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Tratado de Actualización en Psiquiatría - Fascículo 13

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Trastornos sexuales y de la identidad sexual - Autor: Dr. Gustavo Corra

Trastornos sexuales y

Trastornos sexuales y de la identidad sexual // Parafilias Tabla 8 // Fármacos implicados en la disfunción sexual masculina Altera la erección Altera la eyaculación Fármaco 1 Antidepresivos tricíclicos 2 Imipramina Protriptilina Desmetilimipramina Clomipramina Amitriptilina Nortripilina Antidepresivos IRSS Fluoxetina Sertralina Citalopram Paroxetina Nefaxodone Venlafaxina Inhibidores de la monoamina oxidasa Tranilcipromina Mabanacina Fenelcina Pargilina Neurolépticos 3 Flufenacina Clorprotixeno Mesoridacina Perfenacina Trifluoperacina Butaperacina Reserpina Haloperidol Antipsicóticos atípicos 4 Clozapina Risperidona Olanzapina Benzodiacepinas Clordiacepóxido Fármacos antihipertensivos Clonidina Metildopa Espironolactona Hidroclorotiacida Arrametidina Drogas de abuso Alcohol Barbitúricos Cannabis Cocaína Heroína Metadona Morfina Fármacos diversos Agentes antiparkinsonianos Clotribrato Digoxina Glutetimida Indometacina Fentolamina Propanolol Otros Litio Aminas despertadoras Anticomiciales 1. El uso de fármacos psicoactivos puede generar tanto aumentos como descensos de la libido. Resulta difícil separar estos efectos de la alteración que se trata o de la mejora de la misma. La verdadera disfunción + + + + + + + + + + - + + + + - + + - - - - + - + + + - - + + + + + + + + + + + + + + + + + - + + + + + + + + + + + + + - + + + + - + + + + + + + + - + + - + + - - + + + - + + - + + - - + - + - + + sexual asociada a fármacos desaparece al suspender la medicación, aunque en algunos casos no es dependiente de la dosis. 2. La incidencia de disfunción eréctil asociada al uso de antidepresivos tricíclicos es baja. 3. No es común el perjuicio de la función sexual por el uso de tranquilizantes mayores. Ocasionalmente se ha descrito priapismo asociado al uso de estos tranquilizantes. 4. Alteración en la libido y la erección, que producen en algunos casos priapismo independiente de la dosis. 5. Las benzodiacepinas pueden disminuir la libido, aunque en algunos pacientes la disminución de la ansiedad que les causan estos fármacos favorece la función sexual. Fármacos psicoactivos implicados en la inhibición del orgasmo femenino 1 Antidepresivos Amoxapina 2 IRSS 3 Antidepresivos tricíclicos Imipramina Clomipramina 4 Nortriptilina 5 Inhibidores de la monoamina oxidasa 6 Tranilcipromina Fenelcina Isocarboxacida Tranquilizantes mayores Tioridacina Trifluoperacina Antipsicóticos atípicos 7 Anticomiciales 8 1. La relación entre la disfunción sexual femenina y el uso de fármacos no ha sido tan estudiada como en el hombre. Los anticonceptivos orales disminuyen la libido en algunas mujeres, y algunos fármacos con efecto anticolinérgico pueden impedir la excitación y el orgasmo femeninos. Las benzodiacepinas pueden disminuir la libido, aunque en algunas pacientes la disminución de la ansiedad que les causan estos fármacos favorece la función sexual. El uso de fármacos psicoactivos puede generar tanto aumentos como descensos de la libido. Resulta difícil separar estos efectos de la alteración que se trata o de la mejora de la misma. La verdadera disfunción sexual asociada a fármacos desaparece al suspender la medicación. 2. La anorgasmia inducida por amoxapina puede revertirse con betamecol (Urecholine). 3. Los inhibidres de la recaptación de serotonina, en general, disminuyen el apetito sexual y retardan el orgasmo femenino. 4. La clomipramina también se relaciona con aumento de la excitación y el orgasmo. 5. La ciproheptadina revierte los efectos anorgásmicos de la nortriptilina. 6. La anorgasmia asociada a inhibidores de la MAO puede ser de efecto temporal y desaparecer espontáneamente aunque se continúe la medicación. 7. Disminuyen en general la libido y causarían alteraciones menstruales en mujeres. 8. Disminuyen en general la libido y retrasan el orgasmo. Modificada de tabla publicada en página web de la Universidad Autónoma de Madrid. Parafilias Palabras clave Objeto sexual, meta sexual, parafilia, voyeurismo, exhibicionismo, pedofilia, sadomasoquismo, bestialismo, froteurismo, escoptofilia, necrofilia, objeto fetiche, esclavitud sexual. Sciens Editorial Tratado de Actualización en Psiquiatría 11

