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64 - Novedades - Octubre 2010

64 - Novedades - Octubre

n Novedades ¿Niños bipolares o con déficit en la regulación del estado de ánimo? Dra. María Cristina Brió Trabajos recientes en Psiquiatría infantojuvenil están abordando la importancia de definir y discriminar si todo trastorno que incluye como fenotipo la irritabilidad grave no episódica, debe ser diagnosticado como bipolaridad. Se trata de establecer si la falta de regulación del afecto, de la conducta y de la atención puede corresponder al diagnóstico de bipolaridad infantojuvenil o si se trataría de una entidad diferente. En la última década se observó un incremento alarmante en la tasa de diagnósticos de bipolaridad en niños y adolescentes lo que implicó, a su vez, un aumento en las prescripciones de antipsicóticos. Argyris Stringaris y colaboradores realizaron una investigación longitudinal con 177 niños divididos en dos grupos, uno con diagnóstico de bipolaridad y el otro con irritabilidad marcada no episódica. Para ello definieron a este último grupo como niños con falta grave de regulación del estado de ánimo (severe mood dysregulation, SMD), con la intención de incluir a estos pacientes en los que el diagnóstico de bipolaridad estaba en duda. Los criterios para definir el SMD requieren la presencia de un humor negativo, persistente y no episódico, estallidos violentos de enojo, acompañado de al menos tres de los siguientes síntomas: agitación, insomnio, verborrea, fuga de ideas y distractibilidad. Los pacientes bipolares reunían criterios del DSM IV para esa patología, con historia de al menos un episodio de hipomanía o manía. Durante estos episodios debía estar presente un humor expansivo y al menos tres de los síntomas del criterio B del DSM IV. Por otro lado, los pacientes con SMD debían presentar un estado de ánimo anormal, con enojo o tristeza marcada al menos la mitad del día de un gran número de días y con una gravedad que fuera advertida por personas que compartían el entorno. Además, comparados con sus pares, estos niños exhibían una hiperreactividad manifestada por berrinches al menos tres veces por semana, síntomas de hiperarousal (insomnio, verborrea, fuga de ideas, distractibilidad y agitación psicomotriz). Los síntomas deben estar presentes antes de los 12 años, por lo menos 1 año con un período libre no mayor de 2 meses y deben causar un importante deterioro en la vida cotidiana, social y escolar del paciente. Euforia, manía o hipomanía que persistieron más de un día fueron características excluyentes del SMD. Luego de la evaluación inicial, se realizó un seguimiento longitudinal por 6 meses con la intención de establecer si los pacientes que presentaban un fenotipo de irritabilidad no episódica evolucionaban hacia una forma más clásica de bipolaridad. Estudios previos indicaron que los niños y jóvenes con irritabilidad marcada presentaron menos antecedentes familiares de bipolaridad y un riesgo más alto de padecer trastornos depresivos o ansiedad generalizada en la adultez. Con respecto a este estudio, los investigadores concluyeron que el SMD no representa una forma temprana de bipolaridad aunque estas dos entidades compartan características fisiopatológicas, déficit en el procesamiento de las emociones y falta de flexibilidad cognitiva. Esta concepción acarrea importantes diferencias en la organización de la estrategia terapéutica, ya que si un paciente con SMD es visto como un bipolar temprano el clínico prescribirá drogas antipsicóticas o estabilizantes del estado de ánimo. Alternativamente, si estas características se ven más cercanas a los trastornos de ansiedad o depresión, es probable que el médico tratante tenga en cuenta la prescripción de medicación antidepresiva. Por último, se requieren más estudios para esclarecer las posibles superposiciones entre bipolaridad, SMD, negativismo desafiante, depresión mayor y otras patologías psiquiátricas lo que permitiría dar una explicación dimensional ante la posibilidad de que estas entidades compartan mecanismos fisiopatológicos. Stringaris A y col. Pediatric bipolar disorder versus severe mood dysregulation: risk for manic episodes on follow up. JAACAP. 49(4): 397-405. 38 // EDITORIAL SCIENS

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