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Psicofarmacología 77

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Revista Latinoamericana de Psicofarmacología y Neurociencia.

Dra. Alicia B Kabanchik

Dra. Alicia B Kabanchik Introducción El término emoción proviene del latín emotĭo, -ōnis, que significa "el impulso que induce la acción”; deriva del verbo emovere formado por el prefijo e (ex)que quiere decir, hacia afuera y movere que significa remover, sacar de un lugar, retirar, pero también sacudir como suele hacer la emoción con nuestro ánimo. Las emociones son funciones cerebrales complejas, la descripción científica más temprana es la de Darwin en 1872 en su libro” La expresión de las emociones en el hombre y los animales” (1). El estudio de la emoción se denomina Neurociencia Afectiva, término acuñado por J. Panksepp en 1992 (2) quien la define como: “el campo de investigación científica que estudia las bases neurales de los procesos afectivos y sociales de los seres humanos y animales, abarcando niveles conductuales, morales y neurales de análisis” (3). Una revisión histórica de los autores que investigaron las emociones indica que en 1848 J. M. Harlow describe el caso Phineas Gage (4, 5, 6.), W. James-Lange (7) plantea la teoría biopsicológica de las emociones 1884, Ch Mills(8) la hipótesis del Hemisferio derecho en 1912, Cannon – Bard (9) describen en su teoría la fisiología de la emoción 1931, Papez (10) desarrolla en 1937 lo que hoy se conoce como el circuito de Papez, en 1937 Klüver y Bucy (11), demostraron el papel fundamental de las estructuras del lóbulo temporal en las emociones. Mac Lean, en 1949, describió el sistema límbico y propuso que las sensaciones en el entorno producen cambios corporales. (12) En 1986, Le Doux (13) sostuvo que existen diferentes vías en la amígdala para el condicionamiento del miedo. A. Damasio en 1994 (14) desarrolla la hipótesis del marcador somático en la que sugiere que existe una relación entre los lóbulos frontales, la emoción y la toma de decisiones. Bechara y colaboradores, en 1995, plantean que la amígdala es necesaria para el condicionamiento del miedo (15). La emoción según A. Damasio 1995 (16) En su artículo Toward a neurobiology of emotion and feeling: Operational concepts and hypotheses plantea que la emoción “es la combinación de un proceso evaluador mental simple o complejo con repuestas disposicionales a dicho proceso, la mayoría dirigidas hacia el cuerpo propiamente dicho las cuales producen un estado emocional corporal, pero también hacia el mismo cerebro” (núcleos neurotransmisores en el tallo cerebral produciendo cambios mentales adicional); la cultura sólo puede modular la expresión de estas emociones y orientar su manifestación. El autor diferencia emoción de sentimiento planteando que la primera antecede al segundo, en tanto clasifica y define las emociones como: Emociones de fondo: “son las que reflejan el estado de ánimo momentáneo de una persona. Hay personas que captan el estado de fondo de los demás de forma casi mágica: detectan entusiasmo, malestar, excitación, tranquilidad, en sus amigos y colegas.” Emociones primarias/tempranas: “son el miedo, la ira, el asco, la sorpresa, la tristeza y la felicidad.” “Dichas emociones son fácilmente identificables en los seres humanos de numerosas culturas, y también en especies no humanas”. Son innatas preorganizadas y dependen del circuito del sistema límbico, principalmente amígdala y corteza cingulada anterior. Las cortezas sensoriales iniciales detectan y categorizan el rasgo clave; la amígdala recibe señales, activa al hipotálamo y origina respuestas en los núcleos autonómicos, sistema motor, sistema endocrino, peptidérgico y núcleos de neurotransmisión rápida dando lugar al estado emocional corporal. Emociones sociales o secundarias: “incluyen la simpatía, la turbación, la vergüenza, la culpabilidad, el orgullo, los celos, la envidia, la gratitud, la admiración, la indignación y el desdén”. Son las que dependen del sistema límbico y de las estructuras de las cortezas prefrontales y somatosensoriales. Recordemos que el sistema límbico está constituido por a) el lóbulo límbico (17) que consiste en 2 arcos en la cara interna del cerebro:1) la circunvolución del cuerpo calloso 2) circunvolución del hipocampo ,b) los núcleos subcorticales asociados:(núcleos de septo pelúcido, epitálamo, hipotálamo, núcleos talámicos, cuerpo amigdalino) c) tractos de fibras fornix y haz mamilotalámico (18, 19, 20) cuyas funciones (18, 19, 20) consisten en el establecimiento de la unidad psique-soma., el condicionamiento de la actividad social del individuo que le permita la adecuación a la realidad, la regulación del carácter, la intervención en la conducta instintiva de conservación individual y de la especie (huida, búsqueda de alimentos) la modulación de las funciones viscerales y endocrinas, la participación en el control de la vigilia y el sueño, formar parte del proceso de excitación y atención, ira o docilidad, y controlar el sistema autónomo. Está básicamente involucrado en las experiencias y expresiones de la emoción: amor, alegría, miedo, depresión. En cuanto al procesamiento de las emociones, A. Damasio 1995 (14) plantea: “1. Consideraciones conscientes y deliberadas de una situación o persona se expresan en imágenes mentales verbales y no verbales., que se organizan en pensamientos y se valorizan cognitivamente. El sustrato neural de las imágenes es un conjunto de representaciones organizadas y topográficamente separadas que tiene lugar en las cortezas sensoriales primarias (visual auditiva, otras) y se construyen bajo la guía de representaciones disposicionales que se retiene de manera distribuida sobre un gran número de cortezas asociativas de orden superior. 2. A un nivel no consciente, redes de la corteza prefrontal responden de manera automática e involuntaria a señales que surgen del procesamiento de las imágenes anteriormente indicados. La respuesta prefrontal deriva de representaciones adquiri- 10 // EDITORIAL SCIENS

