Views
8 years ago

Tabaquismo y enfermedad psiquiátrica: Herramientas para la acción

  • Text
  • Serebrisky
  • Tabaquismo
  • Fumar
  • Tratamiento
  • Pacientes
  • Nicotina
  • Consumo
  • Tabaco
  • Dejar
  • Fumadores
  • Enfermedad
  • Terminado
Año 2012 Débora Serebrisky Fernando W. Müller

D Serebrisky, F Müller

D Serebrisky, F Müller // Tabaquismo & Enfermedad Psiquiátrica. Herramientas para la accióntud del daño suele ser proporcional a la delconsumo (años de fumador y cantidad decigarrillos/día), la mayor exposición de losenfermos mentales a los tóxicos y carcinógenosdel tabaco, resulta en un grave dañotambién a su salud física. Se ha encontradouna elevada prevalencia de enfermedadestabaco dependientes y una disminuciónsignificativa de la expectativa de vida poresta causa (1, 10). La prevalencia de cánceres,enfermedades cardiovasculares y respiratoriasen los pacientes con esquizofrenia,que son el grupo con mayor consumo,llega a duplicar la prevalencia hallada enlos controles de igual edad (11). Lospacientes con esquizofrenia u otras EMgraves tienen una expectativa de vida 20-25años menor que la población general, lamitad de estos años perdidos son adjudicablesal tabaco (1). Casi la mitad de lasmuertes por enfermedades tabaco dependientesocurren en personas con EM (6).A las consecuencias directas del consumode tabaco sobre la salud y deterioro dela calidad de vida se agregan el costo económico,para el individuo, la familia y lasociedad en su conjunto, que se suma ypotencia el deterioro en la calidad de vidade los pacientes psiquiátricos (6).InequidadLa principal causa de desigualdad en lasalud de las personas con EM es su mayorconsumo de tabaco (6). Las políticas decontrol de tabaco que deben proteger lasalud de toda la población, alcanzan enmenor medida a esta población, ya que lasmencionadas particularidades de su consumoson argumentos para excluir el controly, por lo tanto, los beneficios en estegrupo. Por ejemplo, al establecer ambienteslibres de humo de tabaco en algunospaíses se excluyen explícitamente las institucionesencargadas del cuidado de lasalud mental. En otros casos aunque la leyno los excluya, no disponen del conocimientoy los recursos necesarios para suimplementación, que son diferentes a losde otras instituciones sanitarias.La falta de capacitación del equipo desalud en herramientas de prevención y tratamientodel tabaquismo, adecuadas a lasnecesidades específicas de esta población,es otro elemento determinante de inequidaden la asistencia a la salud de lospacientes con EM (7, 8).Situación actualEl consumo de tabaco en los pacientespsiquiátricos es considerado “normal”, nosólo por el propio paciente y su familia, sinopor el sistema de salud y la sociedad en suconjunto (7, 9). Esta estigmatización delindividuo limita su posibilidad de recibirayuda, o de realizar los cambios necesariospara superar su adicción.En general, los profesionales encargadosde cuidar la salud de las personas con EMno perciben el consumo de tabaco como unproblema importante y carecen de la motivacióny la capacitación necesaria para suabordaje, dejando que el consumo de tabacoconstituya parte de la “cultura” de lasinstituciones de salud mental (5, 7, 9).Una encuesta realizada a trabajadores de25 unidades de cuidados de salud mentaldel Reino Unido, publicada en 2009, mostróque menos de la mitad de los profesionales(42 %) consideraba que abordar el tabaquismode los pacientes era su responsabilidad(8). Otros estudios han mostrado quela prevalencia de consumo de tabaco en los20

