Views
8 years ago

Psiquiatría 13

  • Text
  • Conductual
  • Postraumatico
  • Estres
  • Mitopoiesis
  • Lorenzo
Revista Latinoamericana de Psiquiatría.

Psiquiatría 4:13, Marzo 2011 de profundidad en relación a la entrada a la mina, cerciorándose que no era solo un derrumbe lo que había ocurrido, sino que la mina había colapsado totalmente. Estuvieron trabajando toda la noche del viernes mientras la mina seguía cediendo, asentándose, derrumbándose, colapsando en movimientos que casi arrebatan la vida de más de un rescatista. Era imposible seguir con un rescate del tipo convencional; o se los dejaba olvidados, o había que pensar en otra forma de sacarlos. Toda esta información ya estaba en los medios y aparecía copiosamente en los noticiarios con declaraciones de ministros y el mismo Presidente de la República que llegó a San José por primera vez el sábado pasada las 20 hrs., quien comprometió todos los recursos del estado para buscar y rescatar a los mineros. Pero los familiares estaban descontrolados, y ese mismo día tuvo lugar uno de los puntos de tensión más fuertes: los familiares agolpados en el acceso exigían la presencia de los dueños de la empresa pues deberían ser ellos quienes “den la cara”. La situación no mejoró cuando los familiares veían que los equipos de rescate iban saliendo de la mina. El mensaje que quedó en ellos fue: “Los están abandonando…”, lo que lógicamente encendió nuevamente los ánimos de las personas que a esta hora estaban en el lugar. Quizás el punto más álgido de dicha jornada fue cuando el Ministro de Minería quebrándose les comunica a los familiares que la operación había fallado, ante lo cual uno de ellos señaló: “Usted debe ser fuerte, no puede quebrarse frente a la gente”. Todo esto, en directo por televisión. Esa misma noche se comenzó a gestar una idea de rescate; consistía en colocar sondajes (perforaciones de 15 cm. de diámetro) apuntando a distintos lugares donde teóricamente deberían estar los mineros: el refugio, el taller y algunos túneles. Si uno de esos sondajes lograba tomar contacto con algún minero la operación sería menos apremiante en relación al tiempo, debido a que por esa misma perforación se le podría suministrar comida, aire y agua. El mismo domingo comenzaron los sondajes en una misión sin vuelta atrás: el primer objetivo era tomar contacto con ellos y después sacarlos en el estado en que se encontrarán (Imagen 1). Al principio era una veintena de familiares, pero a medida que pasaba el tiempo llegaron a ser entre 300 y 600 dependiendo de la hora del día. El día domingo ya había una solicitud formal por parte del gobierno para viajar el lunes en el vuelo que saldría por la tarde. Sin embargo, todo se apresuró. El Presidente de la República deseaba llegar con los expertos en el avión presidencial, y así lo hizo. El lunes cerca del mediodía iba en camino al Grupo 10 ubicado en el interior del Aeropuerto Internacional de Santiago, lugar desde donde opera el avión presidencial. Yo iría en avanzada junto a la comitiva presidencial y de expertos, que incluía adicionalmente a dos ingenieros de Codelco y un psiquiatra del Ministerio del Interior. El objetivo era tener para la noche un diagnóstico preliminar y plan de acción que ejecutar, ya que el resto del equipo de profesionales (entre ellos el Jefe de la UTED, médico psiquiatra Rodrigo Figueroa) llegaría aproximadamente a las 21 hrs. La llegada al lugar Una vez que llegamos al aeropuerto nos dirigimos directo al lugar. Lo primero que hicimos fue recorrer el −ya a esa altura− campamento que habían instalado los familiares y amigos en las inmediaciones de la mina, así como las máquinas que estaban realizando los sondajes, la sala para los gestores de la emergencia, los comedores y los lugares donde estaba ubicada la prensa (Imagen 2). Después de recorrer brevemente la zona, y conversar con los familiares y algunos gestores de la emergencia fue suficiente para identificar inmediatamente algunas áreas de trabajo que pasarían a ser parte de la estrategia de apoyo psicosocial a familiares. Si bien las acciones que se habían realizado hasta el momento eran bastante buenas, aún quedaban algunos desafíos por superar: una excesiva mediatización del evento, un aumentado asistencialismo a familiares, una altísima incertidumbre por parte de IMAGEN 1 Al principio era una veintena de familiares, pero a medida que pasaba el tiempo llegaron a ser entre 300 y 600 dependiendo de la hora del día. La activación La activación se venía visualizando desde el sábado por la mañana; numerosas llamadas telefónicas sugerían la urgente presencia de un especialista que ayudara con los aspectos psicosociales de la emergencia, específicamente en lo que refiere a asistencia a familiares agolpados en las afueras del lugar en la mitad del desierto más árido del planeta. EDITORIAL SCIENS // 9

