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Psicofarmacología 94

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Revista Latinoamericana de Psicofarmacología y Neurociencia.

Psicofarmacología 15:94, Octubre 2015 Farm. Mariano J Scolari Servicio de Farmacia. Hospital Alemán. Av. Pueyrredón 1640. CABA. Argentina. Fecha de recepción: 15 de julio de 2015 Fecha de aceptación: 25 de septiembre de 2015 Farmacología de la enfermedad de Parkinson: el retorno de los inhibidores de la monoamino oxidasa Pharmacology of Parkinson’s Disease: The return to Monoamine Oxidase Resumen El avance progresivo de la enfermedad de Parkinson es una problemática capital desde su descubrimiento. Los inicios de la terapéutica de este trastorno lograron una marcada mejora sintomática, pero poco se ha conseguido en la detención de la pérdida de las neuronas dopaminérgicas nigroestriatales. Los IMAO-B, desestimados en un comienzo por sus efectos adversos son hoy en día la alternativa para disminuir el deterioro progresivo, logrando un mejor control de la enfermedad y mayor calidad de vida del paciente. Abstract The progressive advance of Parkinson’s Disease is has been a capital issue since its discovery. The beginning of the therapeutics of this disorder achieved a marked symptomatic improvement, although little progress has been made in stopping the loss of nigrostriatal dopaminergic neurons. The MAO-B inhibitors, which have been overlooked in the beginning due to their adverse effects are nowadays an alternative to reduce progressive worsening, thus achieving a better control of the disease and a higher quality of life for the patient. Palabras clave Enfermedad de Parkinson – Dopamina – IMAO-B – Selegilina – Rasagilina. Keywords Parkinson’s Disease – Dopamine – MAO-B – Selegiline – Rasagiline. Scolari Mariano J. “Farmacología de la enfermedad de Parkinson: el retorno de los inhibidores de la monoamino oxidasa”. Psicofarmacología 2015;94:23-27. Puede consultar otros artículos publicados por los autores en la revista Psicofarmacología en sciens.com.ar Introducción La enfermedad de Parkinson (EP) es un síndrome que impacta de manera contundente en la calidad de vida del paciente que la padece. Se caracteriza principalmente por temblor en reposo, rigidez, bradiquinesia e inestabilidad postural. Fue descripta inicialmente por James Parkinson, en 1817. Desde entonces, el conocimiento sobre la neurobiología de la EP y los cambios neuroanatómicos que la producen han aumentado notablemente. De forma resumida, la destrucción progresiva de las neuronas dopaminérgicas de la sustancia nigra pars compacta, perteneciente al sistema nigroestriatal, es el evento más significativo desde el punto de vista fisiopatológico y farmacológico. Queda claro, entonces, que la EP pertenece al grupo de las enfermedades neurodegenerativas. Debido a que no hay un mecanismo dilucidado para la pérdida neuronal, el tratamiento farmacológico no aborda, al EDITORIAL SCIENS // 23

Farm. Mariano J Scolari menos en una forma esencial, la neurodegeneración sino que está apuntado a restaurar el tono de dopamina, proyectado desde la sustancia nigra, que debe alcanzar el cuerpo estriado. De esto se desprende que el tratamiento actual de la EP es, fundamentalmente, sintomático, lo que significa que el progreso de la enfermedad continúa a pesar del tratamiento farmacológico. Esto constituye una verdadera problemática que aún permanece inconclusa. Muy pocos fármacos de los disponibles han demostrado tener capacidad neuroprotectora y por ende la propiedad de detener el curso nefasto de la enfermedad. Sin embargo, de acuerdo con la bibliografía, en muchos casos la neuroprotección se ha demostrado en modelos in vitro con poca correlación clínica (agonistas dopaminérgicos) (Ping, 2015). Los inhibidores de la monoamino oxidasa selectivos de la isoforma B (IMAO-B) son los principales representantes de la neuroprotección que han demostrado cierto valor clínico, tanto en la mejora de la sintomatología como en el avance de la EP. En este capítulo, se propone una revisión de las medidas farmacoterapéuticas disponibles haciendo especial foco en los IMAO-B, estandartes de la neuroprotección. Sinapsis dopaminérgica Para comprender como funcionan los fármacos antiparkinsonianos se describirá de forma breve la estructura y funcionamiento de una sinapsis dopaminérgica (Figura 1). Previo a su almacenamiento en las vesículas sinápticas, la dopamina se sintetiza a partir de tirosina. Una vez dentro de la neurona, la tirosina es hidroxilada, en el paso limitante de la cascada biosintética, por la tirosina hidroxilasa, obteniéndose L-dihidroxi-fenilalanina (l-dopa). En el siguiente paso, la descarboxilasa de aminoácidos aromáticos (LAAD) convierte la l-dopa en dopamina. Una vez sintetizada, la dopamina es introducida dentro de las vesículas sinápticas a la espera de un potencial de acción que promueva la liberación hacia el espacio sináptico. Tras difundir por este, la dopamina se une a los receptores post sinápticos para desencadenar una respuesta y a los autorreceptores, presinápticos, FIGURA 1 Esquema simplificado de una sinapsis dopaminérgica nigroestriatal. La tirosina inicia la ruta biosintética de la dopamina (DA), la que luego es ingresada en las vesículas sinápticas a la espera de un potencial de acción liberador. Tras la exocitosis, el neurotransmisor busca los receptores post sinápticos para desencadenar una respuesta en el nivel estriatal. El resto de DA es en parte degradado por la COMT y parte recaptado por la terminal presináptica. Nuevamente dentro de la neurona, la DA puede ser realmacenada o bien degradada por la MAO mitocondrial. TH: tirosina hidroxilasa. DOPA: dihidroxi-fenilalanina. LAAD: L-aminoácido aromático descarboxilasa. MAO: monoamino oxidasa. COMT: catecol – o – metil transferasa. 24 // EDITORIAL SCIENS

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