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Psiquiatría 7

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Revista Latinoamericana de Psiquiatría.

Psiquiatría 2:7, Julio 2009 edi torial Prof. Dra. Lía Ricón Profesora Titular Consulta del Departamento de Salud Mental, Universidad de Buenos Aires (UBA). Directora de Carrera de Médico Especialista en Psiquiatría, Sede INEBA, Universidad de Buenos Aires (UBA). Coordinadora de Docencia de INEBA. Miembro Didacta de Asociación Psicoanalítica Argentina. Profesora Titular de Salud Mental IV, Universidad Favaloro. Alerta, alarma, pánico Alerta, alarma y pánico pueden entenderse como tres estados, que se instalan en los vivientes ante distintas situaciones del mundo externo o interno. Es útil discriminar los conceptos por dos razones: 1. Porque ya se trate de la pandemia de Influenza H1N1 (gripe porcina), la violencia, los robos o el gatillo fácil, si nos referimos al mundo externo o a una enfermedad que se instala en nuestro ser y nos amenaza, o si hablamos del mundo interno, estamos expuestos a tener que sostener alguno de estos estados. 2. Sólo el alerta es útil, la alarma y el pánico incrementan las dificultades. Veamos algunas precisiones: alerta, implica vigilancia y atención para poder evitar un peligro o defenderse; alarma, se refiere a sobresalto repentino, también a señal dada en un ejército para que se prepare inmediatamente a la defensa o al combate y a señal producida por un mecanismo que avisa de un peligro inminente; pánico (cuya etimología lo vincula al antiguo dios griego de los bosques a quien se atribuye el terror súbito), se define como miedo grande, temor excesivo y súbito. Los argentinos, y me animaré a decir que no estamos solos con respecto al tema, tenemos permanentemente situaciones que ameritan alerta y conductas pertinentes. Me remito aquí al valiente informe de José Raúl Oubiña y Francisco Savioli, titulado “Pandemia de Lucro”, en el que se detallan la cantidad de muertes que pueden evitarse en el mundo producidas por enfermedades que se pueden prevenir y curar. Mencionemos malaria, diarrea infantil, sarampión, neumonía, Chagas. Todas se resuelven con medidas elementales como mosquiteros, vacunas baratas, agua potable, desinfección. Es llamativo, sigo citando a los autores, que nada de todo esto sea publicitado por los medios masivos de comunicación. Tuvieron que aparecer las pandemias de gripe aviaria y de gripe porcina para que estallara la información que, digámoslo de entrada, no se refiere a hechos concretos que hay que tener en cuenta para poder estar alerta y cuidarse sino que, muy por el contrario, a partir del énfasis, la insistencia en la mención de algunos datos y la utilización del tono de voz, la escansión de las palabras y el contexto llevan rápidamente a la alarma o al pánico. Los autores se preguntan por qué y dan algunas respuestas. Es indispensable mencionar que los discursos de muchos de los expertos y de los ministros de Salud, enfatizan los datos que sacan a la población de las dos situaciones perjudiciales. Me refiero, con respecto a la pandemia, a la mención de la muy baja mortalidad de esta gripe, a la importancia del tratamiento precoz y a los cuidados especiales para población de riesgo. Así se promueve el estado de alerta que es el que necesitamos para que el estado emocional de la población y, como consecuencia el medio interno de cada individuo, incremente las defensas que permitan lidiar contra la pandemia. No puedo dejar de elogiar los datos que Oubiña y Savioli agregan referidos a la industria farmacéutica y a los nombres de empresas y accionistas que están comprometidos en esta campaña. Mencionamos al comienzo otros peligros. También para ellos el estado de alerta es útil, no la alarma o el pánico que obstaculizarían el desarrollo de acciones preventivas y defensivas. Me refiero a que, si en tono calmo, sin sobresaltos y sin apuro se mencionan medidas elementales, como evitar lugares poco concurridos y oscuros, cuidar quién está mirando mientras se saca dinero de un cajero automático, evitar curiosear en disputas callejeras que puedan terminar en balaceras, la población va a establecer un estado de alerta útil. Tanto gobernantes, como expertos y cada uno de nosotros como agentes de salud y de cambio, tenemos que tener presente la necesidad de promover alerta útil y no alarma ni pánico. EDITORIAL SCIENS // 5

Prof. Dra. Lía Ricón Profesora Titular Consulta del Departamento de Salud Mental, Universidad de Buenos Aires (UBA). Directora de Carrera de Médico Especialista en Psiquiatría, Sede INEBA, Universidad de Buenos Aires (UBA). Coordinadora de docencia de INEBA. Miembro Didacta de Asociación Psicoanalítica Argentina. Profesora Titular de Salud Mental IV, Universidad Favaloro. p s i c o i a t e r a p Elogio del humor 1 Sense of Humor Resumen El sentido del humor es un sentido complejo que implica una puesta en juego del juicio, del pensamiento, de lo racional con aportes de todo lo irracional e inconsciente y que nos transporta de un laberinto penoso a una certeza al menos tranquilizadora. Cuando se capta el mundo externo a través del humor es con un predominio de lo subjetivo sobre lo objetivo. El humor se experimenta; es ante todo una sensación. El sentido del humor, para Freud, nos coloca fuera de la escena, constituyéndose en el más elevado de los procesos de defensa sin sustraer a la atención consciente el contenido de la representación unido al afecto doloroso. Para Gley Silva de Pacheco Costa el humor es una defensa relacionada con la creatividad en la que se utiliza la imaginación para desfigurar una realidad dolorosa. Hablar de “sentido del humor” implica considerar esa posibilidad resiliente de disfrutar de uno mismo, sin la preocupación de buscar un reconocimiento. Es una actitud derivada de una aceptación de la realidad de la vida tal cual es. Quien tiene sentido del humor sabe de la finitud de su propia vida y de la posibilidad de disfrutar de lo que le es dado. Quien tiene sentido del humor, hace permanentemente de su vida una obra de arte. Abstract Sense of humor is a complex sense involving judgment, thinking, the rational, the irrational and the unconscious, that can take us from a state of sorrow to a state of reassuring certainty. When the outside world is sensed through humor, the subjective prevails over the objective. Sense of humor is experienced; it constitutes a feeling. Freud maintained that humor places us outside the scene, and is one of the most complex defense processes whereby the content of representation, along with pain, is not substracted from conscious attention. According to Gley Silva de Pacheco Costa, humor is a defense mechanism related to the individual’s skill to use his or her imagination to distort a painful reality. “Sense of humor” involves a resilient possibility of enjoying oneself, without seeking acknowledgment. It is an attitude that results from accepting life as it is. People who have a sense of humor are aware of the finiteness of their own life, as well as of the possibility to enjoy what has been given to them, and make a work of art out of their life. 1. Algunas ideas de este trabajo fueron presentadas en el Congreso de Asociaciones Psiquiátricas de la Provincia de Buenos Aires, realizado en la ciudad de Bolívar, en junio de 2007. El tema del congreso “El Humor” fue propuesto por la Dra. Patricia Barcia, Presidente del Congreso, a quien agradezco haberme llevado a pensar sobre este tema. 6 // EDITORIAL SCIENS

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