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Psicofarmacología 89

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Revista Latinoamericana de Psicofarmacología y Neurociencia.

Dra. Emilce K Blanc La

Dra. Emilce K Blanc La DA estaría vinculada en el desencadenamiento (iniciación y ejecución) del acto agresivo. Se han implicado a los receptores D1 y D2” (Halsband y col., 2008; Salaberri, 2012). La noradrenalina (NA) está vinculada a la irritabilidad facilitada por el estrés. El Ácido Gamma Amino Butírico (GABA) parece tener un efecto inhibitorio sobre la agresividad. La ocitocina, con sus receptores particularmente en amígdala y CPF, posee efecto bloqueante de las conductas violentas y favorecedor de las conductas maternantes (Zieher, 2008) A los opiáceos también se los ha relacionado con la agresividad. Su disminución en LCR se ha asociado con comportamientos autolesivos en pacientes con trastorno límite de la personalidad (Nuñez Peña y col., 2004). La vasopresina, mediante receptores V1a se vincula con estrés, agresión y violencia (Zieher, 2008). Las interleukinas IB y II, reguladoras del sistema inmunitario podrían estar vinculadas indirectamente en las conductas agresivas vía modulación de los sistemas gabaérgicos y serotonérgicos (Halsband y col, 2008). La serotonina se relacionó con la inhibición de conductas agresivas, actuando en la CPF (COF y CCA) mediante receptores 5 HT2 fundamentalmente, modulando o suprimiendo la aparición de comportamientos agresivos (Salaberri, 2012). La serotonina inhibe la secreción de dopamina en el núcleo accumbens (NAcc) (Derito, 2012). Bajos niveles de 5-hidroxi-indolacético (5 HIHAA) en LCR han sido asociados con conducta violenta, criminales y actos agresivos, caracterizados como impulsivos y en individuos suicidas (Halsband y col., 2008). Según la teoría de Cloninger, los bajos niveles de serotonina se asocian con la tendencia a tomar riesgos y los altos a evitarlos (Derito, 2012). En las personalidades antisociales se ha observado una disminución del funcionamiento del sistema de inhibición comportamental mediado por la serotonina y una activación del sistema de activación comportamental mediado por dopamina relacionado con el NAcc. Son individuos que no inhiben las conductas de placer y minimizan la posibilidad del castigo. Se sienten atraídos por la “novedad” del estímulo. Son “buscadores de sensaciones que los estimulen” y “buscadores de riesgo”. Hay trabajos que vinculan al individuo “psicópata” con una baja respuesta fisiológica desde temprana edad (bajo gasto cardiaco, ondas lentas en el electroencefalograma y baja conductividad eléctrica en la piel) (Derito, 2012). Es decir, un bajo nivel de excitabilidad o baja reactividad autonómica a los estímulos externos (Tenconi, 2012). Sentido moral / cognición moral / neurobiología La moralidad es el código de valores y costumbres que guían la conducta social. La moral descriptiva se refiere a los códigos que cada sociedad propone para los diversos aspectos más allá del no dañar (sobre: pureza, aceptación de la autoridad, lealtad empática hacia el grupo). La moralidad normativa consiste en un código universal de acciones morales y prohibiciones, independientemente del grupo social, como por ejemplo el no dañar. Estudios en simios y otros animales sociales describen a las emociones morales: gratitud, sentido de justicia, empatía (teoría de la mente), compasión, sentimiento de reciprocidad, consuelo, lealtad al grupo. En los humanos, la culpa, gratitud, orgullo, vergüenza, el temer ser evaluado negativamente por otros, la indignación por el trato injusto, es decir, estas emociones morales, son fuertes motivadores para actuar en un modo social favorable, comprender las implicaciones morales de las interacciones sociales y actuar para mejorar su reputación personal y la posibilidad de cooperación social en el futuro. Las emociones morales son manifestación de tendencias neuro-morales basadas en la evolución: no dañar, justicia, autoridad, pureza, comunidad (Méndez, 2009). A pesar de que los estudios son dispares (Méndez ,2009) la convergencia de la evidencia apoyaría la presencia de una red cerebral “neuromoral” (áreas del SNC vinculadas al control cognitivo moral), que en base a estudios de imágenes funcionales en sujetos normales, involucraría: (Ver tabla 4). Las “emociones morales o prosociales”, se encuentran al servicio de promover cohesión grupal y cooperación (necesario desde el punto de vista evolutivo) a través del no dañar, reforzar reglas morales al poder atribuir a otros, intenciones negativas y castigar a quien quiebra las reglas sociales. Este castigo (castigo altruista), es manifestación de la tendencia moral de equidad y justicia para el grupo, que se aplica aunque implique un costo personal. El establecimiento de los conceptos de moralidad y justicia, (cognición moral) se cimienta sobre la base de esquemas cognitivos de valoración (atribución de valencia positiva y negativa a las conductas) que se construyen e internalizan durante el aprendizaje. (Sánchez Toranzo y col., 2011; Zieher, 2008). Mientras se aprende, además de estos esquemas se incorporan conductas. Ambos esquemas cognitivos y conductas determinan normas de comportamiento que constituyen el andamiaje para la convivencia social. (Zieher, 2008). Existen diversos modos de aprendizaje: el aprendizaje pavloviano o condicionamiento clásico (CC), el aprendizaje instrumental u operante (CO) y el aprendizaje vicario u observacional. El CC se produce cuando un estímulo neutro (el que no trae consigo respuesta relevante alguna) se relaciona repetidas veces con un estímulo incondicionado que provoca una respuesta natural no entrenada. Después de varios apareamientos, el estímulo neutro comienza a provocar la 16 // EDITORIAL SCIENS

