Views
4 years ago

30 - A Carli, B Kennel - Mayo de 2015

  • Text
  • Kennel
  • Carli
  • Epistemologia
  • Cardio
  • Leyes
  • Forma
  • Orden
  • Vida
  • Autoridad
  • Conocimiento
  • Lenguaje
  • Desarrollo
  • Ciencia
  • Pensamiento
Epistemología en Ciencias de la Salud. Una reflexión sobre la ética de la investigación científica

farmacología

farmacología cardiovascular 30 | Mayo de 2015 En la figura 3 se muestra lo que Peirce denominaba “Modos de fijación de creencias” y que consistía en las diferentes formas de conocimiento existentes según su concepto y que denominaba como modos de la tenacidad, de la autoridad, de la opinión pública, del a priori y de la indagación, correspondiéndose todos ellos con un momento histórico contextual que los favorecía. Samaja utiliza estas ideas para elaborar una concepción un tanto diferente pero no por eso menos útil para entender la evolución del conocimiento en la historia de la humanidad. El epistemólogo argentino refiere que los modos del conocimiento serían los de la tenacidad (de orden biológico), de la autoridad (de orden comunitario), del pensamiento reflexivo (de la filosofía) y del pensamiento eficaz (de la ciencia). La riqueza de esta concepción consiste en que es aplicable no solo al desarrollo del conocimiento en tanto fenómeno histórico colectivo sino como la expresión de la evolución del conocimiento en cada singularidad, entendiéndose que la evolución de su complejidad (la del conocimiento) está íntimamente relacionada con la evolución alcanzada en la complejidad del pensamiento de cada individuo. Pasar de lo biológico a lo comunitario exigió el desarrollo, como dijimos más arriba, de una propiedad que lo permitiera: alguna forma de lenguaje que permitiera la comunicación. Entre los humanos favoreció la aparición de normas morales del orden de la Ley de prohibición del incesto, lo que permitió la entrada en la civilización. De lo comunitario a lo estatal necesitó de alguna forma de pensamiento, el reflexivo-filosófico, que permitiera instalar algo del orden jurídicoinstitucional, el estado, con sus leyes no ya con normas, con la aparición de una disciplina, la ética, rama de la filosofía que intenta pensar las relaciones no ya en razón del bien común sino el de aquél que está en el campo de la alteridad. El salto epistemológico para lograr una forma de conocimiento validado (el científico) se vio favorecido por la pujanza de organizaciones supra-estructurales a los estados, las sociedades civiles. Explicitadas en la eficacia, merced al cumplimiento de las leyes originarias fundantes, estas favorecieron el camino hacia la ciencia, tal como hemos intentado reproducir. Por lo visto hasta aquí, ciencia y ética se fueron desarrollando como una consecuencia histórica de la evolución del pensamiento humano. Acompañados por una condición estructural esencial y, por lo tanto, irrenunciable para ambas: la ley. Ciencia y ética son poseedoras de una raíz epistémica común como hemos expuesto hasta aquí pero entendemos a diferencia de otros autores, y de eso nos ocuparemos en otro artículo, que con un diferente nivel ontológico. A la luz de lo hasta aquí expuesto cabe preguntarnos qué ha ocurrido históricamente con la ley, instalada desde sus orígenes en la condición humana, y cuáles las consecuencias de su devenir en el hombre del posmodernismo. Los hechos de la vida cotidiana de los que hablamos al principio nos llevan a pensar en que estamos frente a una crisis originada en la caída de la ley; que esto conlleva una pérdida de la capacidad de simbolización de nuestra especie; y que todo acarrea una pérdida de la vigencia del deber ser (deberes e ideales; yo ideal; ideal del yo). Así es fácil entender algunas de las preguntas, las inquietudes y hasta las propuestas realizadas en situaciones en los que se producen intereses contrarios entre ciencia y ética. Valorando al conocimiento como una mercancía, como un producto, solo sometido a intereses de mercado con oferta y demanda como motores dinamizadores. Pero el objetivo de la ciencia es conocer el mundo para modificarlo y hacerlo mejor para la humanidad y entonces afirmamos, como hemos tratado de fundamentar, que es impensable la ciencia sin el sustento de la ética y que si esta ha perdido su razón de ser como consecuencia de la caída de la ley eso nos obliga como científicos a pensar en estrategias, en caminos que apunten a la recuperación de su vigencia. Editorial Sciens | 21

Biblioteca

Av. García del Río 2585 Piso 12 A - C.A.B.A
+54 11 2092 1646 | info@sciens.com.ar

Editorial Sciens, Todos los Derechos Reservados 2015