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Psicosis agudas II - Cap 3 - Las psicosis afectivas monopolares según la escuela de Wernicke-Kleist-Leonhard - MNC Derito

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MNC Derito // Urgencias en Psiquiatría. Psicosis endógenas agudas en una zona específica que es dónde confluyen las fibras de asociación. Sabemos que las percepciones llegan a la corteza cerebral, y desde allí se imparten las órdenes para la respuesta motora. Las fibras que van y vienen de la corteza a la periferia, pertenecen al sistema de “proyección”. El origen o terminación de las vías de proyección se localiza en focos de la corteza cerebral. Por lo tanto los llamados síntomas de foco tienen lugar ante la interrupción o excitación de las vías de proyección, o de estos focos a los que llama “campos de proyección” de las mismas. Más allá de los campos de proyección habría un sistema de fibras de asociación de gran volumen, que unen entre si los campos de proyección. Para Wernicke las enfermedades mentales forman las enfermedades especiales de este sistema de asociación (esta concepción con algunos matices proviene de su maestro Meynert). Esta idea explicaría porque las enfermedades mentales carecen de síntomas de foco, porque no están afectados ni las vías ni los campos de proyección. Este sistema de asociación sería el lugar donde se desarrollan los procesos intrapsíquicos, dividiéndolos en: • Autopsíquicos: son los sucesos intrapsíquicos de la conciencia. • Alopsíquicos: son los sucesos externos que procesa la conciencia, después de ser captados por los sentidos. • Somatopsíquicos: son los sucesos del propio cuerpo. En el caso de las enfermedades anímicas, desarrolla la hipótesis de que tales alteraciones son producto de una “afunción intrapsíquica”, hipofunción (en el caso de la melancolía), hiperfunción (en el caso de la manía) de las vías intrapsíquicas o sistema de fibras de asociación. La afunción o hipofunción intrapsíquica daría origen al delirio autopsíquico de desvalorización, y la hiperfunción sería el origen del delirio autopsíquico de grandeza. Tanto sea si la alteración es cuantitativa en el sentido de la timia, como que sea cualitativa en el sentido de una desviación del funcionamiento intrapsíquico, el resultado siempre es una alteración autopsíquica de la personalidad. Esta hipótesis de Wernicke nunca se pudo comprobar, no se encontraron lesiones en los campos de asociación en las enfermedades mentales. De todas formas las descripciones clínicas que realiza de los cuadros es altamente valiosa y digna de tenerse en cuenta. Hoy la neuroimágen estructural y funcional, nos da otras herramientas para comprender estos fenómenos desde el punto de vista neurobiológico y localizacionista como proponía este investigador. Melancolía afectiva Wernike realiza una delicada observación y análisis llegando a la esencia del problema cuando dice que “el comienzo de la melancolía afectiva frecuentemente de expresa en la incapacidad para cualquier emprendimiento, por más simple que sea en sí mismo”. Esto se traduce como la incapacidad de decidir entre hacer y no hacer (no hacer, también puede significar un gran esfuerzo de la voluntad), y sería el producto de una acinesia condicionada intrapsíquicamente. Al principio le cuesta decidir sobre situaciones complejas o nuevas, al avanzar la enfermedad, no puede decidir sobre las acciones habituales de la vida cotidiana, hasta que finalmente no puede levantarse de la cama. 84

Según este autor, cada individuo expresa la forma en que lo afecta esta incapacidad, “de acuerdo a su personalidad”. En las personas responsables, da origen al delirio de culpa o al delirio de desvalorización. Vivir siempre implica enfrentarse a situaciones nuevas sobre las que hay que tomar decisiones, desde las más sencillas a las más complejas, los seres humanos, los únicos que poseemos la noción del tiempo, según la personalidad, podemos tenerle miedo al futuro, lo que significa temor a seguir viviendo. Dice Wernickela auto percepción de la dificultada actividad de la voluntad, la subjetiva sensación de insuficiencia, es en realidad el síntoma más significativo y característico de la melancolía afectiva”. Las sensaciones psíquicas son el resultado de la actividad intrapsíquica, que a través de múltiples asociaciones hace que se genere algún tipo de interés hacia las personas o las cosas (amor, odio, venganza, confianza, placer, etc.), si esa actividad esta disminuida, el enfermo percibe el enfriamiento o embotamiento de sus sentimientos hacia su familia, su trabajo, actividades recreativas, etc. Esta indiferencia es captada por el paciente y lo vivencia como una pérdida del estímulo por la vida, emergiendo la idea de suicidio. Describe el estado anímico de estos pacientes como una sensación de vacío, de infelicidad, porque perciben la alteración patológica de su personalidad, pero carecen de la energía interior para cambiar este sentimiento. Las reacciones ante los estímulos del entorno, también están enlentecidas, siendo también el resultado de la disminución de la función intrapsíquica. El observador vera objetivamente en el paciente un déficit para la acción. La angustia que es vivenciada por el paciente como tristeza con repercusión física como opresión precordial, cefaleas, globo esofágico con pérdida del apetito, disminución del gusto y los olores agradables, Wernicke propone que la angustia es secundaria a la función intrapsíquica inhibida. También lo sería la fijación en ideas tristes que suelen tener dos connotaciones, o bien se aferran a sucesos trágicos del pasado de los que se sienten culpables, o bien a temores hipocondríacos que encuentran su fundamento en cualquier sensación corporal. El aumento de la intensidad de los síntomas, puede llegar a un extremo en el cual puede aparecer un delirio fantástico de desvalorización, en el que el paciente se siente culpable de sucesos mundiales como el hambre, la enfermedad, puede surgir la negación de la propia existencia. Hay casos en los que aparecen voces que acusan al paciente, que suelen manifestarse en forma aislada y simple. También alucinaciones o imágenes desdibujadas de familiares fallecidos, generalmente en situación hipnagógica de ensoñación. Vemos que a estas alturas la enfermedad ya ha abarcado las tres áreas que serían el resultado de múltiples asociaciones, la autopsíquica con el delirio de desvalorización, la alopsíquica con la indiferencia hacia impresiones externas y la somatopsíquica con las sensaciones corporales interpretadas erróneamente que dan lugar a los temores hipocondríacos. La enfermedad puede seguir un curso favorable después de algunos meses, y en casos raros se cronifica. Para Wernicke la melancolía afectiva era uno de los cuadros más comunes y con alta carga familiar. Era de muy buen pronosticó y evolucionaba indefectiblemente hacia la curación completa, si bien reconoce su tendencia a las recidivas. No hace distinción en cuanto a las edades de comienzo aunque reconoce que en la vejez puede ser mayor 85

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