras que "explicarse" es una acción reflexiva. En el momento comprensivo, comparte con su paciente la convivencia de ese acontecer patológico, mientras que en el momento reflexivo, el médico teoriza y su mente funciona en lo explicativo. Comprender y explicar son, repito, dos fases que se alternan sucesivamente durante la operación médica. Cada una implica, por parte del médico, una actitud mental diferente: comprensiva una, explicativa la otra. El abordaje explicativo naturalista En el caso de las ciencias naturales –o ciencias de la naturaleza– el científico busca explicaciones que determinen las causas que provocan determinados efectos. La explicación es la puesta en palabras de una relación de causa–efecto. El investigador aborda el estudio de estos fenómenos naturales considerando que los hechos que estudia y maneja están constituidos por elementos que configuran acontecimientos, hechos y fenómenos totalmente ajenos al observador científico que los estudia y maneja. Por ejemplo, un ataque epiléptico (efecto) está ocasionado por una disritmia cerebral (causa). El abordaje naturalista estudia y considera que esta patología es un fenómeno limitado al que lo padece. Esto determina como consecuencia que surjan determinadas operaciones terapéuticas basadas en el esquema de "controlada la causa se resuelve el efecto". El paradigma de este abordaje lo encontramos en las ciencias naturales cuyo mejor ejemplo es la física. El abordaje comprensivo fenomenológico Este otro abordaje es más abarcativo. El estudio del paciente aborda los fenómenos patológicos fuertemente vinculados con la personalidad del paciente y sus relaciones con el medio familiar y social en el cual está inmerso. Es más: tiene muy en cuenta la forma en que el paciente se relaciona con el médico y especialmente el vínculo que establecen. Trata de comprender la patología en sus relaciones con toda esta trama. El afecto y la empatía que está en juego en ese sistema de relaciones, y especialmente en la relación médicopaciente, adquiere una particular importancia. Este abordaje hace que estos factores entren a cumplir una función terapéutica. En el ejemplo del ataque epiléptico un estudio más abarcativo generalmente muestra que esa patología se presenta en una personalidad acompañante que tiene características funcionales que están relacionadas con dicho ataque. Lo que suele verse es que el ataque epiléptico se presenta en una "personalidad epileptoide" cuyo funcionamiento psíquico se caracteriza por oscilaciones que van de la bradipsiquia (lentitud mental) a la taquipsíquia (rapidez mental). Cada uno de estos momentos produce consecuencias acordes. La bradipsiquia se caracteriza por provocar lentitud y una "pegajosidad" en la relación entre el paciente y su interlocutor que produce, casi inevitablemente, un conflicto. Por otra parte, la taquipsiquia que es la consecuencia de la lentitud anterior, se expresa con ataques verbales o personales que llevan a consecuencias sociales. Con esta problemática, el médico, para cumplir mejor su función necesita comprender al paciente abarcando el tratamiento específico del control de las convulsiones y agregar un cuidado adecuado de su comportamiento en el manejo de sus relaciones familiares y profesionales. Además, prestar una especial atención y cuidado en la relación de empatía entre el médico y el paciente. EDITORIAL SCIENS // 5

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