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Urgencias 1 - Trastornos de ansiedad

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Urgencias en psiquiatría: Trastornos de ansiedad Director: Alberto Monchablón Espinoza Coordinadora: María Norma Claudia Derito

A Monchablon Espinoza,

A Monchablon Espinoza, NMC Derito // Urgencias en psiquiatría. Trastornos de Ansiedad respuesta está directamente relacionada con la pregunta, sin embargo, la respuesta dada no es exacta, no da ninguna solución correcta, aunque sabemos que el paciente posee la capacidad intelectual como para poder responder y que, de hecho, conoce la respuesta correcta. Jaspers da un ejemplo claro del caso. Se le dan al paciente problemas aritméticos y los resuelve siempre con el mismo error, sumándole “1” al resultado correcto: 3 x 3 = 10; 7 x 8 = 57; 2 + 4 = 7. A la pregunta “¿cuántas patas tiene una vaca?” responde “cinco”; etc. Para este autor, estas respuestas no encierran ninguna clave psicológica, son la manifestación de una “pseudodemencia histérica”. También pueden corresponder a un negativismo activo, puede ser una broma tonta de un hebefrénico. (19) En el servicio tenemos una paciente hebefrénica pueril de 40 años de evolución; cuando asoma por la puerta le preguntamos: “¿Cuántos años cumplís? “Una velita”, nos responde, y sonríe socarronamente. Perturbación de la conciencia: El estado crepuscular histérico nacería de situaciones particulares que se presentan especialmente cuando un individuo está privado de la libertad, y por ende, de la intimidad. No solo se ha descrito en encarcelamientos, sino también en aislamientos forzados de grupos de personas, como en conventos, viajes en barcos, estadías en bases en los polos, largas temporadas en submarinos, etc., siempre actuando sobre la base de una personalidad histérica predisponente. En los ambientes propuestos, es frecuente que las emociones aumenten en intensidad, la cólera, el miedo, la desesperación. Esto conlleva una perturbación de la conciencia, motivo por el que después no se tiene recuerdo o solo una rememoración parcial del suceso. Nacen estados crepusculares con desorientación, especialmente en tiempo y espacio, conductas absurdas y percepciones engañosas. Pueden repetir en forma teatral la vivencia que dio origen a la reacción y que no tiene relación con el contexto presente. Si a este estado de trastorno de la conciencia se agrega puerilismo y pararrespuestas, estaría configurado el síndrome de Ganser. En este estado, el paciente ha sufrido un oscurecimiento en el campo de su conciencia, con desorganización leve de sus contenidos, tanto los que llegan del mundo externo como los del mundo interno. Se podría afirmar que se encuentra en estado de perplejidad. Hay estrechamiento de los límites del campo de la conciencia, que se remiten a poder atender en forma relativa solo los elementos externos que ingresan por el foco de la conciencia, pero no puede detectar lo que acontece en los márgenes. Escisión de la vida psíquica: dice Jaspers (Jaspers, Psicopatología, pp. 464-465) el mecanismo de la sugestión traba la voluntad y actúa contra la propia voluntad, se manifiestan de una manera abierta todos los deseos e instintos de la personalidad, que se muestran activos inadvertidamente. Eso es lo que se llama un proceso histérico. Se puede iniciar voluntariamente con el 48

MNC Derito // Síndrome de Ganser deseo de simular una enfermedad, o de mentir para “parecer más de lo que se es” (Schneider), pero a poco de comenzar, la sugestión anula la voluntad y el inconsciente se expresa en toda su magnitud, por lo que el paciente queda a merced de la actuación de sus deseos, temores y tendencias ocultas (19). Kretschmer (Kretschmer, Histeria, reflejo e instinto, pp. 87-88) intenta explicar el proceso, tomando el sencillo ejemplo de una posición viciosa del cuerpo. “En principio, se puede adoptar una posición alterada del cuerpo voluntariamente y con una finalidad específica (supongamos, un señor con dolor reumático de rodilla que renguea, porque le sirve de excusa para faltar al trabajo). Si se mantiene durante un tiempo, empieza a estructurarse por sí misma de un modo cada vez más seguro y fácil en su conexión. Luego se emancipa poco a poco de la voluntad y va adquiriendo una existencia independiente, primero semiautomática y luego plenamente automática. La voluntad no necesita hacer ya nada para que esa actitud se mantenga, incluso le resultará difícil y laborioso liberarse de ella. Es este un principio que se cumple en toda fisiología nerviosa normal, tanto en el terreno de la percepción y del rendimiento mental o noético como en el motórico” (22). Para Kretschmer, este mecanismo es típico del sistema nervioso y domina la mayor parte de nuestra vida psíquica. Existen esquemas prefigurados filogenéticamente y automatismos secundarios aprendidos, que se injertan en el acervo hereditario. Otros son automatismos ocasionales. Si observamos atentamente nuestro accionar cotidiano, nos daremos cuenta de que la mayoría de nuestros actos, pensamientos, percepciones, representaciones se inician por voluntad, pero inmediatamente se liberan de ella y siguen su curso como un automatismo ocasional aprendido. Claro que al liberarse de la voluntad, pueden emerger con carga energética inusual los contenidos inconscientes y encaminar el acto hacia un objetivo diferente. Es como cuando me dirijo a una habitación a buscar un libro, entro, tomo la agenda y busco el teléfono de una persona, luego paro la acción y me pregunto por qué habré entrado allí, si ya no lo recuerdo, y porqué habré buscado el teléfono de esa persona, si no era ese mi objetivo; la voluntad me recuerda el fin original: regreso y tomo el libro. E. Bleuler, mencionado por Kretschmer, dice que en tanto se cumpla el objetivo, el automatismo permanece inconsciente, solo se vuelve consciente cuando falla. Ahora volvamos al caso de Kretschmer, del señor que renguea para no ir a trabajar. Si regresar al trabajo lo expone a enfrentar un hecho traumático, porque antes de irse discutió con su jefe, se puede alterar la relación entre el automatismo ocasional y la voluntad. Dice Kretschmer: que el mecanismo funciona. Pero cuando termine el tiempo de su funcionamiento útil, no habrá nadie allí para desmontarlo. Para Kretschmer, en el proceso de escisión lo esencial es que “para posibilitar una fijación histérica, no hace falta ni siquiera un esfuerzo activo por mantener el mecanismo, sino que basta el puro y pasivo desinte- EDITORIAL SCIENS 49

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