Psicofarmacología 120 - Marzo de 2020 Prof. Dr. Luis Allegro Presidente de Honor de la Sociedad de Ética en Medicina, AMA. Miembro del Consejo Académico de Ética en Medicina, Academia Nacional de Medicina. Ex Profesor Titular de Psicopatología y Psiquiatría, Universidad de Rosario. Full Member of the International Psychoanalytic Association. Sección de ética La ética de Hipócrates. El juramento hipocrático “El arte es largo, la vida breve, la ocasión fugitiva, la experiencia falaz, el juicio dificultoso. No basta que el médico haga por su parte cuanto debe hacer, si por otro lado no concurren al mismo objeto, los asistentes y demás circunstancias exteriores.” Hipócrates. (Grecia, 460-377 a. C.) Hipócrates –llamado El Grande– descendía según la tradición, de una estirpe de magos de la isla de Cos emparentados con Esculapio, que era el dios griego de la medicina, el cual se representaba gráficamente por una caña rodeada por una serpiente. La isla de Cos constituye un paisaje muy bonito, con mucho verde, ubicada en un canal que corre entre Turquía y la isla de Leros. Hipócrates fue contemporáneo de Sócrates y de Platón; justamente éste lo cita en muchas oportunidades a través de sus obras. Se educó con su padre Heráclides, quien le enseñó la filosofía de Demócrito. Al conocer Egipto en su juventud, Hipócrates aprendió las tareas médicas de ese lugar. Su concepto sobre la medicina constituye un análisis y una síntesis de las distintas escuelas filosóficas, biológicas y médicas de esa época. Basado fundamentalmente en la empiria, le interesaba básicamente la eficacia en el resultado. Para Hipócrates, la enfermedad era el producto del desequilibrio de los cuatro humores: sangre, orina, bilis amarilla y bilis negra. Su famoso juramento fundó una ética y una moral para el ejercicio de la Medicina. Se duda de que El Juramento haya sido escrito por Hipócrates. Sin embargo, es muy útil estudiarlo. El Juramento Hipocrático Tributaré a mi maestro de Medicina igual respeto que a los autores de mis días, partiendo con ellos mi fortuna y socorriéndoles en caso necesario; trataré a sus hijos como mis hermanos, y si quisieran aprender la ciencia, se las enseñaré desinteresadamente y sin otro género de recompensa. Instruiré con preceptos, lecciones habladas y demás métodos de enseñanza a mis hijos, a los de mis maestros y a los discípulos que me sigan bajo el convenio y juramento que determinan la ley médica y a nadie más. “Tributaré a mi maestro de Medicina igual respeto que a los autores de mis días, partiendo con ellos mi fortuna y socorriéndoles en caso necesario;” Esta frase destaca que entre maestro y discípulo hay una relación vertical tomando como modelo al grupo familiar. Para el médico, así como el padre y la madre son los autores de su vida, el maestro de Medicina es el “autor” de su vida médica. Hipócrates impone que el discípulo auxilie a su maestro compartiendo los bienes obtenidos como fruto de lo aprendido (saber médico) especialmente para socorrerlo. El grupo es el concepto que da sostén y continencia a la Medicina como institución que incluye al maestro, a sus discípulos y a los enfermos. Esto se jerarquiza si se toma el modelo del grupo familiar como institución. “Trataré a sus hijos como mis hermanos”, al tratar a los hijos del maestro como si fueran hermanos, se entra a considerar la relación horizontal dentro de la estructura institucional. Este concepto es muy abarcativo y llega a extenderse incluyendo a todos los colegas –que son como “hermanos” en el ejercicio de la profesión–. Los colegas como hermanos En la Declaración de Ginebra (1948) se destacó el “considerar como hermanos y hermanas” a los colegas. En un estudio realizado en México sobre la jerarquización de los compromisos de la Declaración de Ginebra (Gac Med Mex 2003; 139 (6): 629-634) subraya que: “En la actualidad hay un resurgimiento en el uso del juramento médico. Los compromisos ubicados en los primeros lugares fueron: respetar la vida (39.4), considerar la salud del paciente como primera preocupación (23.5%) y no discriminación (27.1%), el honor y tradiciones de la profesión (24.1%) y la consideración de los colegas como hermanos (28.8 y 44.7%).” El Código español de Ética y Deontología Médica de 1990 estipula que “la confraternidad entre los médicos es un deber primordial”. El comentario publicado en la Universidad de Navarra dice que: Perdura en el presente deber de colegialidad el viejo ideal hipocrático de tratar al maestro como si fuera un padre y a sus hijos como a hermanos. Tal ideal de fraternidad se reafirma en la Declaración de Ginebra: “Consideraré a mis colegas como hermanos”. Pero, la confraternidad profesional, entendida como relación sólo amistosa, quedaría amenazada por el peligro de degenerar en un egoísta espíritu de cuerpo, con desprecio de los derechos de los pacientes; en un coto cerrado de saber cualificado, en el que los expertos dan por buenas, en cualquier caso, las actuaciones de sus colegas; o en un compadrazgo para explotar económicamente al enfermo o a la sociedad. Para evitar esa degeneración de la confraternidad profesional, el Código de Londres impone al médico, además del deber de tratar con honradez a los colegas, a quienes ha de considerar como hermanos, la obligación de denunciar a los que incurran en fraude o engaño.” Este problema tiene dos frentes que deben ser atendidos. Uno es de carácter institucional. El Sindicato Médico del Uruguay ha dedicado una jornada especial para tratar las relaciones entre colegas. En ellas están surgiendo problemas debidos al desconocimiento de la ética que debe regir a las mismas. Se llega a desconocer que “los colegas son pares entre sí” y que por lo tanto se merecen una consideración especial por la índole de los factores que actúan y se mueven alrededor de la función que el médico debe ejercer. Se olvidan principios básicos. A veces en apoyo a directivas que atienden más a intereses ajenos a los de la misma medicina, que desjerarquizan la ética de la función del médico. El otro frente es de carácter personal; atañe directamente a la relación entre colegas. Aquí es importante recordar el concepto de “confraternidad entre colegas (como si fueran hermanos)” en este momento en el que la estructura de la empresa médica se interpone en la relación directa “entre el médico que dispensa la asistencia” y “el colega que necesita ser atendido”. 4 // EDITORIAL SCIENS
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