Views
8 years ago

Cocaína

  • Text
  • Cocaina
  • Consumo
  • Cocaine
  • Sustancias
  • Trastornos
  • Serebrisky
  • Tratamiento
  • Desacuerdo
  • Trastorno
  • Efectos
  • Abstinencia
Trastornos por sustancias - Cocaína

M Waisman Campos, L Ale

M Waisman Campos, L Ale // Alteraciones cognitivas en usuarios de cocaína 1796. Bessel sintió curiosidad por el despido de un ayudante del observatorio de Greenwich cercano a Londres porque siempre reaccionaba de manera más lenta que su superior al observar las estrellas y colocar en hora los relojes, allí comenzó a estudiar el tiempo de reacción y descubrió que existía gran variabilidad entre las personas. Según Daryl Bruce, el término neuropsicología fue utilizado por primera vez por un médico canadiense, William Osler, en un libro que publicó al inicio del siglo XX, y recién en 1949 el psicólogo Donald H. Hebb publicó un libro sobre las funciones cerebrales. Delimitar el déficit presentado por el paciente, es de vital importancia para establecer y determinar las diferentes dificultades de adaptación que presenta el paciente en su vida diaria. Enfocado de la manera correcta, y expuesto desde un lugar que invite al insight, es posible lograr una motivación para el cambio, importante no solo en el comienzo del tratamiento sino durante la abstinencia y reinserción. A continuación, revisaremos brevemente las principales funciones cognitivas a evaluar, sugerimos utilizar una batería completa realizada por un especialista en neuropsicología y poder ampliarla o añadir a la exploración pruebas específicas de acuerdo con cada caso (Waisman Campos Marcela, 2013): • Atención: supone una orientación-concentración hacia una tarea y la inhibición de actividades competidoras. • Lenguaje: es la capacidad, para emplear palabras combinadas en frases, para trasmitir conceptos a otras persona. • Función ejecutiva: incluye la habilidad de filtrar información que interfiere con la tarea, involucrarse en conductas dirigidas a un objetivo, anticipar las consecuencias de las propias acciones y el concepto de flexibilidad mental. • Memoria: es la capacidad para mantener la información en la mente y recordarla en algún momento futuro. • Función visuoespacial: se relaciona con las praxias constructivas, rotación mental de imágenes y composición de objetos. • Otros: velocidad de procesamiento, flexibilidad cognitiva y la fluidez en la generación de alternativas, la toma de decisiones, aspectos de la cognición social, etc. También podemos utilizar el inventario de síntomas prefrontales (ISP), primer cuestionario para la evaluación de sintomatología prefrontal en adicciones (para monitoreo, la versión de 20 ítems o la versión completa con 46 ítems) (Ruiz Sánchez de León et al. 2012). Este cuestionario, en su versión completa, figura en el apéndice de este libro. Clasificación del deterioro cognitivo relacionado con sustancias psicoactivas Los trastornos cognitivos, son frecuentes en muchas patologías neurológicas y psiquiátricas, y pueden deberse a una gran variedad de etiologías que debemos descartar. En el DSM–IV, en relación a las sustancias de abuso, podemos encontrar: • el trastorno amnésico persistente inducidos por sustancias. • demencia persistente inducida por sustancias. • trastornos cognoscitivos no especificados: esta categoría se reserva para aquellos casos que no cumplen los criterios EDITORIAL SCIENS 39

D Serebrisky // Trastornos por sustancias - Cocaína para ninguno de los trastornos anteriores, por ejemplo, trastorno neurocognoscitivo leve, trastorno posconmocional que sigue a un traumatismo craneal, con deterioro de la memoria o de la atención y con síntomas asociados. Recién en el DSM-V, han agregado un capítulo específico sobre este tema, tan frecuente en la atención clínica de los usuarios y presente muchas veces en la etapa “silenciosa” inicial. Se incluyen dos capítulos relacionados a tóxicos, el de trastornos adictivos y relacionados a sustancias (uso, intoxicación y abstinencia) y otro capítulo llamado trastornos neurocognitivos, donde se incluye el delirium y los trastornos neurocognitivos leves o mayores por uso de sustancias. En el trastorno neurocognitivo mayor, debe existir evidencia de declinación cognitiva del nivel previo en uno o más dominios cognitivos, dicho por el paciente o informante y preferentemente documentada por test neurocognitivos estandarizados. El déficit interfiere con la independencia en sus actividades cotidianas. Debemos especificar si presenta o no disturbios en su conducta, y si su actual severidad es leve, moderada o severa. En el trastorno neurocognitivo leve, presenta evidencia de declinación en uno o más dominios, pero no interfiere con su capacidad para ser independiente en sus actividades diarias. Funcionamiento cerebral y consumo de sustancias El desarrollo cerebral, principalmente ligado a su mielinización, no es un acto que se de una vez y para siempre, sino que paulatinamente y en contacto con el medio y mediante procesos complejos de bio-feedback, la mielinización continúa hasta entrada la adolescencia. Justamente en esta etapa se inicia el uso de tóxicos, los cuales modifican el funcionamiento y desarrollo cerebral durante los procesos de intoxicación, abstinencia, tolerancia, y consumo crónico. El mecanismo de acción de la cocaína a nivel molecular, pre y postsináptico, es algo estudiado y conocido. La administración de cocaína genera incremento de dopamina, serotonina y noradrenalina, bloqueando al transportador de aminas presináptico en el uso agudo dentro del SNC. Modifica también otros sistema neuromoduladores (glutamato, endocanabinoides y GABA). A lo largo del tiempo, el uso crónico de cocaína impacta directamente en la regulación de receptores sinápticos (D2), en el metabolismo cerebral de la glucosa, como así también en la distribución de la perfusión vascular cerebral. En estudios de neuroimagen realizados en usuarios de sustancias psicoestimulantes como cocaína y anfetaminas, se han observado cambios estructurales y funcionales en el SNC (Volkow et al. 2004). Estudios realizados en pacientes adictos a cocaína, utilizando PET y SPECT, han arrojado como resultado un hipoflujo cerebral difuso y extendido con mayor impacto a nivel del lóbulo frontal y en hemisferio izquierdo, ligado íntimamente a la vasoconstricción directa que genera la cocaína a nivel arterial. En usuarios de cocaína existiría un mayor requerimiento sanguíneo a nivel frontal bilateral, en el momento del consumo inmediato. Luego los niveles de actividad frontal serían menores y en momentos de abstinencia más aún, correlacionándose con sintomatología depresiva. Esto explica- 40

Biblioteca

Av. García del Río 2585 Piso 12 A - C.A.B.A
+54 11 2092 1646 | info@sciens.com.ar

Editorial Sciens, Todos los Derechos Reservados 2015