Views
6 years ago

Psiquiatria 33

  • Text
  • Sexuales
  • Personas
  • Paciente
  • Identidad
  • Conductas
  • Pacientes
  • Trastornos
  • Editorial
  • Forma
  • Siempre
Revista Latinoamericana de Psiquiatría

Psiquiatría N°

Psiquiatría N° 33 | Noviembre 2017 dos pacientes en los permisos de paseo, paraban en ese lugar y tenían relaciones sexuales con la mayoría de los camioneros. Tuvimos que avisarle del HIV, resultando que todos los camioneros debieron hacerse análisis y tratamiento preventivo, no sabemos el resultado del problema. Hoy esta paciente tiene casi 50 años y el deterioro que padece por su trastorno mental la ha convertido en casi un “espectro”, adelgazada, sus facciones se volvieron toscas, sus conductas impulsivas, con pérdida cognitiva importante. Si me preguntan el porqué del episodio de los camioneros, podría decir que nunca fueron conscientes de su gravedad, ellas manifestaban que estaban buscando “novios”. CASO 5: Las formas esquizofrénicas catatónicas crónicas, en general, carecen de vida sexual. La ausencia total de voluntad por una parte coarta la posibilidad de todo acercamiento sexual. El impulso en este sentido no se manifiesta. Solo puede suceder que sean utilizados por una persona, y que ellos no se puedan resistir, salvo que se trate de una catatonía negativista, que sencillamente se niega a toda propuesta o estímulo. Registré un caso en la clínica, de una catatonía hipofémica, que era utilizada sexualmente por su padre, no había de parte de la paciente, ni negativa ni conciencia del suceso. De otros casos hemos sospechado sin poder comprobarlo. CASO 6: Las formas parafrénicas, suelen mantener más acabado el concepto y la vivencia de sexualidad. Probablemente se deba a que la enfermedad irrumpe cuando la personalidad está mejor estructurada. En general, la identidad sexual está definida y muchos parafrénicos, aunque tengan alguna ideación o alucinación en ese sentido no suele condicionar la conducta. He conocido varios parafrénicos que lograron mantener una pareja estable por mucho tiempo, hasta por toda su vida, obviamente con parejas continentes e hijos que ayudaron en la problemática de uno de sus progenitores. El caso que atendí una vez en el hospital tenía características peculiares. El matrimonio llevaba más de 30 años de casados, tenían dos hijos ya mayores. La madre siempre había expresado ideas megalómanas típicas de la parafrenia expansiva. Tenía la certeza de ser marquesa y que había heredado su título de sus padres biológicos, no reconociendo nunca a sus verdaderos padres como tales, sino como adoptivos. Cuando se casó, el novio sabía esto, pero siempre lo tomó como un deseo de su esposa, como condicionaba su conducta en forma relativa, el aceptó la convivencia en esos términos. Ella, como era marquesa, nunca se ocupó de las tareas de la casa, ni de la crianza de los hijos, él siempre la proveyó de personal doméstico, o se ocupaba él mismo de otras tareas, luego ayudaron los hijos. Ella trataba a su esposo de “plebeyo” y procedía como alguien de la nobleza. En la menopausia presentó un brote, con productividad psicótica, salió desnuda a la calle insultando a la “plebe” (los vecinos). Así llegó al Moyano. Se la compensó y su familia se la llevó muy conforme, entendiendo que esta era su forma de ser y la aceptaban de esa manera. Ella siempre estaba en su casa, no concebía una infidelidad, pues la nobleza no cometía (¿?) esos pecados. 3- Las alteraciones hormonales que suelen aparecer conjuntamente con la enfermedad. Es frecuente que con el comienzo de la esquizofrenia, también se presenten alteraciones menstruales en las mujeres especialmente. La apatía sexual en ambos sexos, o la hipersexualidad (mucho más rara), debe ser investigada con neuroimagen, en varios casos encontré adenomas hipofisarios y alteraciones hormonales importantes. 