Trastornos por sustancias - Psicofármacos. Benzodiacepinas y drogas Z
Capítulo 5 Alteraciones
Capítulo 5 Alteraciones cognitivas en usuarios de benzodiacepinas y otros fármacos con impacto cognitivo Jorge Alberto Campos, Marcela Waisman Campos Introducción El uso de sustancias psicoactivas no es algo nuevo y lleva miles de años en distintas culturas tan variadas y distantes como la china y la de los pueblos originarios americanos. La adicción es un trastorno mental con aspectos neurológicos y neuropsicológicos que subyacen al proceso adictivo. La mayor parte de las investigaciones actuales en usuarios de drogas han demostrado un importante impacto cognitivo en corto, mediano y largo plazo y esto puede ser medido con evaluaciones neurocognitivas como también en lo estructural por estudios de resonancia magnética cerebral (RMN), tomografía computarizada por emisión monofotónica o de fotones individuales (SPECT) y tomografía por emisión de positrones (PET). La escasa percepción de riesgo en la sociedad del uso de benzodiacepinas (BZD), como el amplio empleo en múltiples patologías, entre otros motivos, explica la elevada prevalencia de abuso o mal uso de las BZD. Muchos medicamentos de prescripción, incluyendo los opioides para aliviar el dolor y las benzodiacepinas recetadas para los trastornos de ansiedad o del sueño, cuando se administran sin supervisión médica, pueden ocasionar complicaciones, incluso con impacto en la conducción de vehículos o maquinarias. El término “trastorno cognitivo” implica que es posible definir un “índice esperado” de procesamiento de información compleja y de conducta. Por lo tanto, los resultados en el desempeño, por ejemplo observado durante una evaluación neurocognitiva, deben ser contextualizados en el marco de un desempeño esperable para su edad y nivel educativo. La variabilidad interindividual en el desarrollo cognitivo afectará luego la reserva cognitiva y, por lo tanto, frente a un daño cerebral será variable el compromiso clínico. El nivel en el funcionamiento cognitivo es un predictor importante del nivel de autonomía, funcionamiento psicosocial y laboral (Waisman, 2013). Las principales modificaciones funcionales relacionadas al uso de BZD van desde las conductuales como también en las distintas áreas cognitivas con compromiso en la atención, la memoria y las funciones ejecutivas. Requerimos la integridad de nuestras funciones cerebrales para recordar lo EDITORIAL SCIENS 59
A Sánchez Toranzo y F Hansen // Trastornos por sustancias - Psicofármacos. Benzodiacepinas y drogas Z leído, pensar con claridad, diagramar pasos a seguir para cumplir una meta, viajar de un lado a otro arribando a destino, transmitir un mensaje en forma clara, manejar finanzas y organizarse para llevar a cabo tareas cotidianas. El funcionamiento cognitivo puede verse disminuido por diversas causas, entre las cuales se encuentran los trastornos por uso de benzodiacepinas. El deterioro cognitivo también impacta en la modificación de los patrones de conductas personales y sociales de los pacientes, que incluyen el empobrecimiento de sus motivaciones e intereses, el abandono de actividades académicas y deportivas a edades tempranas, la pérdida de contactos sociales y la mayor incidencia de accidentes y traumatismos que impactan directamente en su calidad de vida (Waisman Campos et al., 2013). La inclusión de la evaluación neuropsicológica es una herramienta fundamental para el diagnóstico y un complemento ideal para el seguimiento y la selección del tratamiento. La calidad de vida, según lo define la Organización Mundial de la Salud, constituye un concepto subjetivo, multidimensional y dinámico que contiene aspectos físicos, cognitivos, psicológicos, sociales y espirituales, resultados de la interacción entre las expectativas y la experiencia actual, que está condicionada cuando una persona se inicia y persiste en el uso de benzodiacepinas u opiáceos. En usuarios de alcohol, marihuana o cocaína, a veces el uso de benzodiacepinas pasa casi desapercibido, sin embargo, la abstinencia a las benzodiacepinas suele ser bastante sintomática y el uso prolongado asociarse a complicaciones. La indicación terapéutica de usar BZD no debe superar las 8-12 semanas (salvo excepciones), y se debe tener en cuenta al incorporarlas la dificultad de retiro. Evaluación de las funciones cognitivas en pacientes con trastorno por consumo de sustancias La combinación de la entrevista clínica y la evaluación cognitiva aportan información indispensable para determinar la situación cognitiva y emocional del paciente, y posibilita el establecimiento de un nivel basal como referencia para el control evolutivo. Es necesario entrevistar también un familiar o acompañante, para determinar la funcionalidad del paciente en las actividades de la vida diaria, académicas, laborales y sociales, incorporando a la familia al proceso terapéutico desde un comienzo (Waisman Campos M, 2012). Los pacientes que presentan deterioro no lo reconocen, no lo perciben o lo minimizan al ser interrogados, por lo cual con entrevistas a convivientes o evaluaciones neuropsicológicas se puede hallar. Diferenciar si su déficit es ego-sintónico, o si niegan sus problemas, o un poco de ambos es una de las dificultades que se debaten actualmente, y que se afronta al tratar pacientes con adicciones. Los primeros experimentos para medir las diferencias individuales en las funciones psicológicas fueron realizados por el astrónomo Friedrich Wilhelm Bessel, en 1796. Bessel sintió curiosidad por el despido de un ayudante del observatorio de Greenwich, cercano a Londres, porque siempre reaccionaba de manera más lenta que su superior al observar las estrellas y 60
