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C5 - D Cohen

Teoría de la mente: un paradigma para unir la brecha entre la neurona y la mente

LM Zieher //

LM Zieher // Neurociencia. De la neurona a la mente. correlacionan la actividad de la IA con la capacidad psicológica de conocimiento, percatación y conciencia, todas ellas propiedades fundamentales que integran la ToM (Craig, 2009). La IA operaría para lograr estas funciones en conjunto con el sistema límbico formando un agrupamiento funcional tal como ocurre con el sistema sensorio motor. Craig señala que la activación de la IA se extiende (derrama) hacia el opérculo frontal y el giro frontal inferior abarcando las ya reiteradas neuronas VEN. La IA parece también relacionarse con la empatía, ya que la observación del dolor infligido a un ser querido, activa dicha región. La función de la IA como centro de procesamiento de estados viscerales, estímulos dolorosos, táctiles y homeostáticos ofrece un marco interesante para considerar la actividad de los circuitos IA-ACC como regiones favorecedoras de la construcción de una representación abstracta del self, construcción crucial para el desarrollo ToM. La importancia de procesamientos emocionales favorecidos por el circuito IA-CCA tales como disgusto, amor, enojo, temor, activación del deseo sexual, amor maternal, sentimiento de injusticia, inequidad, exclusión social y empatía entre otros, pone de relieve la importancia de esta estructura para las propiedades de la ToM ya que abarcan el nivel individual y se proyectan al nivel social. Craig considera que un circuito que abarca la IA bilateral, la CCA, el hipotálamo y la amígdala conforman un sistema para captar saliencias emocionales. Existe otros circuito de control ejecutivo mediado por la CPFDL y áreas parietales, ambos mediarían propiedades cognitivas y emocionales para el procesamiento de la ToM. Finalmente y muy importante es la capacidad que los autores anglosajones denominan awareness, es la capacidad de percatarse acerca de algo, de tomar conocimiento y consciencia, una definición operativa del término podría ser acertadamente de acuerdo con Craig (2009) como la noción de la propia existencia el sentimiento de ‘’yo soy’’; un organismo debe ser capaz de experimentar su propia existencia como ser sensible antes de poder sentir la existencia y saliencia de algo ‘’no yo’’ en el mundo externo. Una propuesta, aplicable a ToM sostiene la necesidad de considerar la propia existencia primero, segundo la representación de otro (ToM) y tercero, muy importante, una representación mental emocional de la interrelación entre el self y el objeto en el momento inmediato actual, la cual constituye el bloque constructivo de la mente como propiedad emergente de la relación cerebro/mente al menos en nuestra especie. Como señala Damasio en su trabajo Self comes to mind (Damasio, 2010), existe un “self neuronal’’ primitivo que en forma inherente crea una perspectiva subjetiva “personal’’ que diferencia aquello externo respecto de lo interno. Ya que los sentimientos internos que subyacen la representación del self como ser sensible son solo accesibles desde el propio cerebro y, por lo tanto, tienen un componente subjetivo. Craig (2009) propone un conocimiento reflexivo acerca del self, a lo largo del tiempo (perspectiva diacrónica) que puede comparar los efectos de nuestras acciones en el momento presente, representa una forma de conciencia reflexiva que permite comparar los efectos de nuestras acciones en el momento actual, en el pasado y en el futuro, resulta como necesarias para la evolución de señales sociales (interacciones emocionales intencionales entre individuos). Craig observa esta capacidad como un nivel de orden superior que provee el 108

D Cohen // Teoría de la mente: un paradigma para unir la brecha entre la neurona y la mente marco introspectivo de subjetividad. Estos procesos configuran aquellos que señalé como central en ToM: capacidad para reconocer los propios deseos, sentimientos, fantasías, pensamientos y considerarlas presentes en los otros, pero a la vez con cierto grado de diferencia con la propias capacidades. En síntesis, los datos estudiados brindan evidencias sólidas para considerar las bases anatómicas de la IA como una capacidad fundamental del sapiens para tener conocimiento de sí mismo, de los otros y del entorno, brindando un maravilloso ejemplo de la emergencia mental del procesamiento cerebral. ToM y organizaciones psicopatológicas ToM y esquizofrenia El grupo de pacientes con predominio de síntomas negativos o de desorganización son los que puntúan más bajo en las tares de evaluación de ToM, debido a la dificultad de representarse estados mentales en sí mismos o en los otros. Los pacientes con predominio de síntomas paranoides también reciben bajo puntaje debido a la dificultad para representar estados mentales e intencionales en los otros. En la EQ las dificultades en la ToM serían marcadores de rasgo antes que de estado ya que perduran en las fases de remisión y serían independientes de las alteraciones cognitivas del desorden ya establecidas en la clínica y la literatura. Resulta posible que las alteraciones cognitivas representen una condición necesaria, pero no suficiente para las dificultades en la mentalización reportadas en la EQ ya que la capacidad para mentalizar forma los bloques constructivos de la cognición social. Más allá de esta cuestión, se considera que la población de pacientes con “riesgo genético” para EQ fallan en ciertas tareas de evaluación de ToM, excepto el test de la “mirada en la mente” (Baron Cohen et al., 1995). Los pacientes EQ, a diferencia de lo que ocurre con aquellos con desorden del espectro autista que muestran una incapacidad para leer la mente de los otros, presentan alteraciones por excesiva atribución hacia los otros (delirios) o bien aplican los conocimientos que provee la ToM de manera errónea o sesgada. ToM y ASD De acuerdo con el investigador británico S. Baron Cohen, el autista no tiene ToM (aunque esta afirmación actualmente puede resultar exagerada), padecería de un estado permanente de “ceguera mental”, es decir, una dificultad para “imputar estados mentales a los otros’’. Esta es la respuesta más humana a la pregunta que se hicieron los investigadores Premack y Woodfrud acerca de una ToM en el chimpancé. Baron Cohen caracterizó a grandes rasgos en su trabajo de 1985 las peculiaridades y dificultades de los pacientes autistas, consideró: 1) el autista padece una dificultad profunda para comprender el mundo social más allá del coeficiente intelectual (CI; 2) incapacidad de concebir el juego como una situación que simula la realidad, pero no es tal realidad; 3) síntomas adicionales: retraso mental; “islas de habilidades especiales”; rigidez y estereotipia conductual y 4) mayor frecuencia en el sexo masculino respecto del femenino en una proporción de 4:1 respectivamente. El investigador inglés consideró la deficiencia en la ToM y en la lectura de la EDITORIAL SCIENS 109

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