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Psicofarmacología 39

Revista Latinoamericana de Psicofarmacología y Neurociencia.

Psicofarmacología 6:39, agosto 2006 lóbulo temporal. Su participación se empieza a sospechar con los trabajos desarrollados por los investigadores Kluver y Bucy, quienes al realizar una extirpación bilateral del lóbulo temporal en monos (que incluía la formación del hipocampo, la amígdala y la corteza temporal no límbica), observan el desarrollo de un síndrome, que lleva su nombre, y que se caracteriza entre otras cosas por la pérdida de la reactividad emocional (además de coprofagia, aumento de la actividad sexual, y falta de reconocimiento de objetos familiares). - 1949: Paul Mc Lean, basado en estos trabajos previos, amplia la concepción de sistema límbico incluyendo, además de las mencionadas en los trabajos previos, otras áreas como: partes del hipotálamo, el área septal, el núcleo accumbens (Nac), la CPF orbito-frontal, y principalmente, la amígdala. Este es el concepto que en la actualidad se considera cuando hablamos de "cerebro emocional" (2, 3, 4). Numerosos han sido los investigadores, que continuaron descubriendo diferentes áreas o fenómenos, que intervienen en el procesamiento emocional. Mencionaremos algunos de ellos: - 1982: Gray publica "la neuropsicología de la ansiedad", y es uno de los primeros autores que comienza a hablar del rol de los receptores serotonérgicos en la ansiedad. - 1986: Le Doux describe las múltiples vías que parten de la amígdala, participando tanto en el miedo condicionado como en la ansiedad. - 1995: Bechara demuestra que la amígdala interviene principalmente en el miedo condicionado, pero su rol en la memoria explicita o declarativa es mucho menor (2). - 2000: en el transcurso de este año ocurren varios acontecimientos de fundamental importancia para la comprensión de estos fenómenos. En primer lugar, Antonio Damasio que ya contaba con más de diez años de publicaciones previas, demuestra que diferentes regiones cerebrales subyacen a distintas emociones, y Calder describe la importancia de la ínsula en la "experiencia emocional" (2, 5). En segundo lugar, los aportes de Eric Kandel son de trascendental importancia para la comprensión de las emociones y los sentimientos. Es el año del otorgamiento del Premio Nobel en Medicina a los desarrollos en neurociencia. Eric Kandel es galardonado conjuntamente con Arvid Carlsson y Paul Greengard, por sus trabajos desde la década del 50 en la comunicación neuronal y en los mecanismos de transducción, develando los circuitos y comandos que intervienen tanto en funciones fisiológicas normales como la memoria, el aprendizaje, y los movimientos, como en trastornos neurológicos como el Parkinson, o en trastornos psiquiátricos como la depresión y la esquizofrenia. Eric Kandel, es premiado por su trabajo sobre "La biología molecular de la memoria guardada: Un dialogo entre los genes y las sinapsis", Arvid Carlsson por la compresión de la neurobiología del sistema dopaminérgico y su relación con el movimiento, la enfermedad de Parkinson, y con la esquizofrenia, y Paul Greengard, quien continuó la línea de investigación de Carlsson, por sus estudios sobre la comunicación de los sistemas dopaminérgicos, serotonérgicos y noradrenérgicos y los mecanismos de transducción involucrados (6). - Finalmente podemos mencionar, entre muchos otros autores que aportaron innumerable cantidad de trabajos para la comprensión del cerebro emocional, los aportes de Hariri y Hen, entre otros, que en el año 2002, demuestran que variaciones en el gen promotor del transportador de serotonina (SERT), varían la respuesta de la amígdala (2, 7). FIGURA 2 Visión medial del encéfalo: Corteza prefrontal límbica y lóbulo límbico Modificado de: Iversen S, Kupfermann I, Kandel ER. Estados emocionales y sentimientos. En: Kandel ER, Schwartz JH and TM, eds. Principios de Neurociencia. 