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Neurobiología de estrés temprano - Capítulo 5 - J Manzanares Robles y col.

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Estrés temprano y sus consecuencias en la vida adulta María S. García-Gutiérrez, Francisco Navarrete, Ani Gasparyan, Amaya Austrich Olivares, Jorge Manzanares

GB Acosta, J

GB Acosta, J Manzanares Robles // Neurobiología del estrés temprano. Respuesta del estrés durante la programación de la vida temprana. cho porcentaje asciende a valores del 25 % cuando se evalúa en personas con historia previa de maltrato infantil. En cuanto a la prevalencia del maltrato infantil en edades tempranas, no se han encontrado diferencias entre ambos sexos. Sin embargo, al evaluar la historia previa de maltrato en jóvenes con algún trastorno depresivo, sí se observan diferencias en cuanto al tipo de maltrato, siendo más prevalente el abandono o descuido emocional para los varones y en el caso de las mujeres el abuso emocional (4) y sexual en edades tempranas (5). El estrés en edades tempranas causado por cualquier situación de maltrato también se ha relacionado de manera directa con el suicidio. Diversos estudios han señalado la existencia de una fuerte correlación entre distintos tipos de maltrato en edades tempranas con la conducta suicida en edad adolescente y adulta, tanto en población general como en pacientes diagnosticados con alguna enfermedad psiquiátrica. Se ha observado que el maltrato infantil aumenta el riesgo de suicidio de 2 a 5 veces, siendo el abuso sexual y el emocional las situaciones de maltrato que más predisponen a que el individuo lleve a cabo un intento de suicidio (6, 7). De manera adicional, se ha estudiado la relación existente entre el estrés en edades tempranas producido por el maltrato infantil y el desarrollo posterior de trastornos por uso de sustancias. El maltrato en edades tempranas está estrechamente relacionado con el consumo de alcohol y otras drogas de abuso a edades tempranas, relacionándose con mayores tasas de consumo de alcohol en forma de atracón en la adolescencia, y desarrollo de dependencia en la edad adulta (2). Khosravani y colaboradores (2019) señalan que el maltrato emocional en la infancia, que incluye tanto el abuso emocional como el abandono o descuido emocional, es muy prevalente en individuos consumidores de heroína en comparación con los no consumidores (8). De igual forma, el maltrato infantil actúa como un factor de riesgo para el posterior desarrollo de trastornos por uso de alcohol en la edad adulta (9). La exposición a un factor altamente estresante, como puede ser el maltrato infantil, durante la infancia, periodo crítico para el desarrollo y maduración del cerebro, puede causar alteraciones irreversibles en distintas regiones y circuitos cerebrales, aumentando la vulnerabilidad para el desarrollo de distintas enfermedades psiquiátricas (2, 10). El principal sistema endógeno implicado en la respuesta al estrés, es el eje hipotálamo-hipofisario-adrenal (Eje HHA), cuya activación ante un estímulo estresante desencadena la liberación de glucocorticoides que actuarán en distintas regiones cerebrales, como el hipocampo, la amígdala, el cerebelo, la corteza prefrontal y el cuerpo calloso (11, 12). Mediante estudios de neuroimagen llevados a cabo en niños que han sufrido algún episodio de maltrato, se ha podido observar alteraciones estructurales en dichas regiones cerebrales, asociadas a deterioro cognitivo, déficit atencional y alteraciones en las funciones ejecutivas (13). La amígdala desempeña un papel importante en el procesamiento de las emociones, la impulsividad y la conducta agresiva. En individuos que han sufrido episodios de maltrato en edades tempranas se ha encontrado alteraciones en el tamaño de esta estructura cerebral, relacionándose con problemas de regulación emocional y ansiedad (14). El maltrato temprano se ha relacionado con una reducción del volumen del hipocampo, asociado a su vez con déficit cognitivo (15). Otra de las estructuras estrechamente 92

elacionada con el estrés es la corteza prefrontal, implicada en la toma de decisiones, planificación y razonamiento, así como en la conducta inhibitoria (16). El estrés en edades tempranas se ha asociado con alteraciones en la estructura de esta región cerebral, pudiendo contribuir al empeoramiento de las funciones cognitivas (17). A pesar de las evidencias que ponen de manifiesto la correlación existente entre el maltrato en edades tempranas y el desarrollo de enfermedades psiquiátricas en edad adolescente y adulta, poco se conoce sobre los mecanismos neurobiológicos implicados. En este aspecto, el desarrollo de modelos animales adecuados y con elevado poder traslacional constituye una herramienta esencial para comprender las alteraciones cerebrales inducidas, tras un episodio de maltrato o abandono infantil, que a su vez puedan relacionarse con el desarrollo de alguna enfermedad psiquiátrica y/o con trastornos por uso de drogas. Se han diseñado una serie de modelos animales basados en la exposición a diferentes estímulos estresantes durante la etapa postnatal temprana que permiten caracterizar las alteraciones cognitivas, emocionales y los mecanismos implicados. En este capítulo se detallan las principales características de estos modelos animales, y las consecuencias a corto y largo plazo que se desencadenan en la conducta (perfil cognitivo y emocional) y en algunas dianas cerebrales. Desarrollo Modelo animal de separación maternal El modelo animal de separación maternal (SM) es el más empleado para comprender la influencia de factores ambientales estresantes en etapas tempranas de la vida sobre el estado emocional de los roedores en la etapa adulta (18). Este modelo, descrito y desarrollado por primera vez en ratas (19), y posteriormente validado en ratones, consiste en separar a las crías de roedores de sus madres en distintos puntos temporales a lo largo de su etapa postnatal, que abarca desde el nacimiento (día postnatal0) (PND0) hasta el destete (día postnatal 21) (PND21). De esta manera, la ausencia de los cuidados de las madres en ese periodo de vida tan crucial para el correcto desarrollo de las crías intenta simular el estrés producido como consecuencia del maltrato o abandono infantil en humanos (18). Una de las principales limitaciones de este modelo es que las madres tienden a aumentar el cuidado maternal después de las separaciones (20). Por ello, se han desarrollado diferentes estrategias para debilitar la atención maternal a través de la reducción de los recursos materiales en las jaulas, como la ausencia de aserrín y viruta, la escasez de elementos para construir el nido y/o la sustitución del suelo por una malla de alambre (21-25). El modelo de SM puede variar en función de la cepa de roedores empleada, las condiciones de temperatura ambiental durante la separación, el período en el que se realiza (día postnatal) y la duración de la separación (Figura 3). Estas variaciones pueden contribuir a la inconsistencia de las alteraciones neuro endócrinas y fenotípicas observadas entre las diferentes crías de la camada. En función de estos factores, el modelo SM se clasifica en modelo de manipulación temprana, separación maternal diaria, separación maternal repetida, separación maternal única, separación maternal de medio día (SM12) o separación maternal de doble golpe (“double hit”), y privación postnatal temprana. 93

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