Psicofarmacología 14:89, Noviembre 2014 misma respuesta que el estímulo incondicionado, convirtiendo al estímulo neutro en condicionado y la respuesta que se da a este, es condicionada. En el CO se fortalecen o debilitan respuestas (conductas) voluntarias dependiendo de sus consecuencias positivas o negativas. De este modo, el organismo opera en su entorno para obtener un resultado. De acuerdo con Bandura y col., el aprendizaje humano, en su mayor parte se basa en el aprendizaje vicario u observacional que consiste en el que se incorpora a través de la observación de un modelo. Allí, el individuo imita la acción del otro. El aprendizaje social se realiza en forma completa en la medida que el individuo pueda estimar frente a la conducta del otro, la intencionalidad que esta conlleva. Múltiples experimentos, en simios y humanos, confirmaron la sospecha de que las neuronas espejo se activan ante la sola percepción de una acción realizada por otro, lo que permitió arribar a la posibilidad de que el estado mental de una persona, resuene en otra, arribándose así a la teoría de la mente. (Sánchez Toranzo y col., 2011). La teoría de la mente (ToM) y la empatía son dos procesos cercanamente relacionados con la moralidad (Méndez, 2009). Teoría de la mente / reconocimiento facial / empatía La teoría de la mente o mentalización, implica la habilidad de representarse y de representarse e inferir, los estados mentales (cognitivos y afectivos) propios y de los otros respectivamente. El funcionamiento de ToM, es dependiente de la integridad de los sistemas dopaminérgico y serotoninérgico. Shamay-Tsoory y col., han descripto un novedoso modelo neurobiológico de ToM. En él se implican regiones corticales y subcorticales funcionalmente organizadas en redes que facilitan la representación de los estados mentales cognitivos y afectivos tanto propios como de los otros. El modelo sostiene que los aspectos cognitivo (inferir creencias) y afectivo (inferir emociones) de la ToM, presentan caminos disociables de redes prefrontales aunque intercomunicados (Salaberri, 2012; Shamay Tsoory, 2007) (Tabla 5). La CPFDL y CPFDM poseen pocas conexiones anatómicas directas con el sistema límbico relacionado con el procesamiento de estados emocionales, en cambio la CPFVM, COF y la corteza frontal lateral inferior (CFLI) presentan densas conexiones con la amígdala, que está fuertemente involucrada en el procesamiento afectivo de ToM. La representación de estados mentales propios y de los demás es procesada por diferentes regiones cerebrales de las redes de mentalización, pero la habilidad para distinguir estados propios y de otros es modulada por sistemas de atención y selección funcionalmente interactivos dorsales y ventrales, en la unión témporoparietal y corteza cingulada anterior (CCA) (AbuAkel y col., 2011). El modelo de Shammay Tsoory y col., sugiere que la ToM afectiva es parte del sistema cognitivo de empatía, sugiriendo que es la ToM afectiva y no la ToM cognitiva, la que predice significativamente las habilidades empáticas del individuo (Shamay Tsoory, y col., 2007; Shamay Tsoory, y TABLA 4 La CPFVM (aéreas 10, 12, 25 y 32 de Brodmann) La COFVL (áreas 47, parte de la 10,12, 25 y la44 VL de Brodmann) La amígdala La CPFDL Imprime valor emocional y moral a los eventos sociales, anticipa el desarrollo de eventos futuros, participa en la teoría de la mente, empatía, atribución de intención, y tareas relacionadas. Media respuestas aversivas, cambios de respuesta basados en el feedback, inhibe respuestas impulsivas o automáticas o amigdalinas. Media la respuesta a la amenaza, comportamiento social aversivo y aprendizaje moral. Puede anular esta red “neuromoral” a través de la aplicación de un análisis racional a situaciones morales. También se han implicado otras regiones (Modificado de Méndez, 2009). TABLA 5 La red de ToM cognitiva involucraría principalmente a: • CPFDL • CPFDM • Corteza cingulada dorsal anterior (CCAd) • Polo temporal dorsal (PTd) • Estriado dorsal La red de ToM afectiva implicaría: • CPFVM • COF • Corteza frontal ínfero lateral (COIL) • Corteza cingulada ventral anterior (CCAv) • Polo temporal ventral( PTv) • Amígdala • estriado ventral EDITORIAL SCIENS // 17

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