4º ed. Madrid, McGraw-Hill / Interamericana de España, S.A.U; 2001. p. 982-997. FIGURA 3 Visión lateral del cerebro emocional: Observar principalmente la parte superior del tronco encefálico, el hipotálamo, la amígdala y el núcleo accumbens Modificado de: Dalgleish T. The emotional brain. Nat Rev Neurosci 2004;4(7): 582-589 Sinopsis del procesamiento emocional y la respuesta al estrés El rol de la amígdala Antes de introducirnos en nuestro tema debemos comprender, las funciones fisiológicas normales en las cuales intervienen las estructuras antes mencionadas. La amígdala (estructura con forma de almendra enterrada literariamente en la porción antero medial de cada lóbulo temporal) juega un rol fundamental en el procesamiento emocional, y en la respuesta al estrés. Distinto tipo de información puede llegar a la misma, como: 1- las aferencias sensoriales que traen la información del mundo externo, o 2- la información proveniente de señales viscerales y nociceptivas, capaces de desencadenar estados de miedo, EDITORIAL SCIENS // 11

Dr. Sevastián Alejandro Alvano FIGURA 4 El procesamiento emocional: Esquema general Algunas áreas relacionadas con el procesamiento emocional estarían afectadas en la neurobiología de diferentes trastornos de ansiedad y/o en la depresión. Cortezas sensoriales primarias Cortezas asociativas CPF Corteza cingulada Cingulada anterior Anterior AMÍGDALA AMIGDALA Hipotálamo Parahipocampo Hipocampo CRH ACTH ACTH Cortisol Tálamo Activación de vías aferentes -sensitivas conscientes -vía óptica -vía auditiva N. del tronco encefálico - Locus coeruleus coeruleus Rafe Medial Rafe Dorsal Amenaza manifiesta Aferencias viscerales Modificado de: Alvano S. A. Perspectiva Neurocientífica. En Mediciencia S. A. ed. Avatares de la Clínica. Buenos Aires: Masson Doyma;2004 ansiedad, o depresión. Una vez que la información llega a la amígdala, la misma será la encargada de coordinar la activación de las áreas encargadas del procesamiento emocional. Un estado emocional tiene dos componentes: uno que utilizando el cuerpo como su teatro produce una suma de cambios corporales, mediados por un grupo de respuestas periféricas: autónomas, endocrinas y del sistema motor, donde participan estructuras subcorticales, que serán activadas por el complejo nuclear amigdalino, como el hipotálamo y diferentes núcleos del tronco encefálico. Este componente se denomina emoción propiamente dicha, estado corporal emocional (ECE), o expresión somática de las emociones, y se diferencia del que le sigue: el sentimiento o experiencia conciente emocional (3, 4, 5). La toma de conciencia de la emoción se produce en segundo término, una vez que diferentes cortezas reciben la suma de los cambios que ocurren en el ECE. O sea que la "experiencia emocional conciente o sentimiento" se produce por la lectura que las cortezas hacen de lo que le sucede al cuerpo (3, 4, 5). La información sensorial llega al grupo basolateral de la amígdala proyectándose luego al núcleo central (CeA), desde donde salen las eferencias reciprocas hacia las estructuras diana, a través de la estría terminal y de la vía amígdalofuga central. En la actualidad se propone que muchas funciones que eran atribuidas al CeA podrían depender del núcleo del lecho de la estría terminal (BNST: Bed Nucleus of the Stria Terminalis), aunque en realidad este núcleo se relaciono mas con los estados de ansiedad que con los de miedo. De esta forma la amígdala va a coordinar la activación tanto de las áreas que intervienen en la "expresión" somática inconsciente de las emociones (áreas del hipotálamo y núcleos del tronco encefálico) como la de las cortezas que están relacionadas con la "experiencia" emocional conciente (formación del hipocampo, corteza cingulada anterior, corteza prefrontal, y según los últimos trabajos desarrollados también la ínsula) (3, 4, 5, 