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Neurobiología de estrés temprano - Capítulo 2 - C Matté y col.

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El ejercicio físico durante el embarazo como modulador positivo del metabolismo fetal. Cristiane Matté, Caroline Peres Klein, Pauline Maciel August y Régis Mateus Hozer

GB Acosta, J Manzanares

GB Acosta, J Manzanares Robles // Neurobiología del estrés temprano. Respuesta del estrés durante la programación de la vida temprana. Además, la descendencia de las ratas ejercitadas mostró un aumento en el número de mitocondrias funcionales y en la actividad del sistema de transporte de electrones mitocondrial en el hipocampo y en la corteza prefrontal. Finalmente, el ejercicio materno protegió a la descendencia frente al daño causado por la inyección de péptidos en el metabolismo mitocondrial, evitando la disminución de la actividad de la enzima alfa-cetoglutarato deshidrogenasa y del contenido de sinaptofisina, considerada un importante marcador de viabilidad sináptica y encontrada bastante disminuida en la enfermedad de Alzheimer. Estos efectos positivos sobre la actividad mitocondrial no se limitan al hipocampo y la corteza prefrontal, como demuestra otro estudio de nuestro laboratorio. La descendencia de ratas que nadaron antes y durante la gestación tiene una mayor biogénesis mitocondrial además de un aumento de las defensas antioxidantes en varias regiones del cerebro a los 7 días de vida (70), lo que demuestra el efecto modulador del ejercicio desde las primeras etapas de la vida postnatal. Estos estudios demuestran la capacidad del ejercicio materno para incrementar la capacidad oxidativa celular en el cerebro, un efecto importante en lo que respecta al desarrollo y funcionamiento del cerebro, además de incrementar las defensas antioxidantes, protegiendo al cerebro del daño de especies reactivas, reforzando el efecto neuroprotector del ejercicio en la descendencia a lo largo de la vida del individuo. Las mejoras epigenéticas se han contemplado como el mecanismo principal de acción del ejercicio físico en la descendencia. En sentido estricto, los cambios en la expresión génica que son dependientes de la metilación del ADN y las modificaciones de histonas, ya se han demostrado con la práctica del ejercicio paterno (71). Se han encontrado cambios en la metilación del ADN de los espermatozoides después del ejercicio físico en ratas y seres humanos (72), que pueden estar asociados con una mejora en las pruebas de memoria espacial y niveles más bajos de metilación en el hipocampo, en un modelo animal en hijos adultos (73, 74). Se ha demostrado que el ejercicio en otros momentos de la vida provoca cambios positivos en la metilación de varios genes implicados en el deterioro cognitivo, la diabetes tipo 2 y otras enfermedades (75). Otra forma de evaluar funcionalmente el desarrollo cerebral en el período posnatal, tanto en humanos como en animales de laboratorio, es analizar los reflejos ontogénicos del recién nacido (76). Se han realizado pocos estudios, preclínicos y clínicos, para evaluar los efectos del ejercicio materno en el desarrollo cerebral de la descendencia. Un estudio intentó evaluar el desarrollo neurológico de la descendencia de ratas que realizaron ejercicios de natación durante el embarazo y demostró que no hubo efectos sobre los parámetros del desarrollo neurológico evaluados en el estudio (77). Sin embargo, este mismo trabajo muestra que las crías de ratas ejercitadas durante la gestación alcanzaron la etapa más madura de movimiento antes que las crías de ratas del grupo control, característica que puede evaluarse observando el comportamiento exploratorio de los animales, demostrando que el ejercicio materno puede afectar funcionalmente al desarrollo neuromotor de la descendencia. También se sabe que la cuestión nutricional tiene gran relevancia en lo que concier- 50

ne al neurodesarrollo de la progenie. Varias investigaciones demuestran los efectos nocivos de los hábitos alimentarios inadecuados durante el embarazo. En este sentido, un estudio que unió el ejercicio físico materno durante el embarazo y el uso de una dieta hipoproteica en el mismo período mostró que la descendencia de ratas que fueron alimentadas con una dieta hipoproteica presentaba un retraso en el neurodesarrollo, mientras que el grupo de madres ejercitadas pudo prevenir este retraso causado por la dieta (78), reforzando el efecto protector del ejercicio. Algunos estudios clínicos buscan evaluar el desarrollo cerebral de los hijos de madres que hicieron ejercicio durante el embarazo. Para demostrar los efectos del ejercicio físico durante el embarazo en el desarrollo motor, un estudio evaluó a mujeres embarazadas que hacían ejercicio antes y durante el embarazo y al evaluar a sus hijos a los 5 años de edad, se encontró que obtenían mejores resultados en la escala de Wechsler para la inteligencia general y mejores habilidades de lenguaje oral que los hijos de madres sedentarias durante el período gestacional (13). Un segundo estudio, realizado por el mismo autor, evaluó el desarrollo neurológico de niños de 1 año de edad, cuyas madres hacían ejercicio durante el embarazo. Se observó que los niños tenían un mejor desarrollo neuromotor, pero mostraron un desarrollo mental, evaluado por la escala de Bayley similar a los niños nacidos de madres que no hicieron ejercicio durante el embarazo (79). En un tercer trabajo, el autor evaluó la conducta motora, a través de las escalas de evaluación del comportamiento neonatal de Brazelton de niños recién nacidos y a los 5 días de edad, hijos de madres que hicieron ejercicio durante al menos tres sesiones de 20 minutos de actividad aeróbica a durante el embarazo. En este estudio se demostró que estos niños se diferenciaban de los del grupo control en cuanto a orientación y autorregulación (80), demostrando que el ejercicio físico de la madre es capaz de afectar el desarrollo cerebral de los niños. Los neonatos nacidos de un embarazo activo también tienen un cerebro más maduro asociado con la discriminación del sonido y la memoria auditiva, identificados a través de una respuesta neuro eléctrica analizada en electroencefalografía (81). En dos revisiones que evalúan la práctica de ejercicio materno en humanos, de los seis estudios analizados, solo uno de ellos no encontró relación de mejora en el neurodesarrollo de la descendencia (82, 83), sin embargo, es necesario valorar cuidadosamente los efectos del ejercicio materno en el desarrollo neuromotor de los niños, ya que en los trabajos clínicos mencionados anteriormente no se observó un control estricto sobre la variable ejercicio, lo que puede enmascarar los resultados. Así, el desafío para las investigaciones clínicas futuras es un mayor control sobre el ejercicio y sus variables, como la intensidad, el volumen, el tipo y también el período gestacional aplicado, para dilucidar mejor los efectos del ejercicio en el neurodesarrollo neonatal. Músculo esquelético Aproximadamente el 40 % de nuestro peso corporal está formado por músculo esquelético. En términos de energía, del 20 al 30 % de nuestro gasto energético en reposo se atribuye a este tejido, y esta proporción se eleva al 90 % cuando hacemos ejercicio. Por tanto, el tejido muscular tiene una influencia directa sobre el metabolismo ener- 51

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