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De la neurona a la mente

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Neurociencia. De la neurona a la mente Luis María Zieher

MC Brió //

MC Brió // Psicopatología y neurodesarrollo en niños y adultos con autismo sugirieron que el desorden puede estar asociado en cambios en la velocidad de las curvas de desarrollo. Dos estudios longitudinales examinaron por RMN los volúmenes cerebrales a los 2 años de edad y los relacionaron con la circunferencia cefálica (CC) en el nacimiento y en los primeros años de vida. Estos trabajos, detectaron que mientras la CC era normal al nacer o por debajo de lo normal, el crecimiento cerebral experimentaba una rápida aceleración, tanto en la sustancia blanca como en la gris en los niños que serían diagnosticados posteriormente como autistas (Courchesne et al., 2003, Hazlett et al., 2005). El mismo fenómeno se encontró en los volúmenes amigdalinos, lo que se asoció con déficits en la cognición social como la inadecuada atención conjunta que experimentan estos ninos (Mosconi et al., 2009). Por otro lado, en la ESQ de inicio temprano, se observó un incremento en la velocidad de la pérdida de materia gris cortical durante la adolescencia, evaluada a través de estudios longitudinales con neuroimágenes (Gotgay, 2008). Esta curva de velocidad puede rectificarse en regiones parietales, pero persiste en regiones frontotemporales conduciendo a patrones de déficits encontrados en la ESQ de individuos adultos. 3. Modificaciones en la forma que sigue la trayectoria del desarrollo Existen variadas patologías que muestran características que se alejan del desarrollo típico, como son los síndromes vinculados con moderada y grave discapacidad intelectual. Un ejemplo es el síndrome de Down, donde aparecen trayectorias desviadas especialmente en el cerebelo, lóbulos frontales asociadas a trayectorias intactas en los ganglios basales y el tálamo. ¿Cómo evaluar los trastornos del neurodesarrollo? El crecimiento y el desarrollo, ambos interdependientes, se inician en el periodo embrionario y fetal y concluyen en la adolescencia tardía (Chun, 2016). Aproximadamente uno de diez niños tiene deterioros en el neurodesarrollo, los que se manifiestan por trastornos en la cognición, el procesamiento auditivo, la visión, la conducta, el lenguaje, la atención, las habilidades motoras y el sueño. Las investigaciones epidemiológicas de estos tipos de trastornos revelaron tres tendencias principales. Primero, la prevalencia de los trastornos del neurodesarrollo varían ampliamente en sus ubicaciones geográficas, siendo esta más alta en países con bajos ingresos (5,3 a 24,4 por 1000 niños) que en aquellos con salarios más altos (2 a 4,5 por 1000 niños). Segundo, los niños afectados tienen mayor severidad de sus patologías en los países de más bajos ingresos y tercero, mayor variabilidad en sus diagnósticos (Fernandes et al., 2014). El desarrollo de las funciones del sistema nervioso central en su interacción con el ambiente genera conductas tendientes a la adaptación del individuo a su entorno. Las herramientas utilizadas son variadas e incluyen la medición del crecimiento físico, ya que el factor nutricional incide en desarrollo. El cerebro humano y los órganos sensoriales, especialmente el auditivo, son muy sensibles al daño, por lo que es importante determinar si durante la vida intrauterina el niño estuvo expuesto a factores ambientales deletéreos. Plomo, mercurio, pesticidas y malnutrición son algunos de ellos (Flores Huerta, 2013). Las pruebas de monitoreo que se utilicen EDITORIAL SCIENS 37

LM Zieher // Neurociencia. De la neurona a la mente. deben estar estandarizadas en cuanto a edad y sexo, deben contemplar el entorno cultural y socioeconómico, ser sencillas para ser utilizadas en las visitas al pediatra y tener buena especificidad (que la prueba negativa se corresponda con un niño que no tiene alteraciones del desarrollo). La identificación temprana de los problemas del neurodesarrollo implican la integración del niño a programas interdisciplinarios de evaluación, diagnóstico y tratamiento (Romo Pardo, 2013). Se comprobó que los niños que reciben intervenciones tempranas presentan a largo plazo mejor desempeño escolar, menor índice de criminalidad y mayores probabilidades de obtener empleo en la vida adulta (Hamilton, 2006). La Asociación Americana de Pediatría (APA) aconseja la aplicación sistemática de las pruebas de monitoreo en momentos claves del desarrollo, es decir, a los 9, 18 y 30 meses. Estas pruebas identifican a los individuos con trastornos del neurodesarrollo en una población aparentemente sana, establece el riesgo o la sospecha. pero no define el diagnóstico (Ridz, 2005). Las evaluaciones iniciales epidemiológicas deben validarse con otro tipo de pruebas como neuroimágenes o estudios EEG para llegar a una conclusión diagnóstica más precisa. Conclusiones La identificación temprana de los trastornos del neurodesarrollo depende de los cuidados primarios en medicina, y es responsabilidad de los profesionales en el amplio campo de la pediatría. La investigación de los estadios del desarrollo debe ser incorporada en toda visita preventiva que hace el niño al consultorio del pediatra, especialmente en edades que van desde el nacimiento hasta los 3 años. El cerebro humano presenta una prolongada maduración, con diferentes tipos celulares, estructuras y circuitos neurales que muestran distintas trayectorias de desarrollo que subyacen a los cambios dinámicos observados a lo largo de la vida. La maduración de estructuras corticales y el establecimiento de su conectividad son procesos críticos que sostienen el funcionamiento cognitivo y conductual. Durante mucho tiempo, el desarrollo posnatal de las funciones psicológicas fue estudiado en forma independiente de los sustratos neurales subyacentes. Por un lado, los psicólogos presentaban teorías sobre el desarrollo cognitivo, perceptivo y lingüístico y los neurocientifícos investigaban la estructura y química cerebral en humanos y en otras especies. Actualmente, las técnicas de imágenes tanto estructurales como funcionales, las evaluaciones de los efectos del daño cerebral adquirido y de las experiencias tempranas atípicas colaboran al aportar evidencias que mejoran la comprensión de los mecanismos del desarrollo del SNC. Por otro lado, la evaluación de las trayectorias que sigue el desarrollo del SNC, contribuyen con el armado de diferentes escenarios que capturan el dinamismo y la complejidad de los procesos. La identificación temprana de problemas del neurodesarrollo debe conducir a otro tipo de evaluaciones diagnósticas, estrategias terapéuticas e intervenciones adecuadas que mejoren el pronóstico de los niños con trastornos del neurodesarrollo y el bienestar de sus familias. 38

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