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Psiquiatría 18

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Revista Latinoamericana de Psiquiatría.

Psiquiatría 5:18, Junio 2012 Drogadependencia Esvh!efqfoefodf Prof. Dr. Miguel ˘ngel Materazzi Prof. Emérito UCES-Prof. Consulto Universidad de Buenos Aires (UBA). Académico de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires. ¿Por qué drogadependencia? Este término drogadependencia lo he acuñado a principios de los años ‘70 y la Organización Mundial de la Salud lo adoptó, en lugar de drogadicción o toxicomanía. Sin embargo, todavía vemos como algunos profesionales y sistemas de salud lo siguen utilizando. ¿Por qué este cambio en la terminología? Las palabras, connotan y denotan ideología, y a veces por vis a tergo se utilizan determinadas denominaciones que no reflejan lo que realmente significan. A fines de clarificar, tendríamos que hacer una breve reseña histórica de la presencia de las drogas usadas en función de uso-abuso o dependencia en nuestro país desde el principio del siglo XX. La droga más importante en la actualidad es el alcohol. Las consecuencias en nuestra población están reflejadas en las últimas estadísticas que dan una cifra cercana a cuatro millones de alcohólicos en el país. Durante mi gestión como Director Provincial de Salud Mental en la Provincia de Buenos Aires en el período de los años ‘84/’87 realicé un relevamiento en el conurbano desde el Norte al Sur, que dio como resultado la cifra de 750.000 alcohólicos. ¿Por qué es tan complejo encarar su control? porque es lícito, cualquiera tiene alcance a su consumo, desde una criatura hasta un anciano estando enraizado en lo cultural. A pesar de que hoy día hay ciertas disposiciones que limitan la venta a menores, igual se transgreden. Las grandes publicidades muy bien configuradas, de elevado costo y sofisticadas, bombardean continuamente la casa del ciudadano insertándose en la cosa folklórica. No hay casamiento, cumpleaños, comunión, velatorio, alegría, tristeza que no esté mediatizada por el alcohol. No solamente a nivel local, sino a nivel internacional, siendo por lejos la droga más significativa. Desde 1900 hasta 1940, período marcado con hechos trágicos y únicos como la primera guerra mundial, el genocidio armenio, la guerra civil española, la segunda guerra mundial y el holocausto, entre los más significativos y dolorosos; se vivieron concomitantemente las vanguardias donde se conjugaron significativos aportes a la creación intelectual, plástica, escultórica., científica, filosófica y poética, ingresando activamente “la coca y la morfina”. En nuestro país se ve reflejado en el cancionero popular tanguístico, donde podemos escuchar en alguno de sus estribillos mencionar habitualmente el alcohol y la droga, ésta última circunscripta a pequeños EDITORIAL SCIENS // 9