EI Esteves Di Carlo // Marco legal para el control del tabaquismo en instituciones psiquiátricastrabajadores de las instituciones psiquiátricases mayor que la de los trabajadores deotras instituciones de la salud, particularmenteentre las enfermeras, y que la probabilidadde que se opongan a la implementaciónde ambientes libres de HAT es 3veces mayor que los trabajadores de otrasáreas de la salud (29 vs. 10 %) (9, 14). Comoha sido ampliamente demostrado, el estatusde fumador de los integrantes del equipode salud influencia sus actitudes haciael tratamiento del tabaquismo de suspacientes y su apoyo a las medidas de controlde consumo de tabaco en las institucionesde salud (7, 8).Es habitual que en países de Latinoaméricalos pacientes fumen en centros de tratamientoy hospitales psiquiátricos, perotambién lo hacen los familiares y funcionarios,considerando que estas institucionesestán excluidas de las leyes que protegendel humo de tabaco ajeno. Por esto,pacientes y trabajadores están permanentementeexpuestos al Humo Ambiental deTabaco (HAT) o Humo de Segunda Mano. Esalarmante y contradictorio que pacientescon indicación de una internación por deteriorode su salud mental, se enfermen y aveces mueran, como consecuencia delhumo de tabaco al que están “obligatoriamente”expuestos.En 2006, Uruguay fue el primer país delas Américas en convertirse en 100 % librede humo de tabaco, con un nivel de acatamientomuy elevado (15). La ley no incluyeninguna excepción, sin embargo aún hoy, larealidad de cumplimiento en las institucionesde salud mental es muy heterogénea yen pocos casos se ha logrado implementarla prohibición total. Son necesarias estrategiasespecialmente diseñadas para estas institucionessi se quiere alcanzar el objetivo deambientes 100 % libres de humo de tabaco.Para lograr que no se fume en las institucionesde salud mental es imprescindibleque esta política se acompañe del apoyonecesario para el tratamiento de la dependenciade los pacientes y los funcionariosque decidan dejar de fumar. Esto implicacapacitación del equipo de salud en elabordaje del tabaquismo y servicios especializadospara tratar a los pacientes conmayor dificultad.Es necesario disponer de todos los tratamientosespecíficos para la dependencianicotínica. Se recomienda incluso, el usopreventivo de sustitutos nicotínicos parafacilitar el cumplimiento de la reglamentacióninstitucional, cuando se detecta alingreso del paciente un nivel de dependencianicotínica elevada (1, 5). Si bien el tratamientodel tabaquismo en los pacientescon EM es en general dificultoso, hay evidenciade que es posible y tiene buenosresultado cuando se implementan intervencionesadecuadas (16).El control del consumo de tabaco en lasinstituciones de salud mental es un temaque ha sido postergado a pesar del indiscutibleperjuicio a la salud que ocasiona y laexplícita intención de algunos pacientes dedejar de fumar (5).Aspectos legales y éticosLa libertad y los derechos individualeshan sido esgrimidos como argumentos encontra de la prohibición de fumar en lugarescerrados. Usar el término “libertad” o“elección” para referirse al consumo detabaco, es desconocer el potencial deabuso de la nicotina. Los fumadores continúanfumando a pesar de reconocer elEDITORIAL SCIENS21

  • Page 3 and 4: Tabaquismo y enfermedad psiquiátri
  • Page 6 and 7: AutoresCapítulo 1Elba Inés Esteve
  • Page 8 and 9: Docente de la Residencia Interdisci
  • Page 10 and 11: Capítulo 14César A. Sánchez-Bell
  • Page 12 and 13: PrólogoDesde la primera publicaci
  • Page 14 and 15: Primera ParteIntroducción y contex
  • Page 18 and 19: D Serebrisky, F Müller // Tabaquis
  • Page 20 and 21: D Serebrisky, F Müller // Tabaquis
  • Page 22 and 23: D Serebrisky, F Müller // Tabaquis
  • Page 24 and 25: D Serebrisky, F Müller // Tabaquis
  • Page 26 and 27: D Serebrisky, F Müller // Tabaquis
  • Page 29 and 30: FW Müller // Profesionales de salu
  • Page 31: FW Müller // Profesionales de salu
  • Page 34 and 35: D Serebrisky, F Müller // Tabaquis
  • Page 36 and 37: D Serebrisky, F Müller // Tabaquis
  • Page 38 and 39: D Serebrisky, F Müller // Tabaquis
  • Page 40 and 41: D Serebrisky, F Müller // Tabaquis
  • Page 42 and 43: D Serebrisky, F Müller // Tabaquis
  • Page 44 and 45: D Serebrisky, F Müller // Tabaquis
  • Page 46 and 47: D Serebrisky, F Müller // Tabaquis
  • Page 48 and 49: D Serebrisky, F Müller // Tabaquis
  • Page 50 and 51: D Serebrisky, F Müller // Tabaquis
  • Page 52 and 53: D Serebrisky, F Müller // Tabaquis
  • Page 54 and 55: D Serebrisky, F Müller // Tabaquis
  • Page 56 and 57: D Serebrisky, F Müller // Tabaquis
  • Page 58 and 59: D Serebrisky, F Müller // Tabaquis
  • Page 60 and 61: D Serebrisky, F Müller // Tabaquis
  • Page 63 and 64: CAPÍTULO 5Tabaquismo en pacientes
  • Page 65 and 66: D Serebrisky // Tabaquismo en pacie
  • Page 67 and 68:

