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Psicofarmacología 101

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Revista Latinoamericana de Psicofarmacología y Neurociencia

Psicofarmacología 16:101, Noviembre 2016 espera que D2 entienda esto y devuelva una suma de dinero mayor actuando en consecuencia (Figura 2). D1 refleja la disposición de las personas a comportarse de una manera colaborativa y D2 a la reciprocidad, o sea confianza/confianza, porque concluyen que de esa manera el beneficio mutuo se potencia (Figura 3). Si bien en la mayoría de los casos se comprueba que estas expectativas se cumplen, hay una menor proporción de casos en los que no hay transferencia de una de las partes y, por lo tanto, la otra previendo esto no transfiere nada, o sea cada una de las partes juega la mejor estrategia individual para obtener la mayor de las ganancias, sin considerar las consecuencias de la interacción. Como conclusión de este juego se establece que en la medida que la interacción social es la típica del ser humano, o sea devolver un favor cuando se recibe una conducta agradable y de confiabilidad de otra persona. Pero también existe el llamado ¨hombre económico¨ que es aquel que actúa sin conciencia social, poco confiable. Este tipo de individuo aparece en el menor de los casos y en los estudios de personalidad presentaron alteraciones notorias que se manifestaban por labilidad emocional, cambios de humor significativos, faltos de autocrítica y que eran propensos a estar de acuerdo que dentro de una sociedad haya individuos que acumulen riquezas mientras otros vivan en la pobreza bajo diferentes justificaciones, sin embargo, faltan estudios que puedan confirmar estos datos. Lo interesante es que si se determinan las causas por las que alguien puede confiar o comportarse de manera socialmente cooperativa, podrían establecerse mecanismos institucionales que estimulen este comportamiento. Ante esta instancia Zak 2004 en sus experimentos comprobó que en los niveles de oxitocina aumentaban en los individuos al ser receptores de la confianza de otros. FIGURA 1 Juego de la confianza FIGURA 2 Consecuencias de la decisión de confiar EDITORIAL SCIENS // 17

Dra. Adriana Sánchez Toranzo FIGURA 3 Beneficios de cooperativismo Factores biológicos Las investigaciones de la oxitocina como factor que puede influir en la probabilidad de que los humanos experimenten el sentimiento de confianza parte de los estudios realizados desde los años ochenta con las especies de ratones de campo (Praire voles) y de montaña (Mountain voles) en los que se comparó su comportamiento en relación con los niveles hormonales; los primeros conviven en comunidad, conforman parejas estables, son fieles, cuidan a sus crías; mientras que los segundos viven de una manera solitaria, son promiscuos y no conforman vínculos sociales ni siquiera poseen conductas de maternaje con sus crías. Luego de una década se concluyó que las diferencias de comportamiento de estos ratones y las conductas prosociales se relacionaban con la oxitocina (Carter CS, et al. 1995). La oxitocina y sus análogos son hormonas ancestrales que han resistido millones de años de evolución, por lo tanto, no caben dudas de que sus funciones son fundamentales para la supervivencia de nuestra y otras especies. (Donaldson Z, Young L. 2008) Si bien es una hormona principalmente reguladora en las hembras en cuanto al embarazo, parto, lactancia y apego maternante, condiciona la conducta social. Las investigaciones neuroeconómicas basadas en los diferentes modelos de la teoría de los juegos, dan cuenta de manera muy clara que los individuos que reciben una señal intencional de confianza eleven sus niveles de oxitocina de manera muy significativa y responden con conductas de reciprocidad y colaboración. Si bien la oxitocina es una hormona femenina, la oleada de incremento en sangre detectada luego de recibir este tipo de estímulo se produce de manera semejante en ambos sexos y genera el mismo cambio conductual. Para confirmar la hipótesis de que la oxitocina era la responsable de regular la confiabilidad entre los humanos las mismas pruebas se realizaron con mujeres en período de ovulación. Durante esta etapa del ciclo sexual la hormona que predomina es la progesterona la cual contrarresta de manera fisiológica la acción de la oxitocina. Estas mujeres, si bien tuvieron la oleada hormonal al recibir una señal de confianza, tuvieron un comportamiento menos confinable (Croson y Buchan, 1999). La oxitocina es una hormona muy reactiva que se libera en pulsos ante los estímulos necesarios y su vida media es muy corta (3 a 5 minutos). Los niveles basales son bajos y, como era de esperar, no se encontró relación entre estos y los cambios conductuales de confianza, que solo se activan al recibir el estímulo social; de no ser así habría un riesgo en la supervivencia de la especie porque, las mujeres que tenemos niveles basales más elevados seríamos presas de depredadores y los genes no hubiesen resistido la evolución, es decir, que el sentimiento de confianza solamente se active como respuesta a una señal social y conduce a que el individuo se comporte de una manera prosocial. La oleada de oxitocina produce una fijación temporal entre individuos que podría llamarse empatía, ese sentimiento de satisfacción que se siente cuando alguien confía en nosotros y a la vez sentimos que podemos confiar y es la misma que lleva a conformar el vínculo entre la madre y la cría para generar conductas de maternaje. Los estudios de imágenes funcionales aportaron más datos. La distribución de los receptores de oxitocina en el sistema nervioso central (SNC) es mayor en regiones que regulan la emoción como el hipocampo, y núcleos hipotalámicos que producen regulación hormonal. La regulación emocional generada por la oxitocina es de importancia en las conductas de acercamiento y evitación que determina los compor- 18 // EDITORIAL SCIENS

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