IMAGEN 2 El plan de acción era bastante simple pero completo y debía cumplir por lo menos los primeros tres niveles del Modelo de Apoyo Psicosocial en Desastres. los familiares (necesidad de información), existencia de mucho rumor e informaciones contradictorias, disposición de diversos tipos de ayuda psicosocial con poca coordinación, sistemas de apoyo duplicados (más de una organización haciendo lo mismo), desorden en el uso de las zonas del campamento y precariedad de los refugios. Otros elementos como la disposición de agua, saneamiento, alimentación y seguridad estaban ya perfectamente cubiertos. La estrategia El plan de acción era bastante simple pero completo y debía cumplir por lo menos los primeros tres niveles del Modelo de Apoyo Psicosocial en Desastres sobre el cual justificamos nuestras intervenciones; una vez comunicado y compartido esto con las autoridades comenzamos inmediatamente a ejecutarlo. La estrategia incluiría trabajo en varios frentes de acción: - Capacitación y empoderamiento a los profesionales locales en relación a aspectos esenciales del cuidado e intervención de salud mental en emergencias y desastres, y la gestión de estas situaciones. Por lecciones aprendidas de otros desastres sabíamos que era esencial empoderar a los profesionales locales debido a que son ellos quienes mejor conocen las particularidades de la zona, además de ser ellos quienes permanecerán con la comunidad una vez terminado el evento. - Coordinación de un programa de ayuda psicosocial dividida por grupos: a) para los familiares de los mineros atrapados, que a su vez estaba subdivididos en apoyo a adultos, y apoyo a poblaciones especiales (niños, extranjeros, ancianos, enfermos crónicos, entre otros); y para b) los gestores de la emergencia. Serían catastrados todos los familiares para identificar vulnerabilidades especiales, así como mantener un control de avance y registro de actividades. Cada organismo presente en el rescate se haría cargo de un área, teniendo dos reuniones de coordinación diarias al principio y término de cada jornada; con esto fueron reducidas las descoordinaciones y duplicación de funciones. - Regularización del campamento: la posibilidad que los familiares dejaran el campamento era cada vez más remota. De hecho, sucedía todo lo contrario, cada día que pasaba la población del campamento aumentaba, por lo que cualquier intento de hacer que la gente bajara a Copiapó sería insensato. Lo más cuerdo en ese momento era entregar soporte básico a las familias que deseaban seguir acompañando a sus seres queridos ahí, por lo que se redefinió la distribución del campamento tal como indica la imagen 3. El campamento “Esperanza” ahora tendría cuatro áreas divididas con controles de acceso: las áreas de sondaje y para gestores de la emergencia seguirían iguales (como señala la imagen 2), pero el control de acceso sería desplazado y sería creada una nueva zona (zona cinco) exclusiva para los familiares catastrados que portaban credencial de acceso. El principal objetivo era entregar mejores refugios (fueron instaladas 33 carpas) y separar a los familiares de los medios de comunicación. En la antigua zona de campamento estaban ubicados los comedores municipales, lugar donde se preparaba y servía la comida para quienes estaban en las zonas uno a cinco. Las zonas dos y tres siguieron siendo de puestos médicos, y la zona cuatro de amigos, curiosos y algunos familiares que no se movieron a la zona cinco pues no era obligatorio su uso, pero sí lo tenían disponible para cuando quisieran privacidad. - Regularización de rutinas comunicacionales: la herramienta más eficiente para gestionar el rumor y disminuir la incertidumbre es el informar a través de rutinas comunicacionales. Se instaló una rutina comunicacional que consistía en tener reunión con los familiares primero y con la prensa después. La comunicación con los familiares era en privado dos veces al día, después de lo cual recién se liberaba la información a la prensa. Los objetivos que cumplía esta rutina era que los familiares fueran los primeros en saber el estado de avance y pudieran privadamente resolver dudas con los expertos de la perforación, así como nutrir proactivamente a los 10 // EDITORIAL SCIENS

Biblioteca

Av. García del Río 2585 Piso 12 A - C.A.B.A
+54 11 2092 1646 | info@sciens.com.ar

Editorial Sciens, Todos los Derechos Reservados 2015