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36 - MNC Derito - Junio 2019

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CLASIFICACIÓN DE LAS PSICOSIS HIPOCONDRÍACAS. Parte 1

Para Wernicke la

Para Wernicke la conciencia somatopsíquica, es el conocimiento que tiene todo individuo de su propio cuerpo. También la denomina Conciencia corporal, e integra la Conciencia de la propia existencia. El Yo integralmente constituido de una persona, está formado por el Yo corporal, el Yo psíquico y el Yo social. Es así como el hombre toma conocimiento de su propio cuerpo, de sus propios pensamientos y del mundo externo. Cuando esas tres áreas están armónicamente integradas, la persona interacciona consigo mismo y con el mundo sin grandes dificultades. Pero para ello se necesita de la integridad del Sistema nervioso. La Conciencia de la corporalidad o somatopsique, según Wernicke, se constituye a través de las Impresiones sensoriales, que parten de nuestro cuerpo y llegan al Sistema nervioso central, para integrarse en él. De la misma forma se constituye la Conciencia del mundo externo o alopsique, a través de las impresiones que perciben los órganos de los sentidos: vista, oído, gusto, olfato y tacto. Esta Impresiones Sensoriales dejarían sus residuos en las cortezas en las que se proyectan, quedando instituidas como imágenes en la memoria. La Conciencia de sí mismo o autopsique, se adquiere a través de la percepción y reconocimiento de los pensamientos, recuerdos, emociones y sentimientos, como propios y provenientes de uno mismo. Por lo tanto para Wernicke – “la conciencia del mundo exterior y la conciencia de la corporalidad se nos presentan bajo un mismo tipo de organización ”- Por supuesto que este autor, entiende que solo ha explicado una parte del fenómeno de la formación de la Conciencia de la corporalidad, para que sea completo, la sensación va inseparablemente acompañada de una cualidad que es el tono sensitivo o afectivo de la sensación. Normalmente las sensaciones del cuerpo no llegan a la conciencia, porque la atención está atrapada por otro hechos, lo único que nos alcanzaría sería una vaga conciencia del tono sensitivo (de bienestar o malestar, de comodidad o incomodidad, etcétera). Pero si un estímulo lo suficientemente fuerte hace que la atención se dirija a una sensación provocada en una parte del cuerpo, acompañada del afecto correspondiente (por ejemplo una persona nos pisa en el colectivo), inmediatamente reaccionamos con actitud defensiva, porque estaríamos defendiendo la integridad física. Dice Wernicke – “Esto nos muestra que las sensaciones orgánicas tienen por objeto inmediato la protección del cuerpo ”- (Figura 4). Impresiones sensoriales: - Superficie cutánea (alopsique). - Órganos de los sentidos alopsique). - Órganos internos (somatopsique). Figura 5 10 // EDITORIAL SCIENS

