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Psiquiatría 3

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  • Anancastica
  • Compulsiva
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  • Psicosis
Revista Latinoamericana de Psiquiatría.

d i s c i p l a n e x a

d i s c i p l a n e x a s i n a s Prof. Dr. Miguel Ángel Materazzi Psiquiatra y Psicoterapeuta de orientación Psicoanalítica. Profesor Consulto de la Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires (UBA). Ex Director del Hospital Psicoasistencial Interdisciplinario José Tiburcio Borda. Cofundador de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA). Director de la Carrera de Médico Especialista en Psiquiatría, Instituto de Investigaciones Médicas Alfredo Lanari, Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires (UBA). Psicoterapia grupal programada. Psicocine Scheduled Group Psychotherapy. Psychocinema Resumen Este trabajo relata cómo y en qué contexto se ha logrado germinar la técnica del psicocine; la historia del método, su evolución e influencias. Se detallan aspectos de la técnica operativa y de sus resultados clínicos. El psicocine introduce, en el vasto campo del tratamiento y la rehabilitación del sufriente psíquico grave, innovadores métodos en la comunicación terapéutica, asimismo, acrecienta los aportes ya logrados. Arte, oficio y ciencia se articulan para entender a la persona sufriente y ayudarla a mantener su propia identidad y equilibrio, preservándose de las influencias negativas del contexto social que tiene como principal aliado a los massmedia. La técnica se vale de la creatividad entendida como posibilidad de plasmar algo, mediante la imaginación, más allá de la transitoriedad presente (trascender el aquí y ahora), otorgando sentido a lo que permanece oculto. El psicocine se sustenta en una posición filosófica monista dialéctica y adopta la cosmovisión heraclitiana, por lo cual su hermenéutica es la dialéctica del devenir. Intenta adecuar a la persona concreta en su crisis; aspira a dotarla de mayor libertad. La aplicación de esta técnica ha contribuido a la reconexión gregaria, al rescate del esquema corporal, y a fomentar la plasticidad, creatividad y participación de los pacientes. Asimismo, el psicocine se plantea como una herramienta útil en la prevención primaria, secundaria y terciaria. Abstract This article describes how and in which context the psychocinema technique came to be developed, the history of the psychocinema method, its evolution and influences. The aspects of this operating technique and its clinical outcomes are specified. The Psychocinema technique introduces innovative methods concerning therapeutic communication into the broad field of the treatment and rehabilitation of the individual suffering from a severe psychic disorder. In addition, it reinforces the progress already made. Art, trade and science articulate in an attempt to understand the sufferers’ condition and to enable them to preserve their own identity and equilibrium and to protect themselves from the negative influences of the social context which is mainly allied with the mass media. This technique is based upon creativity, which is deemed as the possibility to give expression to something by means of the imagination, regardless of the present transitoriness (to transcend both here and now), giving sense to what remains hidden. The psychocinema technique stems from a monistic, dialectic philosophical stance and adopts the heraclitian view of the world, which is the reason why the hermeneutics of this technique is the dialectics of progression. It intends to place the concrete person within his or her crisis; it seeks to endow such person with greater freedom. The application of this technique has led to a gregarious reconnection, to the rescue of the corporal scheme, and to promote the patients’ plasticity, creativity and participation. In addition, the psychocinema technique presents itself as a useful tool for primary, secondary and tertiary prevention. 16 // EDITORIAL SCIENS

