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Farmacología Cardiovascular 15

Publicación independiente de Farmacología y Fisiopatología cardiovascular aplicada.

farmacología

farmacología cardiovascular 15 | Marzo de 2012 el efecto vasoconstrictor es mayor (29). En cuanto al dolor de pecho asociado al consumo de cocaína existe evidencia con un estudio controlado y aleatorizado con 27 pacientes jóvenes sin historia de enfermedad cardiovascular con angina relacionada al consumo de cocaína, observando un alivio sintomático mayor con nitroglicerina y lorazepam que con lorazepam sólo, sin evidenciar efectos adversos (30). 2. Antagonistas de canales de calcio: Tanto los bloqueantes de canales de calcio dihidropiridínicos como los no dihidropiridínicos han sido utilizados en pacientes cocainómanos. Al bloquear el canal L de calcio producen efecto vasodilatador coronario directo. Nitrendipina aumentó la supervivencia en ratas sometidas a cocaína, y Negus (16) informó más tarde la reversión de la vasoconstricción inducida por cocaína con la administración intravenosa de verapamilo. 3. Controversia acerca del uso de los bloqueantes beta adrenérgicos en pacientes cocainómanos: Existe un debate permanente en este aspecto en pacientes con signos de isquemia coronaria. Algunos autores creen que deberían evitarse por completo ya que acentuarían el vasoespasmo inducido por cocaína sobre la base fisiopatológica del efecto adrenérgico sin oposición y sobre la evidencia de un estudio doble ciego, aleatorizado, controlado con placebo (31). En este estudio, 30 pacientes voluntarios que se sometieron a un cateterismo cardíaco por dolor precordial, y fueron aleatorizados a la administración tópica intranasal de cocaína o solución salina seguida de propranolol intracoronario o placebo. Luego de la administración intracoronaria de propranolol se observó empeoramiento del vasoespasmo con aumento de la resistencia vascular coronaria. Una alternativa válida desde el punto de vista fisiopatológico sería el labetalol, que tiene efecto bloqueante tanto alfa como beta, pero se demostró que no reduce el vasoespasmo inducido por cocaína (32). Un importante estudio demostró que las tasas de mortalidad para los pacientes con IAM asociado a cocaína son bajos y por lo tanto el beneficio habitual de los beta bloqueantes se puede perder (33). De todos modos otros autores hacen hincapié en la importancia del efecto antiarrítmico y antiisquémico de los betabloqueantes en el síndrome coronario. Hay pocos datos clínicos sobre el uso precoz de beta bloqueantes en pacientes con isquemia coronaria y consumo de cocaína: En un estudio retrospectivo de 348 pacientes isquémicos con una prueba de orina positiva para cocaína, el uso de beta bloqueantes se asoció con una reducción significativa en la incidencia de infarto de miocardio (34). Las guías americanas de síndromes coronarios agudos recomiendan evitar los betabloqueantes en pacientes cocainómanos por el riesgo de exacerbar el vasoespasmo (35), sin embargo, la evidencia es controvertida y hace falta más evidencia para consensuar una conducta. Conclusiones En nuestro país el consumo de cocaína ha comenzado a ser un problema frecuente en la práctica cardiológica. Definimos cardiotoxicidad por cocaína como un gran conjunto de efectos nocivos, dados por efectos adrenérgicos, sobre canales de membrana y sobre la agregación plaquetaria. Definimos efectos agudos, provocados por aumento del tono vascular como vasoespasmo coronario y cerebral, infarto de miocardio, arritmias, y crónicos por consumo reiterado que provoca miocarditis y deterioro en la función ventricular. El tratamiento en la intoxicación aguda así como la prevención para evitar las recaídas, son un importante desafío médico y social. Referencias bibliográficas 1. 