grupos de alto poder adquisitivo, intelectuales, artistas, deportista, no así el alcohol que actuaba como soporte de todos los sectores sociales. Además de los efectos nefastos de la segunda Guerra Mundial, como el holocausto o la bomba atómica, se adquiere un flagelo que pasó desapercibido, la población no le prestó atención, pero fue muy nocivo y sigue siéndolo: la anfetamina. Ésta invadió todo el nivel terciario y universitario, era común encontrar en las décadas de los años ’40, ‘50 y ‘60 la iniciación de dependientes con la combinación de alcohol y anfetamina. Combinación que era funcional para el sufriente consumidor de gran cantidad de alcohol, en el cual se constituye primero un período de euforia que se llama el período del león, para luego pasar a un período de depresión, que se llama período del ratón o bajón; en ese momento, el sufriente consumidor ingiere la anfetamina, era común encontrar el consumo de tres litros de alcohol con un tubo de anfetamina, con el consecuente deterioro casi irreversible en la mayoría de los casos. A nivel de los medios masivos de comunicación (como es costumbre) no se le dio la trascendencia que debía tener, quedando circunscripta el abordaje de esta problemática a pequeños equipos de salud. Los medios de comunicación masiva, desde mi punto de vista, son más medios de información que de comunicación; son noteros, sensacionalistas, y no vieron en ese momento que el tema “droga” era vendible, por lo tanto, no le dieron la real importancia siguiendo su avance en el cuerpo social. Llegando a mediados de los años ‘50 después de la guerra de Corea y hacia sus finales, nos encontramos con la introducción de la marihuana. Comenzando su consumo por pequeños grupos de deportistas, intelectuales, gente del medio artístico y agregándose el alcohol y la anfetamina. A fines de los años ‘50, aparece el ácido lisérgico, droga alucinógena desestructurante. Siguiendo este recorrido llegamos a la década de los años ’60. Ésta presenta una serie de contradicciones, como lo fue la arbitraria guerra de Vietnam que a pesar de ser un hecho trágico se intenta convivir en una atmósfera muy conflictiva y a su vez creadora, posibilitando rescatar ciertos valores fundamentales que se estaban perdiendo. De todas maneras, la Argentina entre los años ‘68 y ‘69 no estuvo ajena a la influencia dominante, ocurrió la gran eclosión de la droga, que se coronó con una marcha “La marcha de la flor”. Consistió en que un grupo de aproximadamente 2.000 consumidores marcharon por la calle Corrientes, desde Callao hasta el Obelisco, con una margarita en la mano pidiendo, en pleno gobierno militar, la venta de la marihuana libre. Por supuesto con la consecuente represión que tuvieron. Pero eso nunca se había dado en el país. ¿Qué es lo que pasó?, ¿cómo empieza a circular más la marihuana, el lisérgico? Comienzan a ser moneda corriente las anfetaminas, ingresa solapadamente la morfina y la cocaína. ¿Qué pasó? Vamos a señalar tres aspectos medulares, aunque puede haber muchos más, del porqué de esta eclosión. Un primer aspecto es que la juventud argentina, lamentablemente hasta el presente, va buscando figuras identificatorias, y por lo general, por esta rara mezcla de razas que tenemos y que todavía no ha decantado vamos a buscar afuera, en el exterior. En mi adolescencia, la generación que cubre los años ‘40 y los ‘50 miró con agrado todo lo europeo, en los años ‘60 era habitual y valorado para los jóvenes el modelo hippie, que venía de vuelta en franca declinación e infiltrado. El modelo hippie, no es en el comienzo una cosmovisión destructible, al contrario, se puede estar de acuerdo o no pero en sus inicios dicho modelo tenía principios, como romper con la sociedad de consumo, volver a la naturaleza, amor y paz. Pero los jóvenes, muchas veces, cometen graves errores, por ejemplo el de la ingenuidad y soberbia, creyendo que con tan solo con su cosmovisión renovadora, los grandes intereses internacionales, que tienen el caudal de consumo más grande en el niño y en el joven, los iban a respetar tan solo por su concepción filosófica. No fue así, como era de esperar, le infiltraron el movimiento las organizaciones guardianes del poder en combinación con grupos mafiosos que sentían que la juventud se estaba rebelando; y viendo la necesidad de actuar, les comercializaron todo, desde el mocasín hasta el pelo largo y, por supuesto, introdujeron la droga. Por lo tanto, se fue desmoronando el movimiento y la prueba, que no es casual, se puede ver en la venta masiva (aproximadamente unos 5 millones de ejemplares en dos años) de los libros de Aldous Huxley y Timothy Leary, francos mensajes proselitistas del consumo, que por su cuenta hubieran tenido escasa venta. Ese movimiento desmoronado fue una figura identificatoria para cierto sector de la juventud. Es dable aclarar el concepto prejuicioso de la asociación de la música, juventud y droga, conclusión errónea, pues conocemos personas que hacen música y no consumen y gente que no está en ese ambiente y consume. Estos ambientes son muy visibles, en cambio es de señalar que existe una gran franja de consumidores ocultos que se desarrolla en el seno de educadores, seguridad, trabajadores, profesionales, políticos y hasta amas de casa. 10 // EDITORIAL SCIENS

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