Psicofarmacología 12:77, Noviembre 2012 das construidas por experiencias previas corporales emocionales individuales y únicas vinculadas a la cultura. Se vehiculizan por las estructuras límbicas amígdala, corteza cingulada anterior y parte de los ganglios basales; estos emiten señales en los núcleos autonómicos, sistema motor, sistema endocrino, peptidérgico y núcleos de neurotransmisión rápida. Los cambios generados por los tres puntos anteriores impactan en el cuerpo, generando un estado emocional corporal que envía señales al cerebro y a la corteza somatosensorial. Durante la emoción también se liberan mensajes químicos en: ganglios basales y corteza cerebral generando un importante impacto en el estilo y eficiencia de los procesos cognitivos. Las regiones somatosensoriales constituyen un sustrato fundamental de los sentimientos y sensaciones y la corteza insular parece ser la región esencial. Los sentimientos se basan en el patrón de actividad de las regiones cerebrales que sienten el cuerpo, es decir en áreas cerebrales que representan el estado actual del organismo: corteza cingulada y las cortezas somatosensoriales (S2 e ínsula) y varios núcleos del tronco del encéfalo. El hemisferio derecho es dominante. Damasio (14) define al sentimiento como “la percepción de un determinado estado del cuerpo junto con la percepción de un determinado modo de pensar y de pensamientos con determinados temas”. Y al sentimiento puro cerebral como aquel en que falta el componente corporal de la emoción, e implica una simulación cerebral interna cuando las cortezas prefrontales /premotoras señalan directamente las regiones cerebrales que sienten el cuerpo. Los dispositivos “como si” se habrían desarrollado mientras crecemos y nos adaptamos a nuestro ambiente, para que una imagen determinada dispare el “dispositivo de desvío” primero fue necesario hacer pasar el proceso por el dispositivo del cuerpo, es decir, un lazo o bucle en el cuerpo. En un estudio realizado sobre el impacto de la emoción en la conciencia: los autores concluyeron que la corteza cingulada anterior desempeña un papel central en la dimensión hedonista de la experiencia consciente, por tanto, es potencialmente una región clave en las interacciones entre la emoción y la conciencia (21). Manipularon la valencia emocional (positiva, neutra y negativa) el tiempo de presentación y el impacto de estas variables en el procesamiento consciente y subconsciente de participantes sanos mostrando caras y palabras, estos estaban más seguros y precisos cuando conscientemente estaban frente a caras y palabras felices. ¿Procesan igual las emociones los adultos mayores que los jóvenes? En este punto es posible recurrir a la neurobiología y a las teorías sociales. Aportes de la neurobiología Respuesta de la amígdala a estímulos emocionales en adultos y adultos mayores (22) Utilizaron RMCf para evaluar si la activación de la amígdala en respuesta a estímulos positivos y negativos emocionales cambia con la edad. Concluyeron que tanto los adultos más viejos como los más jóvenes mostraron mayor activación en la amígdala frente a imágenes emocionales que frente a imágenes neutras; sin embargo, en los adultos viejos, frente a la visión de imágenes positivas la amígdala mostró mayor activación que frente a las imágenes negativas, no siendo así en los adultos más jóvenes. Cambios funcionales en la actividad de regiones cerebrales subyacentes al procesamiento emocional en la vejez (23) Durante el estudio con MRIf usando niveles dependientes de oxigenación BOLD estudiaron los cambios en las regiones cerebrales relacionadas con el procesamiento emocional. Expusieron a los pacientes adultos y adultos mayores a percepciones de temor y estímulos amenazantes. Ambos grupos mostraron precisión en las tareas, pero en los mayores observaron retardo en el tiempo de su realización. Los datos sugieren que los mayores comprometen una mayor distribución de la red neocortical durante el proceso perceptual de expresiones faciales emocionales. Patrones diferenciales de edad sobre la actividad cerebral durante percepción de caras de enojo (24) Los datos de la RMIf sobre el enojo versus caras neutrales muestran una gran activación de la amígdala derecha/región hipocampal, en los jóvenes comparado con los adultos mayores quienes muestran gran activación en la corteza insular ventral anterior derecha. Estos cambios relacionados con la edad, podrían reflejar una compensación funcional dentro del sistema neural involucrado en la percepción de las expresiones faciales de afecto negativo, o el hecho de que los adultos mayores procesan información emocional de una manera diferente que los adultos jóvenes. Efectos de la edad y la intensidad emocional en el reconocimiento de emociones faciales (25) Investigación comparativa entre jóvenes y viejos acerca de la influencia de la intensidad de la expresión en el reconocimiento de las expresiones faciales de emoción. Los adultos mayores no mostraron ningún deterioro en la percepción de las expresiones de baja intensidad de felicidad, sorpresa y disgusto. Las intensidades de la tristeza, la ira y el miedo, las percibieron con un deterioro del 50 %. El estudio actual sugiere que las diferencias de edad en la identificación de las expresiones faciales de las emociones pueden coincidir con los cambios cognitivos en general. EDITORIAL SCIENS // 11

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