8). La activación hipotalámica El hipotálamo juega un rol fundamental en la respuesta al estrés ya que el mismo integra la información de diferentes estructuras del tronco encefálico y del prosencéfalo, como por ejemplo la amígdala, y además coordina el flujo de salida autónomo y endocrino con el estado conductual. A través del núcleo central amigdalino (CeA) se activan el área hipotalámica lateral y el núcleo paraventricular (NPV). El hipotálamo lateral se relaciona con la activación simpática que, puede intervenir en una adecuada "respuesta de lucha o huida", produciéndose: dilatación pupilar, taquicardia, aumento de la tensión arterial, palidez y piloerección, entre otras manifestaciones. La activación que realiza el núcleo central amigdalino sobre el núcleo paraventricular del hipotálamo provoca la liberación de hormona liberadora o factor liberador de corticotrofina (CRH o CRF). El mismo se libera siguiendo el ritmo circadiano o ante cualquier tipo de estrés e interviene dando la respuesta neuroendócrina del eje Hipotálamo-Pituitario-Adrenal (HPA) al estrés, con liberación de corticotrofina (ACTH) por las células corticotropas de la adenohipófisis. Esta a su vez, produce la liberación de glucocorticoides (GC) por las células fasciculares de la corteza adrenal (4, 9, 10, 11, 12). El cortisol liberado "en niveles adecuados y durante poco tiempo", recupera la energía utilizada durante la fase de lucha o escape, regulando el metabolismo de hidratos de carbono, lípidos y proteínas, ayudando al sistema inmune, y facilitando la neuroplasticidad. Pero si el cortisol continúa elevado, éste puede ser perjudicial para diferentes aparatos y sistemas, incluyendo zonas del encéfalo como el hipocampo. Por eso Mc Ewen, afirma que este es uno de los mecanismos que marca el paso de "alostasis" a "carga alostática", definiendo a la primera ("allostasis"), como la respuesta fisiológica al estrés (la famosa respuesta de "fight or flight", o lucha o escape) en la cual las funciones corporales se adaptan en respuesta a un cambio del entorno, ayudándonos a enfrentarnos a las situaciones estresantes de la vida cotidiana. La segunda ("carga alostática"), la define como la situación que ocurre cuando la respuesta al estrés, es excesiva o prolongada, siendo capaz de enfermarnos (4, 9). Será entonces de fundamental importancia que los corticoides no permanezcan elevados durante mucho tiempo. El principal mecanismo inhibitorio de los mismos es la retroalimentación negativa, que opera tanto a nivel hipotalámico como a nivel hipofisario. Existen dos tipos de receptores centrales a corticoesteroides: 1. Los MR , Tipo I o de alta afinidad, que se expresan en el hipocampo, y 2. Los GR, Tipo II o de baja afinidad, que se expresan en amplias zonas del SNC, principalmente en NPV, y en el hipocampo donde se co-expresan con los MR. Con niveles altos de glucocorticoides, como ocurre en el estrés agudo, luego de un tiempo, se produce una down regulation (disminuye) del número de receptores hipocampales a corticoides (los MR disminuyen mas que los GR) resultando, según demostraron diferentes estudios, en un mayor aumento de la liberación de corticosterona (glucocorticoide de los roedores, equiparable al cortisol de los seres humanos) y en una resistencia al feed back o retroalimentación negativa, lo cual lleva al "punto de equilibrio" a establecerse con niveles más altos de corticoesteroides. Una vez finalizado el estrés, con la disminución de los glucocorticoides (posiblemente porque disminuye la activación del CeA de la amígdala sobre el NPV del hipotálamo), la densidad de los receptores a los mismos se restituye y la sensibilidad al feed back se normaliza, evitándose los efectos perjudiciales producidos por los altos niveles de corticoides, efecto éste que no ocurriría en un alto 12 // EDITORIAL SCIENS

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