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Poblaciones especiales

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Poblaciones especiales - Sustancias

D Serebrisky // Uso de

D Serebrisky // Uso de sustancias en la adolescencia. Introducción a la problemática y características destacadas semana, en escenarios nocturnos, por fuera del marco de la alimentación y del ámbito familiar. Aunque existe falta de consenso a la hora de operativizar este término, se han propuesto distintos criterios en cuanto al número de unidades de bebida estándar consumidas por ocasión, la frecuencia de los episodios y su duración. El criterio más comúnmente aceptado por la comunidad científica internacional es el consumo de 5 o más unidades de bebida estándar para hombres, y 4 o más para mujeres, en una única ocasión, al menos una vez en las dos últimas semanas. Aunque los jóvenes que beben alcohol de esta manera pueden no ser adictos, es importante considerar que dadas las características evolutivas de esta etapa vital, dichos consumos pueden tener graves consecuencias a largo plazo, como veremos más adelante. En el corto plazo, esta modalidad de consumo tiene un impacto directo en las salas de emergencia, donde se observa un aumento de las consultas por lesiones a causa de violencia y accidentes (heridas cortantes, armas de fuego, lesiones en incendio, ahogamientos, incidentes en la vía pública, violencia familiar, suicidio, etc.). Según el último relevamiento nacional realizado en las salas de emergencias por el OAD (2009), el 9,4% de las consultas están vinculadas con el consumo de sustancias psicoactivas, y la presencia del alcohol es del 76.2%. Sobre el total de las situaciones de violencia que ingresan a las guardias el 34,7% están relacionadas con el consumo de alcohol, de las cuales el 56,2% corresponden a jóvenes entre 15 y 25 años. El consumo de alcohol, aun en pequeñas cantidades, aumenta el riesgo de sufrir accidentes viales. La OMS (2004) afirma que entre el 20% y 50% de las muertes por accidentes de tránsito en América están relacionadas con el alcohol. Según un estudio realizado por el Observatorio de Políticas Públicas en Adicciones de la Ciudad de Buenos Aires (2010), en los accidentes de tránsito producidos en las autopistas de la ciudad, el 23,8% de los conductores habían consumido alcohol, en estos casos el 50% de los conductores son menores de 25 años y el 87% de los accidentes sucedieron durante los fines de semana. Marihuana Los cannabinoides afectan las funciones sensoriales, psicomotoras, cognitivas, la ejecución de tareas difíciles y simples, aun con dosis moderadas que no llegan a producir intoxicación. Este es un factor que incide dentro de los posibles motivos de accidentes (mayor causa de muerte de los adolescentes y adultos jóvenes), sobre todo cuando es consumida con alcohol, ya que potencia sus efectos (Sarubbo L., 2014). Con respecto a las funciones cognitivas, el uso crónico produce sutiles déficit específicos, tanto referidos a la atención como a la organización e integración de la información compleja. Un consumo prolongado y frecuente de 0,5 g / d de cannabis produce una disminución persistente de la atención, que a su vez provoca una disminución del rendimiento intelectual, con un descenso de la capacidad de aprendizaje, lo que se traduce en el fracaso escolar de los adolescentes consumidores (Sarubbo L., 2009). La memoria a corto plazo se encuentra EDITORIAL SCIENS 17

D Serebrisky // Trastornos por sustancias - Poblaciones especiales deteriorada, por lo que la información necesaria para la realización de tareas complejas que requieren planificación, comprensión y razonamiento, está francamente disminuida. Mientras la marihuana produce el mayor perjuicio en la memoria de corto plazo, hay indicios de que su uso crónico en adolescentes podría alterar también la memoria a largo plazo, e inclusive acentuar aún más las dificultades en el aprendizaje de aquellos individuos. Como veremos en el apartado acerca de las repercusiones neurocognitivas del abuso de sustancias, la marihuana puede producir alteraciones cuantificables en los test psicológicos, observándose la presencia de confusión y dificultad para la memorización de las tareas sencillas, así como alteraciones motoras. El cannabis también produce alteraciones en la síntesis de neurotrofinas, incluido el BDNF (brain development neuro factor), así como déficits en el neurodesarrollo, con alteraciones citoarquitectónicas y funcionales en los cerebros inmaduros. Es importante recalcar que a lo largo de nuestra existencia, pero sobre todo durante el neurodesarrollo, se van formando redes neuronales que posibilitan la constitución de nuestra identidad y de nuestra historia, en un diseño único e irrepetible, que puede ser alterado por el consumo de cannabis en esta etapa tan vulnerable de nuestra vida como es la adolescencia (Sarubbo L. 2014). Narguile El Dr. Ramón Rojas (2015), de nuestro país, señala que a pesar de que en los últimos años la OMS adoptó varias medidas prácticas y costo efectivas tendientes a controlar esta epidemia (CDC, 2007), el éxito creciente en el control del tabaquismo se ve actualmente amenazado por métodos alternativos de consumo de tabaco, entre los que sobresale el uso cada vez más frecuente del narguile (Maziak W, et al. 2004; Knishknowy B, et al. 2005), sobre todo entre los adolescentes. El narguile es un dispositivo que se usa para fumar tabaco especial de diferentes sabores (maassel) u otras hierbas sin nicotina. La inhalación del humo del narguile tiene connotaciones especiales: una sola sesión suele durar de 30 a 60 minutos y puede incluir hasta 100 inhalaciones, cada una de ellas con un "volumen de humo aspirado" de unos 500 ml (Shihadeh A., 2003; Shihadeh A, et al. 2004). Si comparamos el uso de narguile con el del cigarrillo, fumar un solo cigarrillo puede producir un "volumen de humo aspirado" de 500 a 600 ml (Djordjevic MV, et al. 2000), mientras que en una sesión de narguile el "volumen de humo aspirado” puede llegar a 50.000 ml. La pipa de agua tuvo un notable resurgimiento desde 1990, inicialmente entre los jóvenes de medio oriente, difundiéndose luego por todo el mundo, como una moda emergente que no discrimina edades, géneros ni razas, y que involucra en su consumo grupal a adolescentes y adultos jóvenes convencidos del mito de su inocuidad, comparado con el daño que representa fumar cigarrillos (WHO 2005, Kandela P. 2000). Los pretextos que esgrimen los adolescentes acerca del narguile se centran en que el agua o la temperatura del tabaco del narguile (450°C vs. 900°C del cigarrillo) 18

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