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Psicofarmacología 85

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Revista Latinoamericana de Psicofarmacología y Neurociencia.

Psicofarmacología 14:85, Abril 2014 Depresión en pacientes con dolor oncológico Depression in Patients with Oncologic Pain Dra. Adriana Beatriz Romeo Doctora en Medicina (UBA) Especialista en Psiquiatría y en Psicología Médica (UBA) Magister en Psiconeurofarmacología (UF) Jefa del Servicio de Psicopatología, Instituto de Oncología “A. H. Roffo”. Fecha de recepción: 10 de enero de 2014 Fecha de aceptación: 28 de marzo de 2014 Resumen Investigación: prospectiva, longitudinal, observacional sobre una población de 104 pacientes, representativa de las neoplasias de nuestra región, que padecían de dolor oncológico y síntomas depresivos. Objetivos generales: definir las características peculiares del dolor oncológico. Establecer el valor del diagnóstico diferencial de los síntomas. Investigar los niveles del cortisol a fin de precisar su importancia como marcador biológico. Objetivo específico: establecer si el control farmacológico de la depresión asociada pudiera tener algún efecto útil sobre el dolor neoplásico y la calidad de vida subsiguiente. Metodología: todos los pacientes ingresados recibieron analgésicos siguiendo pautas de la OMS. 50 p (48,07 %) continuaron igual tratamiento: Grupo I (control) 54 p (51,93 %) sumaron antidepresivos Grupo II (previo al dolor 15 p) Grupo III (desde el dolor 39 p) El diagnóstico de trastorno depresivo se llevó a cabo según criterios del DSM-IV. La intensidad del dolor se cuantificó por interrogatorio con repuestas libres (RL) y escala verbal (EV), la escala numérica (EN), la escala visual analógica (EVA) y completando el McGill pain questionnaire MPQ, (con adecuaciones de compatibilización); la intensidad de la depresión, por medio del Inventario de depresión de Beck (BDI) y se midió el cortisol salival. Al tercer mes se repitieron iguales parámetros y se compararon ambas mediciones con metodología bioestadística apropiada. Al cuarto mes se efectuó reunión de consenso con familiares y médico de cabecera para analizar los efectos sobre la calidad de vida que se cuantificaron para su análisis matemático. Resultados: se define como cancroalgia al dolor de características específicas provocado por el crecimiento infiltrativo inflamatorio y distorsivo del tumor primario o sus metástasis. 95 % de los pacientes con dolor oncológico padecían trastornos depresivos. Los niveles del cortisol no presentaron variaciones significativas. Con el tratamiento antidepresivo se obtuvieron respuestas favorables estadísticamente significativas sobre depresión, dolor y calidad de sobrevida. Palabras clave Cáncer – Depresión – Dolor oncológico – Cancroalgia – Vivencia dolorosa – Tratamiento antidepresivo – Calidad de vida. Abstract Research: prospective, longitudinal, observational about a population of 104 patients, which is representative of our region’s neoplasias and which suffered from oncologic pain and depressive symptoms. General objectives: To define the peculiar characteristics of oncologic pain. To establish the importance of the differential diagnosis of the symptoms. To investigate the levels of cortisol so as to determine its relevance as biological marker. Specific objective: To establish whether the pharmacological control of associated depression might have any useful effect on neoplastic pain and the subsequent quality of life. Methodology: All the patients enrolled received analgesics, following the guidelines of the WHO. 50 p (48.07 %) continued with the same treatment: Group I (control) 54 p (51.93 %) added antidepressants Group II (prior to pain 15 p) Group III (since the onset of pain 39 p) The diagnosis of depressive disorder was performed according to the DSM-IV criteria. The intensity of pain was quantified by a survey based on free answers (FA) and a verbal scale (VS), the numeric scale (NS), the visual analogue scale (VAS) and by completing the McGill pain questionnaire MPQ (with adequations of compatibilization); the intensity of depression, by means of Beck’s Depression Inventory (BDI), and saliva cortisol was measured. On the third month, the same parameters were repeated and both measurements were compared with appropriate biostatistical methodology. Al cuarto mes se efectuó reunión de consenso con familiares y médico de cabecera para analizar los efectos sobre la calidad de vida que se cuantificaron para su análisis matemático. On the fourth month a consensus meeting with relatives and general practitioner was held to analyze the effects on the quality of life that had been quantified for mathematic analysis. Results: Oncologic pain is defined as pain of specific characteristics caused by the infiltrative inflammatory growth and distortive of the primary tumor or its metastases. 95% of the patients with oncologic pain suffered from depressive disorders. The levels of cortisol did not show significant variations. With anti-depressive treatment, statistically significant favorable responses were obtained in relation to depression, pain and quality of survival. Keywords Cancer – Depression – Oncologic Pain – Painful Experience – Anti-depressive Treatment – Quality of Life. Romeo Adriana Beatriz. “Depresión en pacientes con dolor oncológico”. Psicofarmacología 2014;85:7-16. Puede consultar otros artículos publicados por los autores en la revista Psicofarmacología en sciens.com.ar EDITORIAL SCIENS // 7

