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Farmacología Cardiovascular 24

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Publicación independiente de Farmacología y Fisiopatología cardiovascular aplicada.

Metodología de la

Metodología de la investigación Historia de la investigación médica Dr. Alberto Carli Prof. Consulto Adjunto, Cátedra de Metodología de la Investigación, Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires (UBA). Médico. Doctor en Medicina. Magister Scientiae en Metodología de la Investigación. albertojcarli@yahoo.com.ar Dra. Beatriz Kennel Prof. de Enseñanza, Docente Adscripta, Cátedra de Metodología de la Investigación, Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires (UBA). Psicóloga. Espec. en Psicología c/o Docencia e Investigación, Dra. por la Universidad de Buenos Aires (UBA). El acto médico lleva en sí mismo una actitud de investigación. El médico en su propia labor profesional investiga. ¿Qué es investigar? Investigare se corresponde con la idea de “buscar vestigios” esto es, huellas con las que develar los problemas de interés. Investigar es algo de lo humano. La Medicina y la Ciencia son emergentes de la Cultura humana. De qué manera la Medicina se encuentra en el contexto de la Ciencia es un tema acerca del cual podremos hacer algunas aclaraciones. Se entiende como científica toda disciplina con un objeto propio, técnicas propias y un lenguaje matematizado. En el caso de la Medicina su objeto ha ido modificándose con los tiempos. Cabe preguntarse hoy si el objeto de nuestro interés como médicos es la Salud, la Enfermedad, el complejo Salud- Enfermedad, u otro complejo en el cual encontramos ideas polares como Prevención- Salud- Enfermedad y Curación. El solo enunciado de la condición humana, que con sus componentes bio-psico-sociales muestra la dificultad en función de los múltiples marcos teóricos concurrentes, hace a la definición de ese objeto y la dificultan, no siendo este tema motivo de este trabajo. Con respecto a las técnicas es cotidiano el uso de aquellas que le son propias por lo que nos parece redundante su abordaje. Hablar de un lenguaje matematizado ha sido origen de un sinnúmero de malos entendidos. Se piensa que ese uso implica un lenguaje matemático destinado a garantizar las condiciones de cientificidad exigidas. Y se comete un error. La matemática es uno de los lenguajes matematizados. Matematizado significa que usa matemas, símbolos con un significado fruto de acuerdos y consensos de la comunidad científica, alejados de las confusiones del lenguaje cotidiano. Cuando alguien escribe H2O, se hable la lengua materna que se hable, la comunidad entenderá que se está mencionando “agua”. Cuando alguien observa un ECG debe entender que éste también se expresa en un lenguaje matematizado, es decir que usa signos que tienen un definido significado para el que lo lee y que, a la vez, es portador del código que le permite su comprensión sin recurrir al lenguaje cotidiano. Podríamos hablar del carácter literal de ese lenguaje esto es que usa símbolos que deben ser tomados literalmente, sin prestar atención a lo que designen, con un uso ciego con lo que se asegura su transmisibilidad integral. Esta necesaria introducción la hacemos a los efectos de poder abordar una cierta historia de lo que entendemos por investigación médica. Se habla de la Medicina como una actividad que reconoce antecedentes milenarios mientras que la Ciencia, tal como la conocemos en la actualidad, tiene una historia más cercana, propia de sus orígenes en un capitalismo pujante, necesitado de soluciones eficaces para los problemas de la realidad concreta o virtual en que se desarrollaba. Se reconocen actividades médicas, esto es atención de pacientes, en el marco de sociedades con diferentes tipos de organización. Las acciones médicas llevadas adelante en el marco de una estructura social de tipo tribal fueron y son diferentes de aquellas en las que el pensamiento se muestra con un vuelco en el que se ha verificado el reconocimiento de la alteridad y la razón, con una estructura coherente y no contradictoria. Y en éstas, distintas de las ocurridas en sociedades con una fuerte influencia del pensamiento religioso, con intereses concretos en el Bien y el Mal propio de la Edad Media, enmarcado en uno de los Grandes Relatos: el Cristianismo. Los últimos veinte siglos han estado entretejidos con los Grandes Relatos: el Cristianismo, el Iluminismo, el Capitalismo y el Marxismo. El derrumbe de esos mega-relatos, con sus construcciones y reconstrucciones totalizadoras, caracteriza lo que se conoce como Postmodernismo. Para una epigénesis del conocimiento hemos de recurrir a las ideas de un pensador estadounidense del Siglo XIX, Charles Spencer Peirce, que la planteó al publicar sus Modos de fijación de las creencias. Según Peirce existirían cinco modos: el Biológico o de la 18 | Editorial Sciens