4- Las alteraciones que producen los psicofármacos a nivel de la neurotransmisión, con efectos secundarios indeseables a nivel de la sexualidad. “Además, existe una relación entre la disfunción sexual y la disminución de la calidad de vida”. Los síntomas psiquiátricos, los factores psicosociales, la salud somática y el uso de psicotrópicos alteran la función sexual, según publica en Schizophrenia Bulletin el equipo de la psiquiatra Marrit K. de Boer, (6) del Centro Médico Universitario de Groninga. “Los psicofármacos administrados y la propia enfermedad, ambos demuestran que es un asunto clínicamente relevante” (8). Menos del 10 por ciento de los pacientes reportan una disfunción sexual asociada con los antipsicóticos, pero el 60%, menciona efectos adversos sexuales en las evaluaciones estandarizadas. La disfunción sexual de los pacientes con esquizofrenia no es distinta que la de la población general. Incluye la reducción del deseo sexual y la excitación, la disfunción eréctil, el priapismo, la disminución de la lubricación vaginal, la disfunción del orgasmo y las alteraciones de la eyaculación. El equipo de Boer insta a los médicos a educar a sus pacientes con esquizofrenia sobre cómo la enfermedad influye en los distintos campos de la vida, incluida la sexualidad, y a conversar activamente, como rutina, sobre los efectos no deseados de los antipsicóticos, incluidos aquellos en el rendimiento sexual. 5- La neuroimagen funcional nos permite, en la actualidad, observar una disfunción cerebral que es común a todas las formas de esquizofrenia. La hipofunción prefrontal y frontal lateral, así como están alteradas sus conexiones con el lóbulo orbitario y estas con el lóbulo límbico. Más allá que cada tipo de esquizofrenia presente disfunciones que le son propias. Pero las alteraciones comunes en el funcionamiento del cerebro esquizofrénico, puede estar relacionado con la pérdida de valores preventivos, la impulsividad, la desinhibición ética, la imposibilidad de medir la consecuencia de los actos a futuro, la inmediatez del deseo. La relación de estos síntomas trae disfunción sexual. 6- La ayuda al paciente, para que pueda acceder a una sexualidad lo más normal posible y que no implique riesgos, dentro de la consigna de la rehabilitación. Para ello es necesario abordar el tema sexual con el paciente, porque es una parte esencial de la semiología, y en segundo lugar pero no menos importante la intervención terapéutica en el área de las preocupaciones y conductas sexuales que puedan estar intranquilizando o dañando directamente al paciente. No olvidar que la consigna de muchas veces el malestar, desvelo, tedio, agitando o excitando al paciente, puede estar relacionado a la vida sexual del paciente, ya sea desde su mundo psicótico, como desde la realidad de sus fracasos en las relaciones interpersonales. Bibliografía - Bell C,Wringer P,Davidhizar R,Samuels M.Self-reported sexual behaviors of schizophrenic clients and noninstitutionalized adults.Perspectives in Psychiatric Care, 29 (1993), pp. 30-6 Medline - Buckley P,Hyde J.State hospital responses to the sexual behavior of psychiatric inpatients. Psychiatric Services, 48 (1997), pp. 398-9http://dx.doi.org/10.1176/ ps.48.3.398Medline - Díaz Morfa José El paciente esquizofrénico y su sexualidad: conductas y trastornos sexuales. Psiquiatría biológica: Publicación oficial de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica, ISSN 1134-5934, Vol. 13, Nº. 1,2006, págs. 22-29) - Goodman L,Rosenber S,Mueser K,Drake R.Physical and sexual assault history in women with serious mental illness: prevalence correlates, treatment, and future research directions.Schizophr Bull, 20 (1997), pp. 685-96 Medline) - Lyketsos G,Sakka P,Mailis A.The sexual adjustment of chronic schizophrenics: a preliminary study.Br J Psychiatry, 143 (1983), pp. 376-82 Medline) - Marrit K. de Boer, Schizophrenia Bulletin Centro Médico Universitario de Groninga. - Welch S,Clements G.Development of a policy on sexuality for hospitalized chronic psychiatric patients.Can J Psychiatry, 41 (1996), pp. 273-9 Medline - Will Boggs Schizophrenia Bulletin, 2015 EDITORIAL SCIENS | 7

