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Neurociencia - De la neurona a la mente

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Luis María Zieher.

LM Zieher // La

LM Zieher // La conciencia moral como parte de la consciencia y su procesamiento cognitivo estos mutilan tanto el juzgamiento como la toma de decisiones. Carecen de los sentimientos normales de afecto ante situaciones como “pegarle a la madre” y son incapaces del self-feeling de cómo se sentirían ellos puestos en la situación del que juzgan. Las áreas involucradas son, por un lado la corteza prefrontal ventromedial (vmPFC) y el giro frontomedial que integran afectos como recompensa y castigo en decisiones y planes. Por otro lado, la amígdala e ínsula frontal intervienen en la ejecución. Sin embargo, las respuestas afectivas, si bien empujan no fuerzan, sobre todo en los dilemas que implican violaciones morales personales (baby crying dilemma). En estos casos se activan la corteza cingulada anterior (CCA) que indica el conflicto interno y la corteza dorsolateral prefontal (DLPFC), cuando el individuo dice sí, en contra del flash inicial de horror. En un estudio publicado en Nature 2007 por Koenigs, se muestra que las personas con daño en la vmPFC hacen juzgamientos racionales en escenarios que involucran saliencias emocionales. Les falta “empatía y compasión” y utilizan siempre la opción utilitaria. Greene (2003, 2004) afirma la existencia de un sistema emocional que depende de esa área específica del cerebro mientras que otro sistema realiza análisis de tipo costo/beneficio, que en estas personas, claramente, está intacto. El estudio pone en evidencia que las conductas fundadas en decisiones morales se basan tanto en emociones como en el pensamiento racional por lo que tanto Kant como Hume estaban acertados y las emociones son el “ancla de nuestro sistema moral”. Según Méndez (2005), el estudio sugiere que la moralidad no debe estar basada en tabúes culturales o sociales y que responder emocionalmente a otro ser humano no requiere de un aprendizaje ni de una experiencia religiosa o cultural específica: “se basa en responder emocionalmente a los otros y una parte del cerebro está dedicada a esto”. Principio 2: el pensamiento (moral) es para la acción (social). Según este punto de vista pragmático (W. James) el razonamiento moral no es como la búsqueda de la verdad por un científico idealista o un juez sino que el razonamiento moral es como el de un abogado o un político que busca lo que es útil, sea o no verdad. Esto se basa en la evolución de la moral humana en sociedades en las que los rumores (chimentos) crean y mantienen reputaciones buenas o malas. En estas sociedades en redes rumorosas, la primera regla es: “sea cuidadoso con lo que hace”. La segunda es: “lo que Ud. haga importa menos que lo que la gente piense de lo que hizo”. Es mejor ser un “político intuitivo”. Por eso la gente es más precisa en las predicciones de lo que los otros deben hacer que en lo que predicen respecto de su propio ser, por lo que inventan y cuentan historias (confabulación) para explicar sus propias conductas. En el razonamiento moral se usa una “maquinaria” cognitiva relativamente nueva formada sobre la base de las presiones adaptativas de convivir en comunidades obsesionadas por la reputación. La solidaridad grupal se manifiesta en forma de comunidades morales donde el egoísmo es castigado y la virtud recompensada y en ellas cumplen un rol fundamental la evolución de las religiones que unen a grandes sectores de población. Sus prácticas tienden casi siempre a suprimir el self y conectar a las personas a algo que está más allá del yo con su expresión más EDITORIAL SCIENS 81

LM Zieher // Neurociencia. De la neurona a la mente. característica en las experiencias místicas que involucran sentimientos de fusión con Dios o el universo. Recientes trabajos en las neuronas en espejo (mirror neurons) indican que, si bien estas existen en otros primates, son mucho más numerosas en los seres humanos y sirven para sincronizar nuestros sentimientos y movimientos con los de los otros o los que nos rodean. Dice Haidt (2007): “sea que las personas usan sus mirror neurons (neuronas en espejo, traducción del editor) para sentir el dolor de otro, disfrutar de una danza sincronizada o inclinarse al unísono hacia la Meca, es claro que estamos preparados, neurológica, psicológica y culturalmente para unir nuestras conciencias, emociones y movimientos con los de las otras personas”. Bases neurales del conflicto cognitivo/emocional en el juzgamiento moral Durante décadas, la psicología moral estuvo dominada por teorías de desarrollo con énfasis en el razonamiento y la “cognición superior” en el juzgamiento moral por las personas adultas. Sin embargo, el rol de la intuición y de la emoción en el proceso de la toma de decisiones (Damasio, 1994) así como la sociabilidad han generado un cambio significativo en la perspectiva de la psicología moral lo que se ha sustentado, sobre todo, por estudios de imágenes por resonancia nuclear magnética funcional (RMNf). Greene (2003, 2004) distingue dos grupos: 1) El juzgamiento “personal” que involucra respuestas socio-emocionales. 2) El juzgamiento “impersonal” menos vinculado con lo socio-emocional y más por lo cognitivo. En el juzgamiento personal, el sujeto se preocupa por lo apropiado o inapropiado de las violaciones morales personales en sus aspectos: causante de daño corporal serio que afectan a una o un grupo de personas y no son resultantes de la deflexión de una amenaza por otra. Un ejemplo de dilema moral impersonal, es el “dilema del tranvía”. Un tranvía descontrolado lleva a cinco personas que resultarían muertas de continuar con su trayecto. La única manera de salvar a esas personas es accionando una aguja de cambio (switch) que lleva al tranvía a otra vía donde mataría a una persona en lugar de cinco. Un ejemplo de dilema personal es el dilema del “puente peatonal”. El mismo tranvía atraviesa un puente peatonal donde un transeúnte está cruzando la calle. En este caso, la única manera de salvar la vida de las cinco personas del tranvía es si una persona empuja al transeúnte para que caiga sobre las vías y se detenga el tranvía sacrificando la vida de uno en haras de salvar las de los otros cinco. ¿Usted lo empujaría? En el primer caso la mayoría de las personas dicen sí (es correcto accionar la palanca). En el segundo caso la mayoría opta por el no (no es correcto arrojar a la persona del puente para frenar el tranvía). El primer caso es impersonal porque involucra la deflexión de un sistema existente no se es “autor” del daño sino “editor”. El mecanismo racional subyacente para distinguir las violaciones o juzgamientos morales personales de las impersonales es en parte evolutivo. Las evidencias de observaciones de los grandes monos sugieren que nuestros antecesores comunes (ancestros) convivían en intensas actividades sociales guiados por emociones como la empatía, el enojo, la gratitud, los celos, y un sentido de justicia (fairness) y todo esto 82

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