Psiquiatría N° 36 | Junio 2019 - Movimientos del sujeto (somatopsique). - Conciencia de sí mismo (autopsique). Tono sensitivo o afectivo: - Agrado, desagrado. - Placer, displacer. - Comodidad, incomodidad, etcétera. Las sensaciones de los órganos internos en general nos pasan desapercibidas, salvo que se manifiesten por una necesidad de supervivencia, hambre, necesidad de micción o catarsis, sensaciones sexuales que van acompañadas del tono afectivo correspondiente de agrado o desagrado. Cuando un órgano se manifiesta es porque padece algún desajuste, las sensaciones siempre son vagas, dice Wernicke, y aportan datos importantes a la conciencia de la corporalidad. Por otra parte si no hay sensación, siempre está presente vagamente el tono afectivo de nuestro cuerpo y ello conforma una parte importante de la Conciencia de la Personalidad. La personalidad está fuertemente marcada, por los sentimientos de conformidad y comodidad, o bien, disconformidad e incomodidad que sentimos con respecto a nuestro cuerpo. Para Wernicke la suma de las imágenes mnémicas de todas las sensaciones orgánicas labran la Conciencia de la Corporalidad, pero la imagen mnémica nunca va acompañada de tono afectivo. Si intentamos recordar un dolor, es probable que recordemos y vivenciemos afectivamente todas las circunstancias que lo rodearon, pero no podemos reproducir el dolor ni el sentimiento que lo acompañaba en exclusiva. Es por eso que vulgarmente se dice que la madre nunca recuerda los dolores del parto, solo quedan las imágenes del suceso y del advenimiento del vástago que convierte el evento en un recuerdo placentero, separado totalmente del sufrimiento físico. En realidad lo que recordamos con agrado o desagrado es el contexto que rodeó el dolor (impotencia, humillación, hasta placer), pero no el dolor en sí mismo. Con cada percepción se enciende la conciencia de corporalidad (impresión sensorial + tono afectivo). Como ésta es inalterable e indivisible forma el “yo corporal”. En cuanto a las Psicosis hipocondríacas, Wernicke piensa que estarán esencialmente determinadas por la alteración psicosensorial patológica, de la identificación de las sensaciones orgánicas. Como esta identificación es puramente subjetiva, y el paciente la expresa con una metáfora, el psiquiatra queda supeditado a la interpretación que él pueda elaborar de esa metáfora. Entiende que la localización de las sensaciones patológicas que describe el paciente, es a menudo totalmente indefinida y difusa, pudiendo estar afectados todos los campos del cuerpo. Ahora lo que nos plantea este autor es una discusión muy importante, creo que esencial, respecto a cuales serían psicosis hipocondríacas puras y cuáles no lo serían. Las Psicosis hipocondríacas puras serían somatopsicosis puras, y autopsicosis, en las cuales las sensaciones corporales alteradas, serían entendidas por quien las padece como el resultado de una enfermedad de su propio cuerpo, dejando totalmente de lado todo lo que podría provenir del mundo externo. Psicosis hipocondríacas no puras. Es decir separa de las somatopsicosis puras (autopsicosis), de todas las alopsicosis que bien pueden tener síntomas hipocondríacos, incluso ser estos el eje del delirio, pero la presencia de influencia externa, sería para Wernicke, causa suficiente para excluirlas de las Psicosis hipocondríacas puras. Por otra parte entiende que en el caso de las Psicosis hipocondríacas puras, la sensación corporal anormal se acompaña de un sentimiento de perplejidad y extrañamiento hacia el propio cuerpo y una angustia honda, profunda, inseparable de la percepción de transformación del propio cuerpo, que a veces se manifiesta con perplejidad e inhibición psicomotora y a veces con agitación motora y desesperados pedidos de ayuda. Por eso Wernicke la llama Psicosis de angustia hipocondríaca. En las psicosis somatopsíquicas, la alteración del estado de ánimo es lo suficientemente importante, como para dar lugar a pensar que las sensaciones corporales anormales y las ideas que surgen tratando de explicarlas, están afectivamente condicionadas. Este es un esquema de la concepción de Wernicke (Figura 5). Estas sensaciones corporales anormales, de connotación en general fantástica, parecen surgir o acompañarse de un estado de ánimo patológico de profunda angustia y desesperación, por eso estaría justificado el nombre de Psicosis de angustia hipocondríaca. Dan lugar muchas veces a autolesiones, rechazo de alimentos e impulsividad suicida. A pesar de su gravedad en cuanto a las manifestaciones de los cuadros sintomáticos, considera que estas psicosis de comienzo agudo deben ser consideradas dentro de las enfermedades mentales curables. Integraría el grupo de las fasofrenias. Hace notar Wernicke, que en general estas psicosis presentan un complejo sintomático definido que se sostiene en el tiempo que dura la enfermedad. La gravedad del cuadro y profundidad de los síntomas, dependería del incremento del estado afectivo patológico que la determinaría, a mayor angustia y perplejidad, más se profundiza el cuadro, pero también indica mejor pronóstico. La mejoría se presenta en la medida que la angustia disminuye. En cambio una extensión del delirio, sin incremento del afecto, indicaría un mal pronóstico. La somatopsicosis intestinal ascendente circunscripta de Wernicke, es la psicosis hipocondríaca pura por excelencia. La hipocondría circunscripta intestinal se localiza con mayor frecuencia en ambos extremos del tracto intestinal, pero también puede localizarse en cualquier órgano del cuerpo que sea un espacio virtual a ser llenado, como por ejemplo las venas, las arterias, la vejiga, la vagina, la tráquea y los bronquios, etc. todo órgano que pueda eventualmente llenarse de algún material que lo va atiborrando desde el extremo distal hacia el proximal. Lo más común es la comida, las heces, la sangre que se va coagulando, el aire que se transforma en globos que van tapando el sistema respiratorio. La consecuencia es siempre la misma, sensación de estar repleto, no hay más espacio para la materia que se acumula, sensación anormal de plétora que lleva siempre a la conducta de rechazo de alimentos, y puede EDITORIAL SCIENS // 11

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