Psiquiatría N° 33 | Noviembre 2017 TRANSGÉNERO: “EL PUNTO CIEGO DE LA CIENCIA”. Lo que no vimos (o no quisimos ver) “El hombre está siempre dispuesto a negar aquello que no comprende”. Luigi Pirandello Adrián Helien Médico Especialista en Psiquiatría Coordinador del Grupo de Atención a Personas Transgénero del Hospital Durand (GAPET) Presidente del Capítulo de Sexología y Diversidad Sexual de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA) Coautor del Libro:”Cuerpxs Equivocadxs”. Hacia la comprensión de la Diversidad Sexual. Paidós, 2012. Este texto es una invitación a observar nuestras certidumbres y a percibir con mente de principiante, sin juzgar. Es el fruto de haber coordinado durante 10 años un equipo que trabaja en un hospital público: el Grupo de Atención a Personas Transgénero del Hospital Durand (GAPET). Esta experiencia me acercó a un grupo de personas, a las que el sistema de salud les había cerrado las puertas. Pude escuchar sus historias, sus narrativas y sobre todo observar de cerca las consecuencias negativas de lo que habíamos (o no) hecho. Esto marcó un antes y un después en mi manera de comprender lo humano y pude darme cuenta que, a pesar de haberme formado como especialista en psiquiatría y en sexualidad, sabía poco y nada de la temática. Empecé a comprender a las personas transgénero cuando pude verlas y escucharlas más allá de lo que decían los libros. Quiero aclarar que las personas transgénero o trans son aquellas que no se sienten identificadas con el sexo que les asignaron al nacer. Hoy sabemos que la identidad de género, esa percepción subjetiva acerca de quién soy yo, es una construcción compleja que puede coincidir o no con el sexo asignado al nacer, y constituye entonces, una situación humana posible y perfectamente normal. La sexualidad de por sí es un tema poco estudiado y abordado dentro del sistema sanitario. Pero si hablamos de las personas transgénero, el tema se vuelve aún más desconocido, confuso y lleno de prejuicios. Pienso que este fue un punto ciego de la ciencia. Ese lado que no vimos o no quisimos ver. Sobre todo por las secuelas que produjo en las personas que fueron abandonadas a su suerte, solo por el hecho de no entrar en las categorías de varón o mujer normativos, o cisexuales, es decir aquellos cuya identidad de género coincide con la asignada al nacer. El ojo es un scanner muy pobre, en la retina los vasos sanguíneos y los cables nerviosos están situados por delante de los fotorreceptores, de modo que bloquean la luz que llega y crean un punto ciego. Es decir, que delante nuestro hay un punto en el que no vemos. Pero no nos damos cuenta de por qué no vemos lo que no vemos. Hasta la creación del GAPET del Hospital Durand, en 2005, no existía atención sanitaria para las personas transgénero. No se las atendía, se las expulsaba, se las discriminaba. ¿No nos dimos cuenta? No vamos por la vida con un agujero en la visión. Llenamos ese hueco. Estamos tapando agujeros perceptuales continuamente. Huecos de puntos ciegos que tenemos debido a nuestra estructura anatómica, conductal o cultural. En este caso colocamos a la diversidad en el casillero de lo patológico, sin ninguna evidencia científica y recién hoy lo estamos empezando a percibir, para revertir ese error. EL BINARIO Y SUS CONSECUENCIAS Actualmente asistimos al derrumbe de la ideología binarista. Ese dogma que planteaba que había solo dos formas de ser persona en el universo: varón y mujer. Los mundos construidos a partir del rosa y el celeste seguían las reglas de la ideología heteronormativa y heterosexista, bajo la cual desde una mayoría heterosexual, solo por el hecho de serlo, impuso las reglas. Desde ese lugar de poder autootorgado, dictaminó lo que era ético, estético y moral; salud y enfermedad, normal y anormal, basados en la sexualidad heterosexual y reproductiva. Esta ideología dogmática actuó filtrando nuestra percepción de lo que es una persona. De manera invariante dictaminó y condenó a los que no entraron en los casilleros normativos a quedarse afuera de derechos humanos básicos como el de tener una identidad. A la vez creó en nosotros una policía de género, que vigila y castiga a todo aquel que no se atenga a las leyes del rosa y el celeste. Introyectamos esta forma de vigilancia, en nosotros, para cumplir con las normas binarias que incluyen vestirse, movernos corporalmente, hablar, la actitud, etc. A la vez, también vigilamos que los otros las cumplan. Si no se cumplen o no entramos en el casillero normativo, corremos el riesgo de ser juzgados, discriminados, agredidos y victimizados. Esta construcción binaria se da a partir de lo biológico, como única realidad: “Sos varón si tenés pene, sos mujer si tenés vulva y vagina”. No se discutía, se aceptaba como “La verdad”. Hoy sabemos que nos equivocamos y aceptamos que no siempre es así. Existen múltiples variantes de construir las identidades de género, no todas coinciden con lo biológico. Una vez más hemos superado y complejizado nuestra biología. Hay infinitas maneras de subjetivar el género, todas legítimas y normales. Hasta hace muy poco, para definir la identidad de las personas se tomaban variables biológicas (sexo cromosómico y genital) hoy reconocemos que la identidad de género es tan sólida y dominante como los preceptos anteriores. Por lo tanto, actualmente es el criterio de elección. LOS MÉDICOS Y LA DIVERSIDAD Profesionales de la salud muchas veces reproducen prácticas discriminatorias producto de la internalización del paradigma del modelo binario y/o del médico hegemónico. Estos modelos promueven la estigmatización y la cosificación de las personas al naturalizar los parámetros de normalidad/anormalidad, capacidad/ incapacidad, salud/enfermedad, y simplifica la importancia de los determinantes sociales a la hora de abordar la salud de una persona. Aún hoy existen profesionales de la salud que desconocen, 8 | EDITORIAL SCIENS

Biblioteca

Av. García del Río 2585 Piso 12 A - C.A.B.A
+54 11 2092 1646 | info@sciens.com.ar

Editorial Sciens, Todos los Derechos Reservados 2015