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Imágenes de la Psiquiatría Latinoamericana

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Visión panorámica de la psiquiatría en nuestra Patria Grande. Enmarcada por las actividades investigativas y educacionales en la región de múltiples instituciones de la psiquiatría y la salud mental.

Pautas Clínicas. Esta

Pautas Clínicas. Esta sección, la más voluminosa de la GLADP, también incluye las Anotaciones Latinoamericanas que acompañan a un sustancial número de trastornos mentales para mejorar su aplicabilidad a las poblaciones latinoamericanas. También está incluido un grupo de Síndromes Culturales Latinoamericanos que representan formas particulares de dolencia y de requerir apoyo social. Los Apéndices de la GLADP incluyen un caso clínico ilustrativo utilizando un formato facilitador de su uso, una lista de condiciones físicas prevalentes extraídas de otros capítulos de la CIE-10, un diccionario lexicológico, y una serie de propuestas diagnósticas para sistemas diagnósticos futuros. Actividades de implementación, docencia e investigación con la GLADP La difusión y docencia con la GLADP se han visto facilitadas por la distribución de sustanciales números de ejemplares impresos a través de múltiples eventos educacionales tras su publicación en 2004. También de gran ayuda ha sido la disponibilidad de la GLADP en las páginas WEB de la Asociación Psiquiátrica Mexicana (APM) www.eomm.com.mx/apal2010, Ministerio de Salud Pública de Cuba (INFOMED) www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/desastres/ guia_latinoamerticana_diagn_psiq_gladp. pdf, Asociación Psiquiátrica Latinoamericana (APAL) www.apalweb.org, World Psychiatric Association (WPA) www.wpanet. org, entre otras. Esto ha permitido que muchas sociedades psiquiátricas nacionales y profesionales individuales hayan podido bajarlas sin costo alguno. En línea con esto, se estima que la Clasificación CIE-10 está más disponible a través de la GLADP que de la edición original de la Organización Mundial de la Salud que se agotó hace mucho tiempo. Paralelamente a la confección de la Guía y tras su publicación se han desarrollado actividades de docencia, investigación e implementación pertinentes a sus objetivos (Saavedra, 2008; Villaseñor, Mezzich et al, 2006). La GLADP ha sido tema de presentaciones en múltiples foros nacionales e internacionales, incluyendo Congresos Latinoamericanos y Mundiales de Psiquiatría (Yokohama 2002, Cairo 2005, Praga 2008, Buenos Aires 2011) así como publicaciones en prestigiosas revistas y libros de texto internacionales (Berganza, Mezzich, Otero et al, 2001; Mezzich, Otero et al, 2000; Mezzich y Berganza, 2005; Mezzich, Kleinman et al, 1996; Otero, Berganza, 2009; Otero, 1994; Villaseñor, Mezzich et al, 2006). Revisión de la GLADP Como consecuencia del trabajo con la GLADP y del contexto internacional en que se ha desarrollado, se hizo evidente que para cumplir a cabalidad con los objetivos trazados no era suficiente producir y publicar la edición original sino revisarla periódicamente. Tres desarrollos delinearon el momento propicio para emprender la revisión de la GLADP. • El proceso de revisión y renovación que se está conduciendo con los principales manuales usados en nuestra región, a saber la CIE 10 (OMS 1992), DSM IV (APA, 1994), y GC 3 (Otero, Ravelo et al, 2000)). • La agudización del cuestionamiento crítico al que tradicionalmente ha sido sometido cuanto sistema de ordenamiento taxonómico haya existido, tanto por sus insuficiencias propias (Alonso, 2007; Berganza, 2009), como por sus variadas versiones EDITORIAL SCIENS 25

egionales en China (Lee, 1996), Cuba (Otero, Ravelo et al, 2000), Estados Unidos de América (American Psychiatric Association, 1994; comentada por Acosta Nodal, 1985), Latinoamérica (Asociación Psiquiátrica de América Latina, 2004), o por la rigidez de pretender “que una única vestimenta resulte adecuada para personas de todas las tallas y en todas las regiones y circunstancias del mundo.” (Alonso, 2007; Berganza, 2009; Otero, 2009; Galindo, 2009). No se trata de volver a la situación caótica de clasificaciones aisladas, sino de atender realidades y necesidades locales mediante ordenadas adaptaciones nacionales o regionales de un estándar internacional, tal como ya ocurre con respecto a la totalidad de la CIE-10 a través de versiones nacionales de USA, Canadá, y Australia (Saavedra, Otero y Mezzich, 2010). • En tercer lugar está uno de los dilemas paradigmáticos más importantes sobre la salud en el momento actual. Debiera la atención a la salud estar focalizada en la enfermedad, que en la práctica frecuentemente reduce al paciente a un portador de trastornos (Heath, 2005), o estar centrada en la totalidad de la persona a través de un paradigma que promueva una psiquiatría (Mezzich, 2007) y una medicina (Mezzich, Snaedal et al, 2010) de la persona (considerando tanto los aspectos mórbidos como los positivos de la salud), para la persona (asistiéndole a lograr el cumplimiento de su proyecto vital), por la persona (con los clínicos desplegándose como seres humanos científicamente competentes y con elevadas aspiraciones éticas), y con la persona (en respetuosa y empoderante relación con la persona que busca atención clínica). En otras palabras, debiéramos prestar atención a la unidad biológica, psicológica, social y espiritual, con autonomía y dignidad, qué es la persona, ¿o tan solo a su parte enferma? La posibilidad de responder creativamente, científicamente y éticamente a tales dilemas fundamentales se facilita con la disponibilidad de versiones regionales flexibles e innovativas. Revisando las bases del diagnóstico El dilema paradigmático mencionado arriba se proyecta también al diagnóstico, dada la posición crucial de este concepto y actividad en la atención clínica. El historiador y filósofo de la medicina Pedro Laín Entralgo (1982) distingue entre solamente la identificación de enfermedades (diagnóstico nosológico) y el entendimiento de lo que pasa en el cuerpo y la mente de la persona que busca atención clínica (diagnóstico completo). En línea con ello, podemos distinguir los dos siguientes conceptos fundamentales del diagnóstico médico: 1. El diagnóstico centrado en el trastorno, que subyace a la mayoría de sistemas diagnósticos actuales (por ej., CIE-10, DSM-IV) y puede tomar en cuenta las influencias que factores individuales y sociales ejercen en la aparición, manifestaciones y curso de las enfermedades, pero que en la práctica les confiere mucho menos importancia que a las características intrínsecas y presumiblemente generalizables de la noxa diagnosticada. Esta aproximación implícitamente excluye de la atención clínica a las acciones de prevención y promoción de salud y sitúa al sujeto tratado como simple portador de un órgano o sistema enfermo al cual queda reducido, lo cual es científicamente limitado y éticamente inaceptable. 2. El diagnóstico centrado en la persona, como la orientación paradigmática de la 26

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