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20 - L Allegro - Marzo de 2013

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Columna de Ética. El compromiso médico

20 - L Allegro - Marzo de

Columna de Ética Prof. Dr. Luis Allegro Presidente de la Sociedad de Ética en Medicina, AMA. Miembro del Consejo Académico de Ética en Medicina, Academia Nacional de Medicina. Ex Profesor Titular de Psicopatología y Psiquiatría, Universidad de Rosario. Full Member of the International Psychoanalytic Association. El compromiso médico El compromiso médico La profesión médica supone un compromiso por parte de la persona que ha de llevar el título de médico. La calidad del desempeño en esta profesión plantea como condición importante una sincera y profunda vocación que impone una actitud de calidad profundamente humana. El profesional médico se encuentra frente al desafío de implementar la aplicación de los conocimientos de la ciencia dentro de un marco de calidad y calidez humanas. Esto no significa que él debe manejarse con el equilibrio necesario para abordar seriamente la patología e implementar la terapéutica dentro de un marco importante de humanidad. Esto es por una parte un desafío y por otra, un compromiso. La calidad de la atención debe ser una apuesta personal al enfrentar la lucha contra la enfermedad. Es importante que el médico se involucre en su quehacer hasta donde este involucrarse no signifique quedar aprisionado. Este compromiso tiene su origen desde la más remota antigüedad, pero donde se destacó especialmente fue en las culturas griega y árabe. Hipócrates y el compromiso médico Hipócrates (siglo V a.C.) dejó en la medicina tanto occidental como árabe, una tradición que se mantiene hasta hoy siglo XXI. Ello se debe, en gran medida, a la acción de Galeno, un griego que ejerció la medicina en la Roma imperial del siglo II. Entre las cosas que dejó Hipócrates está el célebre juramento hipocrático, cuya vigencia se mantiene hoy día. Este juramento forma parte del corpus hipocráticum y se piensa que tiene sus orígenes en la obra de los pitagóricos. Galeno afirma que Hipócrates se vio en la necesidad de crear dicho juramento cuando empezó a enseñar su medicina a sus discípulos. Es importante señalar aquí que los escritos de Galeno constituyeron el núcleo de la instrucción médica y de la enseñanza de la práctica casi hasta nuestros días. Desde el Renacimiento, algunas escuelas médicas comenzaron a imponerlo al aprendiz de medicina, como una condición al concluir su enseñanza. Después de la Segunda Guerra Mundial, se fue generalizando la práctica de dicho juramento. En el período clásico de la civilización griega, el arte de curar no estaba orientado por la magia, sino por las respuestas clínicas de los pacientes. La observación de la clínica adquirió importancia. En este período se crearon los primeros escritos relacionado con el concepto ético del compromiso médico. Lo básico era que el médico actuara siempre teniendo en cuenta el beneficio del enfermo, cosa que quedó para la posteridad incluido en el “primum non nocere”. El pensamiento ético que está en el Juramento Hipocrático, se ha mantenido en el tiempo con algunas variantes determinadas por los conceptos éticos y las circunstancias imperantes en cada comunidad. En la Declaración de Ginebra de 1948, se redactó la actualización que expongo a continuación: Versión del juramento hipocrático de la Convención de Ginebra En la Convención de Ginebra de 1948, se propuso una actualización del juramento hipocrático con el texto siguiente: En el momento de ser admitido entre los miembros de la profesión médica, me comprometo solemnemente a consagrar mi vida al servicio de la humanidad. Conservaré a mis maestros el respeto y el reconocimiento del que son acreedores. Desempeñaré mi arte con conciencia y dignidad. La salud y la vida del enfermo serán las primeras de mis preocupaciones. Respetaré el secreto de quien haya confiado en mí. Mantendré, en todas las medidas de mi medio, el honor y las nobles tradiciones de la profesión médica. Mis colegas serán mis hermanos. No permitiré que entre mi deber y mi enfermo vengan a interponerse consideraciones de religión, de nacionalidad, de raza, partido o clase. Tendré absoluto respeto por la vida humana. Aún bajo amenazas, no admitiré utilizar mis conocimientos médicos contra las leyes de la humanidad. Hago estas promesas solemnemente, libremente, por mi honor. El compromiso médico en algunas comunidades El Grupo de Bioética de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria ha elaborado un conjunto de principios éticos para los médicos de familia que deben cumplir como si fueran un juramento. Son los siguientes: 1) Dedicación: el centro de interés profesional de ser la atención de la salud. 2) Respeto: respetar en el paciente su dignidad, su intimidad, su derecho a tomar sus decisiones y mantener el secreto sobre la información que adquiere. 3) Proximidad emocional y afectiva: con el paciente. 4) Lealtad: en la información y en todo aquello pertinente a la atención de la salud. 5) Prudencia: en la conducción del tratamiento. 6) Honradez: manteniendo al día los conocimientos médicos, consultando a otro colega cuando sea necesario. El Sindicato Médico del Uruguay propone que la profesión médica se identifica por su saber y por el compromiso en la aplicación práctica de dicho saber. También aclara que el saber debe ser considerado como conocimiento y como ética en la praxis de un compromiso en la aplicación y regulación de las acciones médicas. El saber médico es el patrimonio de la profesión médica. Éste saber es necesario porque interviene muy activamente en el desarrollo social. Por lo tanto, debe ser reconocido por la sociedad. El compromiso en la práctica del saber debe expresarse dentro del cuerpo de profesionales en cuanto a la capacidad de su desarrollo, y debe reflejarse en la comunidad en el involucramiento de la gestión sanitaria. 6 | Editorial Sciens

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