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44 - P Forcada - Marzo 2019

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Integración de las neurociencias al sistema cardiovascular - Dr. Pedro Forcada

44 - P Forcada - Marzo

Fecha de recepción: 3 de enero de 2019 // Fecha de aceptación: 15 de febrero de 2019 Integración de las neurociencias al sistema cardiovascular Dr. Pedro Forcada Doctor en Medicina, Médico Cardiólogo, especialista en Hipertensión Arterial y Mecánica Cardiovascular. Docente de la UBA, Universidad Austral y Universidad Maimónides. Exdirector del Consejo de Aspectos Psicosociales SAC. Docente del Curso Superior de Medicina del Estrés de la SAMES. Presidente a Artery LATAM 2016-2018. Resumen En este artículo se analiza la relación entre el sistema nervioso y el cardiovascular en forma interactiva y desde la perspectiva más abarcativa de la “red alostática” y las Neurociencias. Desde el ambioma hasta las diferentes condiciones resultantes, como el estrés, la depresión o el deterioro cognitivo, se observa la interacción con los factores de riesgo y la enfermedad cardiovascular misma. Esta interacción es bidireccional y compleja y si la intervención en cada uno de estos campos, tanto el cardiovascular como las neurociencias, no es abarcativa contemplando la interacción, esta puede ser potenciadora tanto para buenos como para malos resultados en el desarrollo de estas patologías, pero fundamentalmente para la evolución del individuo enfermo. Esta nueva visión requiere del desarrollo en los profesionales de nuevas habilidades y perspectivas en el campo de la transdisciplina y el trabajo en un equipo de salud. Palabras clave Neurociencias – Alostasis – Factores de riesgo cardiovascular – Factores psicosociales – Cardiología de la conducta. El ser humano ha sido expuesto gradualmente a lo largo de generaciones a la globalización y urbanización, y esto ha generado niveles crecientes de estrés, cada vez con más frecuencia. simultáneo y en particular, en mayor proporción percibido que real. Esto determina la activación del sistema de alerta y la puesta en marcha de mecanismos de respuesta, encargados de recomponer la homeostasis (el equilibrio), conocidos como “alostáticos” (1) (Figura 1). Cuando el o los estresores se mantienen o los mecanismos de compensación se activan en forma persistente se genera una situación patológica conocida como “carga alostática”. Ambas condiciones o su coexistencia, son causantes de enfermedad (2, 3). Con los avances tecnológicos de los últimos 50 años la Medicina se ha compartimentalizado y se enfocan cada vez más las patologías como diferentes sistemas u órganos enfermos aislados. En paralelo, una nueva corriente de pensamiento científico, las Neurociencias, han conectado a los sistemas nervioso, cardiovascular, endócrino e Inmune y se ha generado incluso una nueva transdisciplina, la Psicoinmunoendocrinología, que estudia la relación entre ellos bajo un suprasistema, denominado la Red alostática (4, 5). Desde esta perspectiva, por ejemplo, la respuesta al estrés involucra a la Red alostática y el éxito o el fracaso para lograr recuperar la homeostasis (el equilibrio) lleva a la “carga alostática” con el desarrollo de enfermedad “sistémica” (6) (Enfermedades psiquiátricas, cardiovasculares, endocrinas o autoinmunes entre otras). En un ejemplo práctico, el sistema nervioso percibe el estrés de uno o múltiples focos reales o imaginados y desde el desde varias regiones (la amígdala, la corteza hipocampal y prefrontal) viajan estímulos hacia el hipotálamo y la hipófisis, que activan la red y sus efectores: el sistema nervioso autónomo, el sistema cardiovascular, el sistema endocrino, fundamentalmente las glándulas suprarrenales y el sistema inmune. Enfocada la respuesta desde el simple binomio “lucha o huida”, la relación entre el estímulo y la respuesta puede llevar varios escenarios, a) controlar la situación y si el estímulo no cesa, b) una situación indefinida y c) en caso de no alcanzar el control, sucumbir frente a la misma. La respuesta más visible y predominante es la activación de la rama simpática del sistema nervioso autónomo y, en consecuencia, la aceleración del sistema cardiovascular. Esta se encadena con la activación suprarrenal sumando los mineralocorticoides a las catecolaminas, con marcados efectos metabólicos catabólicos e involucrando al sistema inmune que agrega las citokinas inflamatorias. Al cesar la respuesta, el sistema de reparación involucra a la rama parasimpática, que desacelera el sistema cardiovascular, e induce en la suprarrenales la producción de glucocorticoides Forcada Pedro. “Integración de las neurociencias al sistema cardiovascular”. Farmacología Cardiovascular 2019;44:8-14 8 // EDITORIAL SCIENS

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