Views
5 years ago

Volumen VII - Adultos mayores - Agosto 2013

  • Text
  • Alzheimer
  • Ansiedad
  • Psicosis
  • Ansiedad
  • Depresion
  • Vejez
  • Geriatria
  • Pacientes
  • Mayores
  • Adultos
  • Edad
  • Riesgo
  • Estudio
  • Envejecimiento
  • Zieher
Tratado de Psicofarmacología y Neurociencia Volumen VII Adultos mayores, una población vulnerable

M Murgieri // Procesos

M Murgieri // Procesos cognitivos en adultos mayores sanos y deprimidos compartidos aumentan, o sea que en el envejecimiento el declive cognitivo está altamente influido por el ambiente (Reynolds, 2005) (En Fernández Ballesteros, 2009). Blazer (2010) se pregunta a que edad se produce, por lo general, un deterioro apreciable de la capacidad y de qué magnitud. En la sexta década comienzan algunos cambios muy modestos, pero hacia la mitad de la octava década puede observarse un descenso medio considerable en todas las capacidades, más pronunciado en la novena década excepto como mencionamos, en la capacidad verbal. Muchos autores (West, 1996; Craik y Grady, 2002) acuerdan en que las alteraciones cognitivas propias del envejecimiento están relacionadas con la variación anatómica estructural que se produce en el córtex prefrontal y que se manifestaría cognitivamente como disfunción ejecutiva. Esta afectaría distintos procesos cognitivos como la memoria operativa, la atención selectiva, la velocidad de procesamiento de la información o la flexibilidad cognitiva (Gil Gregorio, 2010). Aquí estaría implicado tanto la corteza prefrontal como sus conexiones a otras áreas, corticales y subcorticales. El déficit de inhibición que aparece en los ancianos sanos, se objetiva más cuanto más complicada es la tarea. La hipótesis del déficit de inhibición de Hasher y Zacks (1988), consiste en que si hay interferencia de información irrelevante y ésta inhibición es ineficiente, se altera la memoria de trabajo. Con respecto a la memoria operativa, las hipótesis de diversos autores relacionan su déficit con el procesamiento ejecutivo de la información (Madden, 2005). El envejecimiento cerebral normal también está relacionado con lentificación del proceso de información, aparentemente relacionado con reducción de las fibras del cuerpo calloso (Anstey, 2007). En ancianos sanos, hay pequeños declives en las pruebas de función ejecutiva, debido fundamentalmente a una ineficacia en el procesamiento de tareas múltiples y a una disminución de la velocidad perceptual, también varios autores han descrito déficit en la memoria episódica (Savage, 2001; Toescu y Verkhratsky, 2007), pero no hallando correlación entre disminución del volumen de los hipocampos y rendimiento de dicha memoria (Wilson, 2006) (Gil Gregorio, 2010). La teoría más aceptada es la de Crack y Byrd, en la que se describe como el déficit en los recursos del procesamiento son consecuencia de una dificultad en el inicio interno de dicho procesamiento que limita la codificación y recuperación de la información pero que está relacionada con el lóbulo frontal. Aunque no hay duda de que los cambios neurológicos están presentes y relacionados, no hay estricta correlación con las habilidades de memoria alteradas, por eso las investigaciones actuales hablan de procesos multifactoriales. Cuando efectuamos evaluaciones neurocognitivas debemos tratar de diferenciar si se trata de una envejecimiento EDITORIAL SCIENS 95

LM Zieher - M Zorrilla Zubilete // Tratado de Psicofarmacología y Neurociencia, Volumen VII. Adultos mayores, una población vulnerable normal, un deterioro cognitivo leve, una depresión con trastornos cognitivos o signos iniciales de una demencia. Como se dijo anteriormente muchos estudios sugieren que el déficit cognitivo relacionado con la edad aparece cuando la demanda es alta. Milwain e Iversen, en Jacoby (2005) describen los siguientes puntos que hacen que el anciano presente déficit en los test: el material y la tarea son desconocidos, se requiere manipulación interna (mental) del material, y la resolución óptima depende de la generación de estrategias (Jacoby, 2005). Una de las teorías que explican la capacidad de procesamiento es la de la atención, esta teoría explica que en la vejez hay una afectación de la memoria de trabajo, la atención debe desplegarse para procesar la información, filtrando la información no relevante. Los cambios en la vejez estarían más relacionados con la capacidad de procesamiento que con el almacenamiento. Otras teorías son las teorías de la velocidad, o hipótesis del enlentecimiento generalizado o de la ralentización general, sugiere que en la vejez se reduce la velocidad de procesamiento, por lo tanto, las tareas difíciles llevarán más tiempo y mostrarán más el deterioro que las fáciles. Según la teoría del enlentecimiento (Cerella, 1985; Salthouse, 1996), la declinación en el desempeño cognitivo se produciría por un enlentecimiento general de la velocidad de transmisión neural. Respaldan este enfoque hallazgos empíricos que muestran que las medidas de velocidad motora-perceptiva comparten mucha de la varianza asociada a la mayor edad en el desempeño de un amplio rango de tareas cognitivas (Junqué y Jodar, 1990). Pero el apoyo a este modelo debe ser con reservas (Brocklehurst´s, 2005). Si consideramos al cerebro como una red o sistema, los cambios cognitivos en los ancianos son los esperables al deteriorarse parte de la red comprometida en la atención. La teoría del desuso, así como la de la ralentización general, tiene adeptos y detractores. Es lógico pensar que lo que “no se usa, se pierde” y por ello la práctica puede hacer que los ancianos conserven aquellas habilidades en las que son competentes y más practican, pero ninguna de las dos explica el envejecimiento cognitivo en forma completa. Por otro lado, es muy difícil separar para los estudios a los ancianos sanos o con envejecimiento normal. Muchos ancianos padecen polipatologías y suelen estar polimedicados, razones que pueden influir también en la cognición. Patologías cardiovasculares, diabetes e hipotiroidismo entre otras patologías prevalentes, atentan contra la cognición normal. Problemas psicosociales también parecen influir en la habilidad cognitiva (Jacoby, 2005) así como el estilo de vida. Finalmente, se ha determinado que el envejecimiento normal, el deterioro cognitivo leve y la demencia, constituyen un continuum cognitivo. 96

Biblioteca

Av. García del Río 2585 Piso 12 A - C.A.B.A
+54 11 2092 1646 | info@sciens.com.ar

Editorial Sciens, Todos los Derechos Reservados 2015