farmacología cardiovascular 24 | Noviembre de 2013 Tenacidad, el Comunitario o de la Autoridad, el Metafísico o de la Reflexión, el de la Opinión Pública y el Eficaz o de la Ciencia. A nuestros fines obviaremos el Biológico, por ser del orden de lo individual y no mediado por un otro, y el de la Opinión Pública por no ser útil a nuestros fines. El Conocimiento Comunitario implica y exige la aparición de alguna forma de lenguaje para ser, por un lado, interiorizado y transformado en pensamiento y, por otro, exteriorizado y transformado en palabra. En esta forma de conocimiento lo que predomina es el impulso social, es el grupo el que decide acerca de nuestras creencias. Creemos lo que otros individuos investidos de alguna autoridad nos transmiten. Las enfermedades bien pueden ser consideradas fenómenos atribuidos a la ira de los dioses. Así Homero al comienzo de la Ilíada refiere que Apolo castiga a los griegos con sus flechas, la epidemia y dice: …y ardían muchas piras de difuntos… Los santuarios, como el de Esculapio, fueron las primeras instituciones dedicadas a la Medicina, con enfermos que acudían al templo a pasar la noche para que, en sueños, se les aparecieran las deidades que les indicaban el remedio para sus males. En excavaciones arqueológicas se encontraron representaciones de los órganos afectados por el mal. La creación de formas jurídicas de organización social superiores tales como las ciudades estados en la Grecia del Siglo V aC fue contemporánea a la aparición de un pensamiento coherente y no contradictorio propio de la Filosofía. Es lo que Peirce denomina Conocimiento Metafísico. En esta Época, que denominaremos Antigua, diferenciaremos a Platón, pensando al sujeto humano en una posición de contemplación y el mundo como reflejo de la perfección divina, de Aristóteles con un volcarse al mundo y a la Naturaleza. Así aparece una visión de la salud y la enfermedad más del orden de lo natural con el surgimiento de escuelas de Medicina famosas como la de la isla de Cos con Hipócrates que llega a decir sobre lo que hoy llamamos epilepsia que “no es menos ni más sagrada que otras, si no que tiene una causa natural que le dio su origen como las otras afecciones. La gente considera divina su naturaleza y su causa por ignorancia y asombro, porque no es semejante a otras enfermedades, y esta idea de su carácter divino es consecuencia de su incapacidad para comprenderla”. Estas escuelas de Medicina basaban su trabajo en la cuidadosa observación y experimentación con potenciales métodos y modos de curación. Por supuesto que lo que llamamos “experimentación” no guardaba las condiciones que conocemos en la actualidad y pensamos que más bien se caracterizaban por una forma un poco más elaborada del ensayo y error. De manera taxativa se manifestaban contra la superstición y trataban de relacionar causas y efectos, si para en este tipo de construcciones hipotéticas ya advertía Aristóteles en su libro “Poética”: “Homero enseñó sobre todo a los demás (poetas) a contar mentiras como es debido. Esto es, a emplear el paralogismo. Piensan, en efecto, los hombres que cuando un hecho es seguido por otro al producirse uno se produce el otro, si el segundo existe, también existe o se produce el primero. Pero esto es un error”. La Academia de Platón duró nueve siglos con lo que su influencia llegó hasta el Siglo IV de la Era Cristiana. En ese mismo Siglo el Emperador Constantino adoptó al cristianismo como la religión oficial del Imperio Romano. Ambos hechos los mencionamos para entender sus efectos en lo que se denomina Edad Media y su correlato con el pensamiento occidental. Ya Galeno (130-200 dC) había recopilado las páginas de los maestros de la Medicina, sobre todo a Hipócrates a quien instaló en la idea de ser el Padre de la Medicina. El cristianismo se transformó en el contexto espiritual de la época, girando sus temas e intereses alrededor del hombre y Dios, el Bien y el Mal, con los padres de la Iglesia volcados a rescatar en los textos antiguos la Palabra de Dios. Con un San Agustín (354-430 dC) hablando del hombre interiorizado, en la búsqueda de las verdades eternas dentro de su alma. Con Santo Tomás “cristianizando” los textos antiguos y diferenciando las verdades de la fe de las de la razón. La manera en que se pensaban los problemas de la Salud y la Enfermedad tenía que ver con ese contexto. Enfermedades consideradas como el accionar demoníaco, pestes asumidas como castigos divinos fueron moneda corriente en ese largo período. Un período que, no obstante, permite rescatar a pensadores que mostraron toda una tradición revisionista del pensamiento aristotélico: Robert Grosseteste (1168-1253), Francis Bacon (1214-1253), Duns Scoto (1265-1308) y Guillermo de Occam (1280-1349), por nombrar a los más destacados mostrando como la evolución histórica no es lineal sino que se va delineando con avances y retrocesos, tanteos con los que la especie intenta encontrar su absoluto. Antes hablábamos de Galeno de quien se dice que alcanzó a disecar algunos cadáveres humanos pero que hizo su mayor experiencia trabajando en animales dadas las prohibiciones al respecto. Con lo que la anatomía galénica fue la que primó hasta el siglo XVI en que nace Vesalio (1514-1564) quien publicó en 1543 su De Humanis Corporis Fabrica y abandonó su carrera académica para dedicarse a ser médico de Editorial Sciens | 19

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