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Tabaco

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Trastornos por sustancias - Tabaco

E Bruguera Cortada, GN

E Bruguera Cortada, GN Rifà // Tabaquismo y patología psiquiátrica Figura 2 Prevalencia del consumo de cigarrillos en población clínica y hospitalizada con trastornos psiquiátricos y trastornos por uso de sustancias. Adaptado de Morisano, D., Bacher, L., Audrain-McGovern, J., & George, T.P. (2009). Mechanisms underlying the comorbidity of tobacco use in mental health and addictive dosorders. Canadian Journal of psychiatry. Revue Canadienne de Psychiatrie, 54(6),356-367. depresivos.” Esta hipótesis que se atribuye a Khantzian, hace 3 décadas, pretendía explicar inicialmente la causa de la dependencia de la heroína y la cocaína (E J Khantzian, 1985) y, posteriormente, al alcohol y el tabaco (Khantzian, 1997; Khantzian, 2013), así, cada sujeto tomaría aquella droga que mejorara sus síntomas (Kumari & Postma, 2005). A pesar de que las causas de la fuerte asociación entre tabaco y enfermedad mental siguen inciertas, parece evidente que la nicotina no es una alternativa terapéutica para la mejora del estado mental, sino que repercute negativamente en la salud del paciente y hay muchas evidencias que impiden aceptar la hipótesis de la automedicación sin una actitud crítica (Manzella, Maloney, & Taylor, 2015; G. Taylor et al., 2014; Ziedonis et al., 2008). 3) “Los pacientes psiquiátricos no pueden dejar de fumar”. A pesar de que hay evidencias de las dificultades que existen en la cesación tabáquica en pacientes psiquiátricos y el reto que supone adaptar el plan de tratamiento a las necesidades de cada paciente, diversos ensayos clínicos y metaanálisis realizados han demostrado que el éxito es posible en fumadores con trastornos depresivos, psicóticos y ansiosos (Evins AE, et al. 2015). 4) “Si mi paciente deja de fumar interferirá en la evolución del tratamiento y le desestabilizará…”. Múltiples estudios han demostrado que dejar de fumar, ni exacerban el trastorno psiquiátrico ni conducen a un mayor riesgo de reingreso (Hall & Prochaska, 2009), sino que probablemente sea un indicador de buena evolución, como sucede en la disminución del riesgo de cometer suicidio al dejar de fumar (Miller, Hemenway, & Rimm, 2000). EDITORIAL SCIENS 77

D Serebrisky // Trastornos por sustancias - Tabaco 5) “No es una prioridad en el tratamiento psiquiátrico”. Las consecuencias del consumo de tabaco no son tan inmediatas como sucede con el consumo de otras drogas y eso facilita la omisión de la intervención. Sin embargo, los profesionales de la psiquiatría, debemos recordar que la principal causa de morbimortalidad en nuestros pacientes son las enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco (Colton & Manderscheid, 2006). Las enfermedades cardiovasculares, respiratorias y oncológicas no son enfermedades psiquiátricas pero conducen a la muerte a los pacientes psiquiátricos y debe formar parte de nuestra rutina evaluar, aconsejar y ayudar a la cesación tabáquica. Otros motivos tiene que ver con carencias del sistema o del propio profesional. 6) Falta de formación En la mayoría de países la dedicación al tabaquismo y su abordaje durante la carrera universitaria es escasa y se encuentra poca formación en las habilidades comunicativas y de creación del vínculo terapéutico. 7) Falta de financiación del tratamiento En aquellos países donde no existe tratamiento financiado por la administración, los pacientes psiquiátricos con escasos recursos económicos y alta dependencia física, se encuentran en una situación de discriminación que impide el desarrollo de un buen plan terapéutico. 8) Barreras organizativas La coordinación entre la atención primaria y la especializada es esencial para la implementación de un eficaz y efectivo programa de tratamiento dirigido a población psiquiátrica. En muchos países existen 3 redes diferenciadas y a menudo mal coordinadas. La red de atención primaria suele estar bien coordinada con los servicios especializados pero a menudo la red de atención psiquiátrica está alejada de la primera. Además, la red de los dispositivos asistenciales para drogodependientes, a menudo funciona de forma autónoma y excluye de su cartera asistencial los programas de tabaquismo. Es frecuente que de forma anárquica, se hayan creado dispositivos específicos de tabaquismo que tampoco es infrecuente que excluyan los pacientes psiquiátricos graves. Esa descoordinación somete al fumador con trastornos mentales a una situación que raya el desamparo y que debe ser corregida. 9) Consumo de tabaco entre profesionales Existen muchas diferencias en las prevalencias de consumo de tabaco entre los profesionales de la salud y especialmente de la salud mental. Se constata cómo el consumo de tabaco entre los médicos anglosajones ha bajado hasta porcentajes realmente bajos, mientras que en otros países el consumo de tabaco alcanza niveles muy altos. Concretamente en Catalunya, en un estudio reciente, se observó como la prevalencia de consumo de tabaco entre médicos era de 20 %, inferior que la población general, pero todavía muy alta. Hay evidencia que entre psiquiatras el consumo es mayor. En personal de enfermería todavía es superior que en la población general. En estas condiciones es difícil esperar de profesionales fumadores que adopten una actitud proactiva hacia sus pacientes. Suicidio y tabaco Existe una gran preocupación por la asociación entre suicidio y el consumo de tabaco, la cesación tabáquica y la relación con los diferentes medicamentos utilizados 78

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