Psiquiatría 1:3, agosto 2008 La comprensión del mensaje estético se funda en una dialéctica entre fidelidad y libertad de interpretación en la que, por un lado, el destinatario intenta recoger las insinuaciones de la ambigüedad del mensaje y llenar la forma incierta con códigos adecuados y, por otro lado, las relaciones contextuales nos impulsan a considerarlo en la forma en que ha sido construido, como un acto de fidelidad al autor y al tiempo en que fue emitido. Umberto Eco Antedecentes históricos del psicocine Los primeros aportes a la cinematografía comercial de la Psiquiatría, la Psicología, el Psicoanálisis y la Sociología se deben a los alemanes en la década de 1920 cuando, a través de su famoso expresionismo, producen filmes con rigurosa metodología y asesoramiento, de profunda plasticidad, algunos de los cuales se mencionan a continuación: • El gabinete del Dr. Caligari, Robert Wiene, 1919 (eje del movimiento expresionista cinematográfico). • Nosferatu, F.W. Murnau, 1922. • El Dr. Mabuse, Fritz Lang, 1922. • Los nibelungos, Fritz Lang, 1923-24. • Las manos de Orlac, Robert Wiene, 1926. • Metrópolis, Fritz Lang, 1926. • El gólem, Paul Wegenes, 1925. Todas estas expresiones presagian uno de los períodos más negros de la historia: el nazismo. Concomitantemente, la psiquiatría alemana (que siempre tuvo un interés muy marcado por la clínica y la semiología de los pacientes) comienza a filmarlos para seguir su evolución. Tal característica fue, a la postre, un elemento determinante en la detección de los horrores de los campos de concentración pues, en ellos, se encontraron cientos de filmes que describían con lujo de detalles toda esa barbarie. Siguiendo el periplo, llegamos a 1935, cuando al creador del psicodrama, Jacobo Levi Moreno, se le ocurre filmar una sesión del grupo que coordinaba, y en la que se incluye para, luego, sacar conclusiones desde afuera, junto al grupo. De esa experiencia surgen nuevas propuestas como el futuro nacimiento de la cinematografía terapéutica que no sólo servirá a los que la hagan sino, también, a los que la vean. Esta propuesta, sin embargo, no tuvo eco. La asociación cine-alteraciones mentales se restringe al interés comercial de laboratorios de especialidades medicinales que subvencionan la filmación de temas inherentes a la Psiquiatría con la participación de actores profesionales y directores de primer nivel. Ese fue un cine didáctico al servicio de la formación de estudiantes o futuros especialistas. En las décadas de 1940 y 1950, el cine norteamericano comercial incursionó en estos temas de forma inadecuada, convencional y efectista. La excepción la configuran los cines europeo y japonés y, por supuesto, los comienzos de Ingmar Bergman: todos ellos incluyen estos temas en sus filmes, tratados con medulosa seriedad. En el área médica, a mediados de la década de 1950, se marca el segundo jalón en estos antecedentes de relación cine-trastorno mental. Los doctores Muller y Bader, que tienen en Basilea una clínica psiquiátrica, producen un filme en forma conjunta con un laboratorio medicinal. El filme se titula El poeta y el unicornio y es un dibujo animado realizado por pacientes psicóticos entrenados por técnicos, y a los propios pacientes les pertenece la temática. Esta tarea está incluida en el programa de rehabilitación como terapia ocupacional, no como grupo psicoterapéutico y, a decir verdad, ese primer aporte pasa sin pena ni gloria. El cine didáctico continúa, sin embargo, y son cada vez más los países que lo incluyen en sus producciones. En la década de 1960 surgen varios realizadores, tanto europeos como estadounidenses, que enfocan la temática con respeto y serio asesoramiento, entre ellos, Tarkovsky. Al mismo tiempo, en la Argentina, algunos colegas intentan una incursión en la línea cinepsiquiatría: por un lado, al Dr. Jaime Rojas Bermúdez −uno de los introductores del psicodrama en el país− se le ocurre filmar en Super 8 sesiones de títeres que llevan a cabo pacientes psicóticos internados en el Hospital Borda de Buenos Aires. Con él colabora Ariel Bufano, eximio marionetista argentino. El criterio es el de analizar la sesión desde afuera desde el concepto de objeto intermediario (Winnicott). Por otro lado, el Dr. E. Rodrigué, en colaboración con el director cinematográfico Raúl de la