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Psiquiatría 33 - MNC Derito

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Trastornos sexuales en las esquizofrenias - Dra. María Norma Claudia Derito

Psiquiatría 33 - MNC

Psiquiatría33 | Noviembre 2017 TRASTORNOS SEXUALES EN LAS ESQUIZOFRENIAS María Norma Claudia Derito INTRODUCCIÓN Vamos a abordar en este artículo la sexualidad en la esquizofrenia. Un tema poco o nada profundizado por los autores que se ocupan de estudiar y enseñar la psicopatología de estos trastornos. En principio, para ubicarnos en la forma en que vamos a investigar este síntoma en un paciente, tenemos que orientar el diagnóstico hacia cual de las formas de presentación de la esquizofrenia estamos tratando. Tenemos que partir obligadamente de que básicamente, no es lo mismo la manifestación de la sexualidad como síntoma en un hebefrénico, un catatónico crónico, o una parafrenia afectiva. Una vez aclarado ese punto, debemos medir la injerencia del síntoma en las conductas anormales del paciente y hasta qué punto representan un riesgo para sí y para terceros. EXPRESIÓN DE LOS SÍNTOMAS SEXUALES EN LA ESQUIZOFRENIA A estas alturas creo necesario aclarar que vamos a observar la conducta sexual desde varios ángulos diferentes: 1- Expresión de intereses o actos sexuales por acción o por omisión, como síntomas tempranos de la esquizofrenia, que ayudan al diagnóstico precoz. 2- La manifestación sexual como síntoma de la enfermedad, que nos ayuda a comprender la anormalidad de ciertas conductas en el marco del complejo sintomático (alucinaciones de todo tipo, representaciones obsesivoides, delirios erotomaníacos, desviaciones sexuales, disfunciones sexuales). Manifestación que en líneas generales representan riesgo cierto e inminente para sí y para terceros, y que hay que detectar y tratar de mejorar con el tratamiento. 3- Las alteraciones hormonales que suelen aparecer conjuntamente con la enfermedad. 4- Las alteraciones que producen los psicofármacos a nivel de la neurotransmisión, con efectos secundarios indeseables a nivel de la sexualidad. 5- Las alteraciones en el funcionamiento del cerebro relacionado con la pérdida de valores preventivos, la impulsividad, la desinhibición ética, la imposibilidad de medir la consecuencia de los actos a futuro, la inmediatez del deseo. La relación de estos síntomas trae disfunción sexual y otras consecuencias que se pueden observar en las neuroimágenes funcionales. 6- La ayuda al paciente, para que pueda acceder a una sexualidad lo más normal posible y que no implique riesgos, dentro de la consigna de la rehabilitación. Como podemos ver todos estos factores interactuando con un contexto familiar, cultural y social que tampoco pueden ignorarse, porque influyen positiva o negativamente con los factores mencionados, forman una compleja trama, que generalmente el psiquiatra no aborda, o lo hace superficialmente. Pierde entonces una perspectiva más de la enfermedad, que es absolutamente útil para tener en cuenta el tratamiento y la rehabilitación, formando parte indisoluble de los actos que ejerce el equipo interdisciplinario para lograr la mejoría de los cuadros. EPIDEMIOLOGÍA En nuestro país no he encontrado datos estadísticos que se hayan registrado en este terreno. En otras publicaciones se obtienen algunos porcentajes de disfunciones sexuales en el paciente esquizofrénico. Buckley y Hyde (2) observaron que hubo un tiempo en que se pensaba que la actividad sexual entre los pacientes psiquiátricos ingresados era infrecuente, quizás debido a la apatía y a la anhedonia inherente en enfermedades mentales importantes, o a los efectos secundarios de las medicaciones utilizadas comúnmente para tratar a estos pacientes, o a ambas. Sin embargo, estos autores también observaron que investigaciones recientes indicaban que la actividad sexual entre pacientes con trastornos psiquiátricos es altamente desestimada. Más específicamente, Welch y Clements (7) encontraron que el 48% de una muestra de 118 paciente psiquiátricos crónicos ingresados informaron que eran sexualmente activos dentro del hospital o en los alrededores durante el año precedente. La actividad sexual incluía masturbación, contacto heterosexual o contacto homosexual. Cournos et al encontraron que el 44% de una muestra de 95 pacientes ingresados y ambulatorios informaron que eran sexualmente activos durante los 6 meses precedentes. La actividad sexual incluía coito anal o vaginal, o sexo oral. Mc- Dermott et al encontraron que una muestra de 61 pacientes ingresados informaron que tenían coito heterosexual u homosexual en un promedio de 6,8 veces durante los 3 meses anteriores a su hospitalización. No hay ninguna razón para presumir que la actividad sexual cesaba después de la admisión. Otros estudios con pacientes psiquiátricos ingresados confirman que muchos son sexualmente activos (1), (5). Díaz Morfa dice que: según un trabajo publicado en el American Journal of Psychiatric” más del 55% de los varones y más del 30% de las mujeres con esquizofrenia experimentan algún tipo de disfunción sexual mientras toman antipsicóticos. Este es uno de los motivos principales por los que abandonan el tratamiento. Según un ensayo, publicado en el The Psychiatric Rehabilitation Journal”, y realizado con 39 pacientes cerca del 80% de los enfermos indagó sobre las consecuencias de la enfermedad en la sexualidad y además solicitó información sobre los efectos de la medicación en su vida sexual. Por otro lado, se considera que entre un 8% y un 24% de los enfermos tienen algún tipo de conducta mal adaptada como puede ser exhibicionismo, mantener el uso de relaciones sin preservativo, practicar sexo en público o permitir que abusen de ellos, entre otros. Según un trabajo reciente, publicado en British Journal of Psychiatric”, en el que se entrevistó a 113 hombres y mujeres esquizofrénicos constató que el 8% era promiscuo y que el 23% tenía otras desviaciones no específicas. Así también, el paciente con esquizofrenia no suele practicar relaciones sexuales seguras, lo cual eleva sus probabilidades de contraer algún tipo de enfermedad de transmisión sexual. También cabe mencionar que algunos pacientes se ven expuestos al intercambio de sexo por dinero, el uso de drogas, la presencia de déficits cognitivos, que provocan por ejemplo impulsividad y falta de control, o el deseo de algunas mujeres de quedarse embarazadas. (3) Goodman et al (4), revisaron 13 artículos que involucraban victimización física y sexual de pacientes femeninas con enfermedad mental grave. En 10 de estos artículos, encontraron abuso sexual en la infancia o en la edad adulta. Goodman et al reconocen y discuten los problemas metodológicos inherentes a la obtención de datos respecto al abuso sexual del enfermo mental grave. No obstante, encontraron apoyo al argumento de que las mujeres enfermas mentales graves experimentaban una 4 | EDITORIAL SCIENS

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