Dra. Adriana Beatriz Romeo Introducción La palabra cáncer derivada del griego karkinos (cangrejo) y fue el nombre utilizado por Hipócrates (entre años 440 y 320 a. de C.) para designar a una enfermedad que se manifestaba por tumores diversos, consunción y muerte. Hoy día, abarca a un conjunto de poco más de 180 padecimientos distintos, de los cuales menos de medio centenar resultan prevalentes. Su característica común es la proliferación autónoma e irrestricta de una extirpe celular, que crece localmente, invade los tejidos aledaños, se disemina ampliamente a través de los sistemas circulatorio y linfático por todo el cuerpo. Esta proliferación celular, además de las consecuencias de su crecimiento y localización, acarrea trastornos metabólicos, nutricionales e inmunológicos capaces de conducir a la muerte del paciente. Su resultado fatal se puede producir en un tiempo clínicamente corto, de algunos meses luego de una evolución asintomática, aparentando una enfermedad aguda, o llegar a prolongarse durante algunos años asemejándose a un padecimiento crónico (Romeo, 2011). La presencia de una neoplasia localizada o diseminada no suele ser causa de dolor por sí misma; sin embargo, a lo largo de la evolución de la enfermedad, es posible que la mayoría de los pacientes llegue a padecerlo con una intensidad que puede variar desde leve hasta insoportable, ser de corta o larga duración y deberse a un gran número de motivos directamente relacionados con su crecimiento y el de las metástasis, o por los procedimientos diagnósticos, terapéuticos, secuelas o complicaciones evolutivas. El estudio incluyó únicamente a los pacientes que padecían dolor oncológico específico, el que se denominó cancroalgia, y es el provocado por la acción local distorsiva e infiltrante del crecimiento directo del tumor primario y las metástasis que activan los receptores presentes en los tejidos comprometidos. Varios estudios señalan que los síntomas depresivos en pacientes oncológicos se presentan con una frecuencia de 25 a 30 %. Aumentan al 77 % ante el progreso, la recidiva de la enfermedad o cuando aparece el dolor (Katon, Sullivan 1990), (Derogatis, 1991), (Holland, 1998), (Vidal y Benito, 2008). Es importante destacar que las distintas y prolongadas situaciones de estrés que vivencia el paciente con cáncer a consecuencia de su diagnóstico, durante los tratamientos, los estudios y controles, períodos de recaídas, descubrimiento de metástasis o aparición de dolor, con frecuencia se asocian con trastornos depresivos. La aparición inesperada de dolor despierta el recuerdo de la enfermedad oncológica que padece, surge el miedo a su progresión y la pérdida de la autonomía, estos temores pueden ser causa de exacerbación de la percepción dolorosa y de alteraciones en el estado de ánimo Con respecto a la definición de dolor, la palabra abarca un gran número de significados que, históricamente, no han producido uniformidad de criterios semánticos, siendo difícil llegar a una conclusión consensuada al respecto. La comunidad científica ha realizado esfuerzos para ponerse de acuerdo, solo a partir de 1979, con la creación de la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) que lo define como: “una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada con un daño tisular, real o potencial, o descrita en términos de dicho daño”. La intensidad del dolor, en general, guarda proporción con la de la noxa causante, sin embargo, parece depender considerablemente de la vivencia dolorosa que es siempre subjetiva y se caracteriza por ser diferente para cada persona. La percepción no depende solo del daño corporal e intervienen varios otros factores: las características de la personalidad, la historia personal, las vivencias de situaciones traumáticas infantiles, los estados emocionales, la influencia de los valores, la contención social especialmente la familiar, las creencias y la cultura. Las manifestaciones somáticas de los trastornos depresivos se expresan por un conjunto de síntomas tales como: anorexia, adelgazamiento, insomnio, apatía, dificultades en la concentración, imposibilidades físicas con impotencia que obligan a la inactividad disfuncional y conducen a un dolorimiento generalizado, sentimientos de desesperanza, inutilidad, disminución de la autoestima y retraimiento, que llevan a aislarse del medio familiar, laboral y social (Romeo, Di Pretoro, 2008). Los pacientes afectados de cáncer suelen expresar, durante el transcurso progresivo de su enfermedad, síntomas similares a los anteriores, con los que se confunden por su tinte depresivo. Para mayor complicación el padecimiento de dolor se suele acompañar de las mismas manifestaciones, en especial si es intenso y prolongado. La intercurrencia de dolor y trastorno depresivo en el curso de la evolución de los tumores malignos complica su control, dificulta el tratamiento y seguimiento, deteriora profundamente su calidad de vida y ensombrece el pronóstico. Por dichos motivos los objetivos propuestos para este trabajo fueron establecer si el control farmacológico de la depresión tenía algún efecto útil sobre el dolor neoplásico y lograba mejorar la calidad de vida. En consecuencia, resultaba imprescindible establecer previamente, a) un diagnóstico claro de cancroalgia, b) poder lograr diagnosticar con precisión los estados depresivos (y por ello tratamos de establecer si, como aparece en la bibliografía, los niveles de cortisol tienen valor como posible marcador clínico) y c) desarrollar un diagnóstico diferencial de los síntomas somáticos comunes a los tres padecimientos. Trabajo de investigación Se planificó un estudio en el campo clínico neuropsiquiátrico, de carácter prospectivo, longitudinal y observacional sobre una población representativa de pacientes con dolor de origen oncológico y trastornos depresivos concomitantes. 8 // EDITORIAL SCIENS

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