Torre, realizaron una experiencia, en un Servicio de Crónicos del Hospital Borda, con pacientes que hacía años no se miraban al espejo. Los filmaban y luego observaban las reacciones que les despertaba el verse reflejado, según la hipótesis del estadio del espejo de J. Lacan. La experiencia, lamentablemente, fue breve. Llegamos al año 1968 cuando Rojas Bermúdez convocó al Congreso Internacional de Psicodrama, que se llevaría a cabo al año siguiente, en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. A ese congreso concurrí con un prolífico trabajo en el área de la expresión artística, juntamente con el cine debate de orientación psicoterapéutica que se realizaba con pacientes psicóticos y que yo había comenzado a instrumentar desde 1964, en el Hospital Fiorito, con pacientes de la clínica general. Asimismo, había hecho cine y teatrodrama (técnica derivada del psicodrama). Todas estas técnicas estaban inscriptas en el servicio asistencial que tendía a un enfoque de comunidad terapéutica y que, en aquellos años, acaparaban mi atención. Siguiendo la estela de Jorge García Badaracco. En ese ámbito logré hacer germinar la técnica de Psicocine y no quise dejar pasar la oportunidad de rodar un filme, producido por los Laboratorios Sandoz. Lo titulé Creación o Descubrimiento, mi intención había sido revisar ciertos cánones clásicos en psicopatología de la expresión. La propuesta era la siguiente: mediante el corte transversal de la vida de un paciente esquizofrénico −su brote, su neoestructura y la posibilidad de integración por medio de un enfoque interdisciplinario− hacía hincapié en la psicopatología de la expresión y proponía las siguientes reflexiones: 1. La expresión pictórica del paciente con trastornos mentales ¿será un acto creativo (a lo bíblico)? ¿O éste sólo descubrirá el conjunto de variables dispuestas en su entorno, el mundo de sus fantasías inconscientes, el mundo de sus relaciones de objeto imaginadas? ¿Es posible una sublimación restitutiva de la psicosis a través de la creación? 2. El ser humano ¿será vehículo de una metamorfosis constante en el sentido activo, cargado de potencia generatriz abierto ávidamente a lo que está surgiendo de nuevo, más que sentirse entristecido y angustiado por lo que ha decaído? 3. Se dice que el paciente con trastornos psíquicos realiza sus obras con el fin de encerrarse más en su mundo y que no abriga ningún intento de comunicación con el que coexiste, con lo cual se diferencia de la postura del artista el cual, al realizar su obra, se deja ir para ser con el otro. 4. Algunos afirman que el paciente con trastornos psíquicos es incapaz de poder realizar una obra de arte a causa de su enajenación y por la imposibilidad de captar los esquemas de organización de la materia. 5. ¿Será factible la terapia por medio del arte? Participaron en ese film todos los integrantes de un equipo terapéutico interdisciplinario, además de voluntarios, actores, profesionales, familiares de pacientes. Sólo a título de resocialización, incluí a diez pacientes internos próximos a la externación. Esto generó una respuesta muy singular por parte del grupo de pacientes, lo que me llevó a construir la técnica del Psicocine. ¿Cuáles habían sido esos hechos? a) Al volver a la sala de internación una mañana, después del período de filmación, me estaba esperando el grupo de pacientes que había participado del rodaje, para conversar conmigo. Sabemos que, en la psicosis, una de las actitudes que primero se pierde es el sentimiento gregario. El hecho señalaba una reconexión con ese sentimiento. b) Me dijeron que habían pasado un día espléndido y que deseaban participar de nuevos filmes. Sabemos que, en la psicosis, otra de las pérdidas fundamentales es el esquema corporal. El deseo voluntario de filmar constituía un intento de rescate de este esquema. e) Sin proponérmelo, había generado un método con el cual el paciente podía elegir a su terapeuta, en una institución pública. d) El portavoz era nada menos que el paciente más destacado del Servicio por su producción pictórica (que realizaba en soledad) y cedía ese rol en aras del trabajo grupal. e) La técnica sacaba al paciente de la estereotipia psicótica al querer desempeñar éste diferentes roles. EDITORIAL SCIENS // 17

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