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Metodología de la investigación Hechos, problemas e hipótesis Prof. Dr. Alberto Carli Prof. Consulto Adjunto. Facultad Medicina, Universidad de Buenos Aires (UBA). Dr. en Medicina. Magíster Scientiae en Metodología de la Investigación. Sec. de Ciencia y Tecnología Universidad Nacional de Luján. Prof. Lic. Esp. Beatriz Kennel Prof. de Enseñanza. Lic. en Psicología. Docente Adscripta, Facultad Medicina, Universidad de Buenos Aires (UBA). Especialista en Psicología c/o Docencia e Investigación. Las tres categorías con las que titulamos este artículo intentan sintetizar los temas que todo investigador científico deberá tener claro en el momento en que inicie su trabajo. Entiéndase que hemos dicho investigador científico y esto implica ciertas condiciones, la primera de las cuales es ser portador de un bagaje teórico con el que se desarrolla su tarea. Cuando hablamos de hechos tiene que quedar claro que no todos los hechos de los que estamos rodeados están a nuestro alcance. Existe un infinito número de ellos que nos pasan desapercibidos, que no forman parte de nuestra realidad, entendiendo por tal a la construcción simbólico-cultural que somos capaces de construir. La simple afirmación “esa pared se mueve”, dicha en una reunión, dará lugar a varias posiciones. Por un lado estarán aquellos que piensen que estamos bajo los efectos de algún alucinógeno, otros que entenderán que es cierto en relación con el movimiento general del planeta, otros que pensarán en la móvil relación atómica que determina la condición de sólida de esa pared, otros que existe un movimiento imperceptible propio de la estructura flexible necesaria para que no se derrumbe. Como se entenderá, en todas esas consideraciones estarán en juego diferentes posiciones teóricas. Es decir que cuando decimos “hecho” estamos hablando de aquello que podemos referir. La etimología de re-ferir significa “abrir de nuevo”. “Re”, de nuevo y “ferir”, herir, recordar que la “f” del español antiguo devino en la “h” de nuestro idioma contemporáneo. El significado de “herida”, entre otros, es “abrir la carne”. Cuando “referimos” estamos “re-abriendo” de manera simbólica aquello de nuestro interés, pero que sólo será de nuestro interés si tenemos herramientas formales, teóricas, que nos lo permitan. Como comprenderá el lector, el mundo al que accede un investigador científico estará en relación con el bagaje teórico del que es portador. Referir un “infarto agudo de miocardio” tendrá diferentes connotaciones para un lego que para un médico. Una vez definido ese mundo, esa realidad, al que el investigador puede tener acceso será posible, sólo posible, que realice investigaciones. Investigaciones que comienzan en el momento en que encuentra que existen aspectos que le despiertan su curiosidad al no encontrar justificaciones en la teoría con la que cuenta. ¿Qué es lo que hace un niño cuando no entiende algo? Pregunta. Lo mismo hace un investigador. Hace preguntasproblemas. Tanto más diversas y más numerosas cuanto más conocimientos teóricos posea. Y éste es un momento clave en la realización de una investigación. Con frecuencia nos encontramos frente a científicos desorientados frente a las preguntas que los agobian. Y aquí es donde deberemos recordar que las preguntas deben tener condiciones de cientificidad, resumidas en la regla mnemotécnica FINER. Una pregunta científica deberá ser poseedora de cinco condiciones irrenunciables. Deberá ser factible, interesante, novedosa, ética y relevante. Factible: la etimología es clara, facto es hecho y able, capaz de, con lo cual nos queda que será factible aquello capaz de ser llevado a los hechos y ésta es una condición obligatoria y necesaria de la ciencia, que se ocupa de hechos concretos, pasibles de su corroboración fáctica. Interesante: este aspecto relacionado con las condiciones de realización de una investigación. Todo investigador tiene una comunidad de pertenencia, una institución en la que trabaja, y esto debe ser tenido en cuenta. Se debe investigar lo que es de interés del investigador pero también del de su comunidad científica y la institución en la que desarrolla su 20 | Editorial Sciens

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