Views
5 years ago

Imágenes de la Psiquiatría Latinoamericana

  • Text
  • Mental
  • Mentales
  • Latinoamericana
  • Latinoamerica
  • Mezzich
  • Imagenes
Visión panorámica de la psiquiatría en nuestra Patria Grande. Enmarcada por las actividades investigativas y educacionales en la región de múltiples instituciones de la psiquiatría y la salud mental.

simbólicos, tanto

simbólicos, tanto ritualizados como cognitivos. Bibeau y colaboradores (Corin et al., 1992; Bibeau, 1994; Corin, Bibeau & Uchoa, 1993; Bibeau & Corin, 1994; Corin, 1994; Bibeau, 1997) han propuesto, considerando este complejo de procesos culturales y sociales, un sistema de signos, significados y prácticas (S/smp). En este marco de referencia, para los elementos que deberían ser tomados en cuenta en la construcción de un acercamiento a la salud mental culturalmente sensible y enraizada en la comunidad, hay un grupo particular de prácticas sociales que puede ser denominado como “las prácticas de salud mental”. Ellas pueden ser comprendidas solo como un denso entretejido con signos y significados incorporados en las narrativas populares y en las que forman una parte importante de las prácticas discursivas. Las narrativas son sensores de la matriz representacional que, simbólicamente, apoyan los comportamientos y las prácticas de la gente. Los comportamientos de los actores son considerados como prácticas con sentido que se desarrollan en la interfase entre la inhibición estructural, los marcadores simbólicos y los procesos sociales (Bibeau, 1997). La aproximación propuesta por nosotros parte de dos premisas metodológicas. Primero, las expectativas, juicios y reacciones de la gente son guiados por un gran conjunto de valores y normas asociados con cada posición relativa del actor en la escena local, social y política, la que puede variar de acuerdo con los sucesos y circunstancias. Segundo, con el fin de reconocer los casos, la gente no necesariamente funciona identificando categorías netas de pensamiento, sino más bien a la razón, y se comporta sobre la base de analogías percibidas, paralelismo y continuidad entre los casos, más o menos de acuerdo con una variedad de criterios precisos. De este modo, como lo indicado por Mezzich & Almeida Filho (1994), la categorización que guía la acción hacia el reconocimiento de la enfermedad mental recurriría más a un modelo de prototipo que a una clasificación jerárquica de categorías mutuamente exclusivas y estables. En esta perspectiva, los signos y síntomas no son la correlación directa de procesos de enfermedades subyacentes; éstas pueden ser vistas, también, como metáforas personales y colectivas que condensan redes distintas de significado con profunda trascendencia cultural. Entregando las condiciones a través de las cuales ciertas señales conductuales y corporales son transformadas en síntomas significativos de aflicción, el modo prevaleciente de vida en una sociedad constituye la manera mediante la cual los individuos perciben y expresan las situaciones de malestar y bienestar. No obstante, aquí queda un amplio terreno para la crítica. Tal concepción de las condiciones y modos de vida puede ser contrastada críticamente con otras aproximaciones, cuyas nociones, tales como la verdad y el ente, jugarán un papel mayor que la divagación de la vida diaria. Uno de los efectos no interaccionales de cualquier aproximación pragmática podría ser una “textualización” de los procesos de la vida que sirve muy bien a los productores del conocimiento, aún si es, supuestamente, por el bien o la emancipación de la gente. Para convertirla en una herramienta transdisciplinaria efectiva, se debe reflexionar también sobre los componentes éticos y políticos de esta visión. Avances en la teoría de “el modo de vida EDITORIAL SCIENS 55

y la salud mental” son muy necesarios para acercarse a los efectos determinantes de los procesos en la salud mental individual y colectiva desde un punto de vista etnoepidemiológico. Como un paso preliminar, una aproximación etnoepidemiológica a la compleja relación inequidades sociales, modo de vida y salud psíquica exige una semiología (investigación de señales) y una práctica de los procesos de salud mental, enfermedad y su cuidado. Particularmente en relación con la investigación psiquiátrica transcultural, el acercamiento etnológico puede ayudar a las estrategias de investigación híbrida, con el de fin de superar parte de la distancia con la realidad inherente a diseños de investigación más estructurados. En esta perspectiva metodológica integrada, la práctica de una consulta científica es lo que permite superar las relaciones “descontextualizadas”, “desocializadas” y “desactualizadas” de la ciencia con su propósito. Esto es particularmente importante en el campo de la salud mental, donde la noción de objetividad es altamente problemática, de manera tal que la investigación en este campo involucra percepciones, sentimientos y juicios acerca de episodios, procesos, valores, intereses, representaciones y modelos explicativos. Caso 1: estudio etnoepidemiológico de determinantes en la salud mental El primer tipo de investigación etnoepidemiológica puede ser ilustrado con un ejemplo de un estudio de salud mental muy estructurado, multicéntrico, que combina un diseño epidemiológico seleccionado transversalmente con una interpretación antropológica de los significados de los factores de riesgo. Entre 1990 y 1993, uno de nosotros coordinó una encuesta de morbilidad multicéntrica en áreas urbanas de Brasil, que evolucionó a un estudio de control de casos (Almeida-Filho, 1998) de determinantes socioculturales de las condiciones no-psicóticas seleccionadas (trastornos de ansiedad, fobias, somatización y depresión). Una muestra representativa de 6.470 adultos fue investigada para detectar la presencia de la psicopatología con una submuestra seleccionada (N=836) para entrevistas de diagnóstico psiquiátrico. Examinadores y examinados no tenían ninguna información previa sobre los resultados o sobre el estatus de la investigación. Las entrevistas diagnósticas incluyeron, básicamente, la aplicación de una versión brasileña del DS- MIII. Una cuenta más detallada de los métodos de encuesta puede ser encontrada en otra publicación (Almeida-Filho et al., 1997). Para el estudio jerarquizado de control de casos, todos los sujetos diagnosticados positivamente en la segunda etapa de las entrevistas como afectados por desórdenes no-psicóticos, y cuyos síntomas habían comenzado dentro de los pasados doce meses, fueron considerados como casos. Los controles fueron seleccionados al azar entre aquellos que, examinados por el equipo diagnóstico, no reunieron ninguno de los criterios diagnósticos y fueron considerados, de este modo, como “libres de enfermedad”. Emparejados por lugar de investigación, más de un control por caso fue tomado en el momento en que fue posible, apuntando a aumentar el poder de la prueba estadística. Las variables independientes del estudio fueron el estatus migratorio —con sujetos clasificados como migrantes (del interior y el exterior de la región) y no migrantes 56

Biblioteca

Av. García del Río 2585 Piso 12 A - C.A.B.A
+54 11 2092 1646 | info@sciens.com.ar

Editorial Sciens, Todos los Derechos Reservados 2015