CAPÍTULO XVII Trastornos sexuales y de la identidad sexual // Generalidades Generalidades Las parafilias son trastornos de la sexualidad ligados con fantasías específicas llevadas al acto. La meta frecuentemente suele ser la práctica masturbatoria y está presente la utilización de objetos no humanos también específicos. Estas prácticas pueden ser solitarias, en parejas o en grupos de personas. La fase orgásmica de la actividad parafílica suele estar ligada con esta fantasía específica y con su despliegue a través de objetos en general altamente diferenciados. Sigmund Freud en su obra Tres ensayos para una teoría sexual propone dos grupos clínicos bien diferenciados en las alteraciones que actualmente llamamos parafilias: las ligadas a la elección del objeto sexual y las relacionadas con la meta sexual. El objeto sexual es aquel capaz de generar excitación sexual en el sujeto, y la meta sexual es la actividad que se llevará a cabo con ese objeto. Esta diferenciación clínica sigue en vigencia y aclara los diversos cuadros clínicos que describiremos más adelante. Las parafilias que incluyen en su dinámica a terceros que pueden ser perjudicados directa o indirectamente, física o psíquicamente, son una patología psiquiátrica de gravedad y, es importante que en un futuro cercano se trabaje intensamente en este campo de la nosografía psicopatológica. Éstas poseen un potencial lesivo alto para las víctimas y, a la vez, un pronóstico reservado frente a las posibilidades terapéuticas con las que hasta el momento cuenta la Medicina. Este el caso de la pedofilia, la necrofilia, los froteurismos, el voyeurismo y el exhibicionismo y algunas conductas sadomasoquistas con abuso y violación; algunas de éstas terminan en actos que involucran lesiones graves u homicidas. Una parafilia puede afectar a alguien en forma parcial y hasta esporádica, o ser el centro de sus únicos intereses personales cotidianos. En estos últimos casos, abarca la mayor parte de sus pensamientos y actos provocando un notable empobrecimiento del desarrollo personal y social fuera del terreno de lo relacionado con lo referente a los elementos involucrados en la parafilia. En ocasiones quienes sufren de algún tipo de parafilia consiguen relacionar sus actividades laborales y cotidianas a temas conectados con fantasías parafílicas, encontrando en estas tareas una relación a veces capaz de mantener un equilibrio con la búsqueda sexual o, en otras circunstancias lo contrario, una exposición peligrosa al objeto de relación cotidiana. Poseen mal pronóstico aquellas parafilias en las que se incluyen el contacto o la ingesta de excrementos, así como las que incluyen actividades de manipulación con contenido erótico de cadáveres, partes de cuerpos humanos o animales. Como vemos, en las parafilias se encuentra un abanico de posibilidades en las que el trastorno puede desarrollarse en un terreno en el que exista una mayor o menor cercanía a actuaciones que involucren a terceros, a que los contenidos de la parafilia puedan desplegarse en los casos más leves en el terreno de lo fantástico y, en los más graves, en el terreno de la actuación concreta. Vale destacar que el estudio de las parafilias se encuentra en una fase de desarrollo en la que recién comienzan a diferenciarse cuadros muy distantes que hasta hace muy poco se encontraban “en la misma bolsa” diagnóstica (22). En la actualidad, los cambios culturales han llevado a la diferenciación de distintas actividades sexuales, individualizándolas y en muchos casos separándolas del terreno de la patología en el que se encontraban, este es el caso de la elección de objeto sexual del mismo sexo de la que hablaremos más adelante. Pareciera también que en ese sentido van las actividades sadomasoquistas que cuentan con el común acuerdo de sus participantes, a diferencia de aquellas que son llevadas a cabo desde un lugar de poder o ascendente sobre el otro sin su consentimiento (23). Una relación sadomasoquista puede desarrollarse en un contexto simbólico delimitado con aprobación explícita de sus participantes y especificaciones claras de los límites del ejercicio erótico, o puede desarrollarse en un terreno indefinido en el que el sádico involucra a un tercero de manera forzada y desde una situación que le proporciona poder (un arma, un cargo institucional, laboral, religioso, político, una incapacidad intelectual o madurativa de la víctima, etcétera). Estas actividades deben estar claramente diferenciadas en la nosografía psiquiátrica dadas las diferencias de su naturaleza. Por ora parte, las fantasías parafílicas son comunes al ser humano en su sexualidad normal. Mirar, mostrar, tocar, adoptar posiciones de agresividad o pasividad, infantilidad o parentalidad simbólicas, así como juegos de dominación y entrega son parte constitutiva de los actos previos y de la actividad sexual. En el citado artículo de Freud, Tres ensayos para una teoría sexual, que toma como plataforma los estudios de Kraft Eiben y Overlock Hills el autor describe la actividad sexual normal como un curso que recorre objetos parciales y metas alternativas hasta llegar a integrarse en lo que daría en llamar la sexualidad genital. Propone que, en el curso de una relación sexual, elementos parciales del otro individuo u objetos no animados, como ropa interior u objetos incluidos en el juego sexual, se asemejan o aluden a las actividades parafílicas. La diferencia radica en que en estas últimas, el objeto sexual o la meta queda fijada de manera inamovible y es necesaria e ineludible para la satisfacción. Estas analogías entre la sexualidad normal y patológica fueron de importancia central, no solo para el conocimiento de las patologías sexuales, sino también para el desarrollo del modelo psicoanalítico en el que, por primera vez, se incluye la sexualidad infantil como fuente generadora de aspectos estructurantes de la personalidad. El desarrollo de estas fantasías, más allá de su contenido simbólico y como directriz estereotipada de la actividad sexual, estructuran los cuadros clínicos de parafilia. Las parafilias de mayor despliegue y menor conteni- 12 Dr. Gustavo Corra

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