mano. Es el hombre del momento. En ese sentido, plantea Agamben (2001) que hoy podemos constatar que la experiencia no es algo realizable. El hombre contemporáneo es incapaz de tener y transmitir experiencias. El hombre moderno trabaja todo el día, se relaciona con muchas personas, puede hacer un deporte, pero ninguna actividad es una experiencia. La experiencia no es exactamente conocimiento, sino autoridad, es decir, es la posibilidad de relato, o sea, de transmisión de una cultura de una generación a otra. El sistema capitalista impone una constante sensación de presente, todo está a la mano, todo puede ser consumido, la historia misma se ha consumado (Fukuyama) esto significa no un final cronológico, sino la idea de haber llegado al pico más alto del proceso civilizatorio de la humanidad. En ese sentido, no se considera la idea de construir el pasado para proyectar el futuro, y queda fuera del discurso la transmisión de valores y saberes de una generación a otra. La pérdida de certeza en la potencia humana para producir cultura, valores y saberes que constituyan una comunidad formada al menos por tres generaciones, es decir, tener y dar una experiencia, responde al desplazamiento del potencial humano hacia fuera de la órbita humana: hacia los instrumentos, los números y los experimentos. La experiencia implica un sujeto deseante, es decir, que la experiencia es por definición, incompleta, supone siempre que algo falta, que provoca un movimiento. En cambio nuestro personaje es como el amo de Hegel, que sólo puede apetecer, o sea, querer algo, obtenerlo y consumirlo hasta el final. El capitalismo nos somete a todos al querer, tener y terminar y corta las vías del deseo. La experiencia humana es la del esclavo de Hegel, aquel que puede desear porque jamás obtendrá la totalidad, por lo cual se mantiene en la tensión del deseo, como incumplimiento de si, como lo inacabable, el poder hacer. Si se sume al sujeto en la impotencia del no tener experiencia, se lo condena, a la desconexión entre generaciones, entre los miembros de una familia, y de cada uno consigo mismo. El sistema capitalista pone a todos los sujetos a apetecer, consumir y consumirse con el objeto apetecido, y a no desear, lo ahoga en la total completud del tener todo, pero con la condición de aceptación sin cuestionamientos de las reglas del sistema. La experiencia es lo que hace humano al sujeto, es decir, el bebé debe ser introducido en la cultura por alguien que cumplimente la función materna-paterna, el bebé necesita para constituirse en humano entrar en el lenguaje simbólico, y eso puede hacerse desde la función materna-paterna, en la película parecería que estos padres desconectados no se consideran potentes, responsables, para educar a sus hijos, o sea, introducirlos en el capital simbólico de su cultura, por eso parecen estar todos perplejos, no comprenden cómo suceden las cosas en la vida cotidiana. El humano entra en la lengua, es el único ser vivo que necesita que otro realice esta función. El humano no es hablante desde siempre, es decir, ha tenido una infancia, para hablar debe constituirse en sujeto del lenguaje, debe decir yo, y por esto el humano es un ser histórico. Como aporte de este texto, me interesa subrayar la idea de una constitución subjetiva actual, que no encuentra un anclaje en la experiencia pasada, y que por tanto, le es muy difícil imaginar el futuro, es decir, producir un sentido individual y social. Bibliografía - Marx Carlos, Engels Federico, Manifiesto del partido comunista, Nativa, Montevideo, 1971. - Weber Max, Economía y sociedad, FCE, Bs. As., 1992. - Marx Carlos, El Capital, Siglo XXI, Madrid, 1991. - Althusser Louis, Ideología y aparatos ideológicos del Estado, Nueva Visión, Bs. As.,1988. - Agamben Giorgio, Infancia e historia, Adriana Hidalgo, Bs. As., 2001. - Kojève A., La noción de autoridad, Nueva Visión, Bs. As., 2005. - Foucault M., Defender la sociedad, FCE, Bs. As. , 2000. - Negri Antonio, Movimientos en el Imperio, Paidos, Bs. As. 2006. - Negri Antonio, Fin del Invierno, La isla de la luna, Bs. As. 2004. - Lipovetzky G., La era del vacío, Anagrama, Barcelona, 1998. - Hegel G.F., Fenomenología del espíritu, FCE, Mèxico, 1979. - Berardi Franco, Generación post-alfa, patologías e imaginarios en el semiocapitalismo, Ediciones Tinta Limón, Buenos Aires, 2007. - Negri Antonio, Fábricas de sujeto, ontología de la subversión, Akal, Madrid, 2006. - Deleuze Gilles, Mil Mesetas, Pre-textos, Valencia, 1988. - Puiggrós Adriana y Gagliano Rafael, La fábrica del conocimiento, Editorial Homo Sapiens, 2004. - Película: El hombre del tiempo, Estados Unidos, 2005, Director: Gore Verbinski, Protagonistas: Nicolas Cage y Michael Caine. 24 // EDITORIAL SCIENS
Psiquiatría 6:21, Marzo 2013 Formación de recursos y comunicación masiva. Agentes de salud frente a la desinformación estratégica Sftpvsdf!Efwfmpqnfou! boe!Nbtt!Nfejb/!Ifbmui!bhfout! xjui!sftqfdu!up!Tusbufhjd!Jogpsnbujpo Dra. Fabiana Materazzi Dra.Fabiana Materazzi. Médica Psiquiatra. Médica Legista. Perito Forense. Médica Área de Emergencia Hospital Borda. Jefa de Trabajos Prácticos Unidad Académica de Salud MentaL. Facultad de Medicna, Universidad de Buenos Aires (UBA). Prof. Titular de Emergentología, Unidad Lanari, Carrera de especialista en Psiquiatría, Posgrado, UBA. Resumen La medicina es ante todo una ciencia humanística, primun non nocere llega como ecos desde nuestros primeros maestros; los medios masivos son parte de nuestro diario vivir; parafraseando a Derrida podríamos llamarlos nuestros “espectros”. Los medios pueden hacer muchas veces de portavoz de las dificultades que atraviesan distintos sectores sociales, como potencializadores y acortando las distancias entre nosotros y los otros; pero también puede de la misma manera adoctrinar, imponer, distorsionar y uniformar. Los medios pasaron como el resto de la producción masiva, de lo necesario a lo superfluo, al atolladero de la desregulación y de luchas intestinas feroces mientras desarrolla poder de denunciar, exhibir, mostrarse. O justamente no es tanto ese el problema como en las condiciones que están de borrar, ocultar y omitir; que constituye lo nodal de su poder. Palabras clave Medios masivos de comunicación – Salud mental – Globalización – Humanismo. Abstract Medicine is, above all, a humanistic science, primun non nocere; it arrives like echoes from our first teachers; the mass media form part of our daily living; paraphrasing Derrida, we may call them our “spectrums”. The media may on many occasions serve as the means to communicate the difficulties that different social sectors face, as promoters and narrowing the distance between us and the others; but they can similarly indoctrinate, impose, distort and standardize. The mass media passed, alike the rest of the massive production, from the necessary to the superfluous, to the mass of deregulation and fierce intestinal fights, while it promotes the power of denouncing, exhibiting, showing itself. Or, it is precisely not so much that problem as in the conditions that are to erase, hide and omit which constitute the nodal of its power. Keywords Mass media – Mental health – Globalization – Humanism. EDITORIAL SCIENS // 25
