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10 - L Allegro - Agosto de 2010

Columna de Ética. Optimización médica en Cardiología

10 - L Allegro - Agosto de

Columna de Ética Prof. Dr. Luis Allegro Presidente de la Sociedad de Ética en Medicina, AMA. Miembro del Consejo Académico de Ética en Medicina, Academia Nacional de Medicina. Ex Profesor Titular de Psicopatología y Psiquiatría, Universidad de Rosario. Full Member of the International Psychoanalytic Association. Optimización médica en Cardiología En la práctica médica, el estado de ánimo del profesional ejerce una influencia fundamental en su paciente. El médico transmite consciente o inconscientemente su alegría o su tristeza cuando atiende a su paciente, y este funciona como un radar de captación exquisitamente sensible. Esto es de observación diaria en cualquier parte y más todavía en el ambiente médico dado que el paciente está muy sensibilizado por su problema, tiene agudizada su percepción y lo capta inconscientemente. Tomar conciencia clara de esta problemática implica toda una responsabilidad profesional: significa saber que el médico incide directamente en las emociones y en los sentimientos de los pacientes. El lado bueno de esto es que también puede influir en su paciente en forma positiva y beneficiosa. Decía el emperador romano Marco Aurelio (121-180 a.C.) que “si te sientes dolido por las cosas externas, no son éstas las que te molestan, sino tu propio juicio acerca de ellas. Y está en tu poder el cambiar este juicio ahora mismo”. Esto aclara bien sobre las importantes posibilidades que tenemos de actuar en nuestro estado de ánimo con el objeto de influir sobre el paciente. Esto redunda en “optimizar la función terapéutica” y, por lo tanto, también “optimizar al paciente”, entendiendo por ello el hecho de crear en él un estado de ánimo optimista y lograr que se creen condiciones positivas favorecedoras del tratamiento. El optimismo y la actitud positiva como fuente de éxito J. Galindo Gómez, profesor en la Universidad de Málaga, estudia la influencia de la actitud positiva ante la vida como fuente de éxito. Menciona que, mediante pruebas efectuadas por C. R. Zinder (Universidad de Kansas) en alumnos universitarios, se llega a la conclusión de que el rendimiento académico de un estudiante depende más de su actitud que del monto de inteligencia. Una actitud positiva y optimista elevaba los resultados académicos. Los estudiantes de alto nivel de expectativas saben cómo obtener los objetivos que se proponen. D. Goleman (Inteligencia Emocional, 1995) refiere que el optimismo y la esperanza tienen una importancia muy grande frente a la desesperación y la depresión provocada por situaciones de adversidad. Expresa que el pesimismo incrementa la calidad y la cantidad de los contratiempos y que los torna irremediables porque quienes lo padecen terminan no haciendo nada para superar el problema. Agrega que la actitud pesimista puede ser cambiada en un sentido positivo a través de una posición optimista. Mihail Csikszentmihalyi escribió un libro titulado Una psicología de la Felicidad que parece ser de autoayuda pero en realidad no lo es y analiza cuáles son los factores que conducen al hombre a realizar una vida vivida con plenitud, logrando la mejor calidad y en la que se aprenda al mejor disfrute por las propias realizaciones. Hay quienes comparan esto con el Carpe Diem muy conocido en los siglos XVI y XVII, pero que en la actualidad está presente en los aspectos sociales, económicos e históricos. El autor pretende señalar los pasos a seguir y los factores que son importantes para vivir una vida intensa y satisfactoria. El disfrute se va obteniendo mientras se va realizando la tarea y se completa al terminarla. Esto es lo que le ocurre al artista al ejercer su arte. Este concepto tiene término un nombre: experiencia autotélica. Autotélica proviene del griego auto que significa “sí mismo” y telos, “finalidad”. Gregory Bateson y la teoría de la “interacción”. El valor de la interacción Gregory Bateson estudió las relaciones interpersonales y propuso un concepto sumamente importante que denominó “interacción”. Se refiere a la interacción que se da entre dos personas que se interinfluencian de tal modo que una condiciona a la otra y viceversa. Bateson fue un antropólogo que realizó sus trabajos de campo en Nueva Guinea, que prosiguió más tarde en Bali, con su esposa Margaret Mead –que también fue una distinguida antropóloga– con quien publicó Carácter balinense. Un análisis fotográfico, en 1942. Bateson estudió muy especialmente la “interacción patógena” y se refiere a cómo interactúan dos personas entre sí provocando un cuadro que los psiquiatras franceses ya habían estudiado y habían denominado folie à deux. La optimización en la relación médico-paciente Así como se da una interacción enferma que funciona como un "círculo vicioso", también se puede construir un "círculo virtuoso" de interacción optimizante en la pareja médicopaciente. Si transportamos estos conceptos a la tarea médica podemos lograr que produzca disfrute y satisfacción. Lo importante es crear un clima positivo de optimismo que se transmita al paciente y lo beneficie. El filósofo Epicteto (50-130 d. C.) decía que “no depende de nosotros el ser ricos, pero sí el ser felices. Además, las riquezas no son siempre un bien, porque suelen ser poco duraderas. En cambio, la felicidad que proviene de la sabiduría, perdura siempre”. En el inconsciente del enfermo cardíaco, la representación mental del corazón es como si fuera un aparato de relojería que se acelera o desacelera según cómo lo gobiernan sus emociones. Un disgusto puede matarlo; un momento de alegría puede llenarlo de vida. Entre el médico y su paciente se establece una especie de simbiosis que funciona como si fuera el cordón umbilical que liga a la madre con el ser en gestación. En esta columna sobre Ética médica, lo que interesa es estudiar especialmente qué factores ayudan a crear un clima positivo en la tarea médica con el objeto de favorecer el éxito terapéutico. 6 | Editorial Sciens

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