    D Serebrisky // Tabaquismo en pacie

  • Page 69 and 70:

    D Serebrisky // Tabaquismo en pacie

  • Page 71 and 72:

    D Serebrisky // Tabaquismo en pacie

  • Page 73 and 74:

    D Serebrisky // Tabaquismo en pacie

  • Page 75 and 76:

    D Serebrisky // Tabaquismo en pacie

  • Page 77 and 78:

    CAPÍTULO 6Tabaquismo y comunidades

  • Page 79 and 80:

    G de Vega // Tabaquismo y comunidad

  • Page 81 and 82:

    G de Vega // Tabaquismo y comunidad

  • Page 83 and 84:

    G de Vega // Tabaquismo y comunidad

  • Page 85 and 86:

    G de Vega // Tabaquismo y comunidad

  • Page 87 and 88:

    CAPÍTULO 7Tabaquismo en la interna

  • Page 89 and 90:

    GA Visintini // Tabaquismo en la in

  • Page 91 and 92:

    GA Visintini // Tabaquismo en la in

  • Page 93:

    Segunda ParteTabaquismocomo enferme

  • Page 96 and 97:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 98 and 99:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 100 and 101:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 102 and 103:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 104 and 105:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 106 and 107:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 108 and 109:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 110 and 111:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 112 and 113:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 114 and 115:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 116 and 117:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 118 and 119:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 120 and 121:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 122 and 123:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 124 and 125:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 126 and 127:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 128 and 129:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 130 and 131:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 132 and 133:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 134 and 135:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 136 and 137:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 138 and 139:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 140 and 141:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 142 and 143:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 144 and 145:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 146 and 147:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 148 and 149:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 150 and 151:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 152 and 153:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 154 and 155:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 156 and 157:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 158 and 159:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 160 and 161:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 162 and 163:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 164 and 165:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 166 and 167:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 168 and 169:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 170 and 171:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 172 and 173:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 174 and 175:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 176 and 177:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 178 and 179:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 180 and 181:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 182 and 183:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 184 and 185:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 186 and 187:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 188 and 189:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 190 and 191:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 192 and 193:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 194 and 195:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 196 and 197:

    200

  • Page 198 and 199:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 200 and 201:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 202 and 203:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 204 and 205:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 206 and 207:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 208 and 209:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 210 and 211:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 212 and 213:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 214 and 215:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 216 and 217:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 218 and 219:

    222

  • Page 220 and 221:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 222 and 223:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 224 and 225:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 226 and 227:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 228 and 229:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 230 and 231:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 232 and 233:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 234 and 235:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 236 and 237:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 238 and 239:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 240 and 241:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 242 and 243:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 244 and 245:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 246 and 247:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 248 and 249:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

  • Page 250 and 251:

    D Serebrisky, F Müller // Tabaquis

Biblioteca

Av. García del Río 2585 Piso 12 A - C.A.B.A
+54 11 2092 1646 | info@sciens.com.ar

Editorial Sciens, Todos los Derechos Reservados 2015