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C4 - LM Zieher

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La conciencia moral como parte de la consciencia y su procesamiento cognitivo

LM

LM Zieher // Neurociencia. De la neurona a la mente. que llora) implica un alto grado de control cognitivo. El infanticidio, en cambio, es de bajo nivel cognitivo y menor activación de la CCA y DLPFC con bajo RT. También en los procesos difíciles de evaluar se activan la parte inferior de los lóbulos parietales y la ínsula anterior (IA) asociada con las emociones, sentimientos y juzgamientos morales específicos, personales y dificultosos que involucran actos considerados moralmente repugnantes en condiciones normales (crying baby). La CCA interviene en la detección del conflicto (que se correlaciona con la activación de la PFC). La DLPFC se activa cuando el dilema moral es dificultoso y a consecuencia de la activación de la CCA para evaluar un control cognitivo en la toma de decisiones, lo que involucra un RT mayor de: 1 s en los rápidos y de 5-10 s en los largos. Procesos neuronales involucrados en las respuestas empáticas y su neuromodulación La empatía nos permite compartir la emoción, el dolor y la sensación de otros (véase capítulo de Teoría de la mente, en este mismo volumen). El modelo percepciónacción de la empatía establece que la observación o la imaginación de otra persona en un estado emocional particular activa automáticamente una representación de dicho estado en el observador. En estudios de imágenes se presenta evidencia de una activación común tanto del que experimenta como del observador, en las experiencias de disgusto, toque o dolor sea que se experimenten en uno mismo o cuando se perciben dichos sentimientos en los otros. Así, los estudios de empatía en dolor muestran que la activación observada en IA, corteza fronto-ínsular (FI) y CCA al dolor en uno mismo se ve también cuando se observa dolor en otra persona, indicando que los sistemas neurales subyacentes a los estados emocionales y corporales (self-feeling) son los mismos que subyacen en el procesamiento de nuestras habilidades empáticas. ¿Cómo se influencian estas propiedades en tanto queremos o no a quién experimenta el dolor? Se utilizó un modelo de juego económico (dilema del prisionero) para inducir agrado o antipatía a dos jugadores (actores) confederados que juegan de manera honrada o innoble un juego secuencial con los sujetos experimentales (hombres o mujeres). El “sujeto” es siempre quien mueve primero, pudiendo confiar (fair) en el otro jugador (enviándole dinero) o desconfiar (unfair) y guardarse el dinero. A su vez, los actores confederados (que mueven en segundo lugar) pueden elegir entre una respuesta noble (devolviendo mucho dinero) o innoble (devolviendo muy poco). Los sujetos experimentales perciben la honradez o no de los actores confederados y tanto hombres como mujeres ven a los jugadores nobles como más “honrados, agradables, queribles y atractivos” que los que responden con estrategias no honradas (utilizando escalas psicológicas ad hoc). Cuando los actores “queridos” o los “indeseables” fueron sometidos a estímulos dolorosos en sus manos, se registró con RMNf las áreas AI, FI y CCA de los sujetos observadores en tren de caracterizar sus respuestas empáticas al dolor ajeno. Se predecía que las respuestas empáticas al dolor en esas áreas cerebrales aparecerían al compartir el dolor de los jugadores nobles, pero dicha actividad se reduciría observando el dolor en la persona que jugó anteriormente de manera innoble y que esta reducción se acompañaría de un aumento en la actividad de las áreas cerebrales involucradas en los procesos de 84

LM Zieher // La conciencia moral como parte de la consciencia y su procesamiento cognitivo recompensa como el estriado ventral y el NAC indicando satisfacción por el castigo del otro dado su comportamiento social innoble. Las áreas cerebrales del pain network (redes del dolor) incrementaron su actividad en los sujetos experimentales que sufrieron dolor (IA bilateral y CCA) en ambos géneros extendiéndose a la corteza FI y al tallo cerebral. La CCA solo mostró significativo aumento de su actividad en mujeres con mayores puntajes en las escalas de empatía. Al investigar el grado de respuestas empáticas en función de la nobleza (fairness) percibida en los otros, se observó en las áreas FI bilaterales midiendo picos de activación en voxels: menor actividad empática al dolor experimentado por los jugadores innobles y marcadas diferencias entre los sexos de los sujetos observadores. Así, en mujeres la reducción en la actividad fue escasa, mientras que en los hombres no se activaron estas áreas FI cuando el dolor era experimentado por los jugadores innobles. En los hombres las diferencias en la activación empática ante el dolor de los jugadores nobles vs. innobles fue muy significativa, no siendo significativas las diferencias entre las mujeres. Cuando se compararon las activaciones de las áreas de recompensa cerebral (estriado ventral/NAC) se observó gran activación del estriado ventral izquierdo/NAC en los hombres (no en las mujeres) al observar a los jugadores innobles experimentando dolor junto con la activación correspondiente de la OFC. Al comparar la activación de estas últimas áreas con una escala compuesta de “venganza” aplicada a los sujetos experimentales (posexperimento) se observó que los hombres expresan un mayor deseo de venganza que las mujeres (P>0,05), es decir, las mujeres perdonan más. Los que puntearon más alto en la escala de venganza activaron proporcionalmente (análisis de regresión) más el NAC al percibir al jugador innoble un estímulo doloroso. Esto marca evidencias neurobiológicas sobre cómo la nobleza en las interacciones sociales determina la naturaleza de los vínculos afectivos entre la gente. La cooperación nutre este vínculo, pero las conductas egoístas perjudiciales a los otros, comprometen este vínculo empático (por lo menos, en los varones) dado que las respuestas empáticas del cerebro fueron disminuidas o abolidas. Estos resultados sugieren un fundamento neural para las preferencias sociales, sugiriendo que las personas valoran los logros de los otros positivamente si perciben que esas personas actúan correctamente, pero los logros de los otros se aprecian negativamente si sus conductas son innobles o incorrectas. También indican que la gente prefiere cooperar con oponentes nobles y prefiere el castigo de los adversarios de conducta innoble. Siendo estas conductas más marcadas en los hombres (quizás dependiendo del modelo experimental) esto marca, quizás, el rol predominante de los hombres en el mantenimiento de la justicia y el castigo a la violación de las normas en la sociedad humana. Quizás también el rol maternante de la mujer fundamental en el apego madre-hijo influencia la capacidad de “venganza” que es menor entre las mujeres que entre los hombres, por lo menos, en las evaluaciones neurobiológicas de las conductas de los otros. La mujer “condena” menos, o su capacidad para perdonar es mayor. Quizás también el rol diferente entre los EDITORIAL SCIENS 85

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