LM Zieher // Neurociencia. Delaneurona a lamente. proposicionales; 3) capacidad innata para adquirir una teoría del conocimiento y 4) se encuentra dañada en los desórdenes del espectro autista (Eapen et al., 2014; Leslie, 1991). El desarrollo y adquisición de ToM facilita la transmisión cultural y la vida grupal es, por lo tanto, una adquisición social crucial aparentemente exclusiva de nuestra especie. Esta definición permite considerar a la ToM como un concepto amplio que incluye varios estados y correspondientes correlatos neuronales. Por ejemplo, para comprender por qué Federico de 5 años cree que a Alejandro de la misma edad no le gusta jugar al fútbol, tendríamos que pensar cómo Federico “adivina’’ emociones y deseos en su compañero de juegos y considerar que sus propios deseos e intenciones son propias y “diferentes” a las de Alejandro. La ToM representa un desarrollo evolutivo, un logro que nos permite navegar en el mundo social y también de alguna manera simularlo, parecido a aquello que realizan los pilotos para entrenarse empleando módulos de la corteza prefrontal (CPF). En su interesante obra “Arqueología de lamente’’’, S Mithen considera que la habilidades que implican la ToM (creencia / deseo / separación de lamentes) derivan de ‘’una estructura psicológica innata, un módulo mental rico en contenido que crea interpretaciones [……] del comportamiento humano en términos mentales (Mithen, 1996). En este trabajo defino estados mentales como estados transitorios cognitivos/emocionales que pueden ser descriptos por su contenido y la relación que el sujeto asume respecto de los mismos (percepciones, creencias, temores, memorias, imaginación, etc.), por otra parte, tomo la definición de pensamiento de Christoff et al. (Christoff et al., 2016), acerca del pensamiento como un estado mental o secuencia de estados mentales, incluidos las transiciones entre esos estados. La ToM evoluciona con el fin último de favorecer la confianza epistémica (Fonagy et al., 2014), esto significa la capacidad de disposición del individuo para considerar la nueva información transmitida por otro sujeto como confiable, generalizable y relevante para sí mismo. Dicha información emocional y cultural se transmite mediante “claves ostensivas’’: tono emocional, expresión facial, contacto visual y otros gestos expresados por la madre que reflejan estados mentales no muy bien codificados o cartografiados en el niño hasta determinada etapa del desarrollo. La transmisión de estos conocimientos resulta esencial para relajar un sistema de la ToM conocido como vigilancia epistémica, es decir, la conducta que favorece nuestra defensa y nos protege mediante el miedo, la desconfianza y la decepción acerca de la información transmitida. Resulta un nexo entre el cerebro y lamente considerar que esta información es almacenada mediante memorias procedurales, semánticas y episódicas junto con sus respectivos circuitos (Tulving, 1987). Es así como las experiencias emocionales son transmitidas desde la madre al niño de una forma marcada, ostensible y contingente que permite al niño, construir lentamente su propio mapa emocional (su propia ToM), de acuerdo con Fonagy (2014) el aprendizaje emocional y la ‘’confianza epistémica’’ ocurre de afuera hacia adentro, ‘’mírame así es como te estás sintiendo’’, veremos más adelante el posible rol de las neuronas en espejo en el proceso. En este trabajo se explora la relación de 94
D Cohen // Teoría de lamente: un paradigma para unir la brecha entre laneurona y lamentela ToM con los diferentes niveles de procesamiento cerebral, se describen en forma abreviada las pruebas que permiten evaluar en forma empírica la capacidad para tener y operar con una ToM. Se considera en forma teórica un modelo que permite modelar la ToM como la propiedad emergente del procesamiento cerebral; un modelo teórico neurofisiológico: el procesamiento por defecto que explicaría la capacidad de reconocer los propios estados mentales y el de los otros; los circuitos y elementos celulares que podrían sustentarla, por ejemplo, el sistema de neuronas en espejo y las células de von Economo (VN). La forma por la cual la evolución biológica y social determinó un procesamiento afectivo emocional y cognitivo fundamental y, finalmente, una breve aplicación psicopatológica en los casos de deficiencia de ToM. ToM como propiedad emergente del procesamiento cerebral Consideramos aquí la tesis y modelo central de Bunge. El epistemólogo argentinocanadiense emplea el concepto ‘sistema’’ para representar ‘una cosa compuesta de partes que no son mutuamente independientes; que, por el contrario, se encuentran interconectadas”. Todo sistema posee al menos una cualidad (propiedad) nueva y diferente a las ya poseídas por sus componentes (Bunge, 1988; Di Carlo, 2014). Por ejemplo, un determinado sistema de redes neuronales corticales y subcorticales junto con sus respectivas conexiones que pueden procesar emociones y cogniciones. ‘Todo sistema posee al menos una propiedad emergente’ es una categoría ontológica, es decir, un proceso a través del cual se originan las innovaciones cualitativas (por ejemplo, procesos mentales) y que posibilita que un conjunto de elementos (por ejemplo, neuronas) pueda diferenciarse como sistema (por ejemplo, red neuronal) que ejecutan una nueva función ej. ToM. Mediante este modelo puede considerarse a la ToM como un conjunto de capacidades cognitivas/socioafectivas innatas y luego modificadas por el entorno hasta finales de la adolescencia y, tal vez, continuar durante la vida adulta. Lentamente el cerebro junto con el entorno genera un mecanismo para conocerse a sí mismo, los demás y proyectarse hacia el futuro. La temprana capacidad para diferenciar mundo interno respecto de mundo externo sobre la base de la percepción visual de movimiento de los objetos configura uno de los primeros mecanismos de estructuración de la ToM. El aprendizaje por imitación facilitado por el sistema de neuronas espejo (MNS) sistema que se explicará más adelante, observable en períodos muy tempranos de la vida confiere un andamiaje para el reconocimientos de los estados mentales asociados a las primeras experiencias en el contacto materno que brindan seguridad (apego). Se forma de esta manera un sentido del self como agente, es decir, como un individuo con intenciones, capacidades y objetivos que se reconoce a sí mismo como tal (un componente esencial de la subjetividad, una de la propiedades fundamentales de lamente). Los mapas cerebrales creados a partir del reconocimiento de las necesidades corporales y el logro de la homeostasis se encuentran involucrados en el reconocimiento de emociones y sus componentes conscientes expresados como sentimientos (Damasio, 2003, 2006). Lentamente se genera un estado reconocido como propio (self). Dela interacción de circuitos amigdalinos-corticales y sus conexiones recíprocas junto con las eferencias viscerales, emerge la capacidad EDITORIAL SCIENS 95
