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65 - L Allegro- Noviembre 2010

65 - L Allegro- Noviembre

Psicofarmacología 10:65, Noviembre 2010 é Sección Ética Por el Profesor Doctor Luis Allegro El valor de los principios de la Bioética. El principio de autonomía En la segunda mitad del siglo XX, la Ética aplicada a la salud, adquirió un desarrollo muy importante con el nombre de Bioética. En Tuskegee, Alabama (Estados Unidos) entre 1932 y 1972 se llevó a cabo un estudio en 399 negros analfabetos, para observar la progresión de la sífilis que no era tratada. Como reacción a este experimento, en 1974, el Congreso de los Estados Unidos creó una comisión para estudiar y desarrollar conceptos éticos destinados a cuidar y proteger al ser humano especialmente en los estudios de investigación médica. Dicha comisión redactó lo que se conoce con el nombre de Informe Belmont, que subrayaba el respeto por las personas enfermas en la práctica profesional y que fue el documento inicial de esta nueva disciplina que se llama Bioética. En dicho informe, se estipularon tres principios de la bioética como básicos, estos son los Principios de Beneficencia, de Justicia y de Autonomía. Un año después Tom Beauchamp y James Franklin Chlidress agregaron el cuarto principio de No maleficencia. A estos principios ya me dediqué en una nota anterior. La importancia de estos principios frente a las situaciones éticas dilemáticas En filosofía, Dilema es el nombre que recibe un argumento cuando es presentado en forma de silogismo con "dos cuernos". Por eso se lo llama también syllogismus cornutus, porque dicho argumento posee una proposición disyuntiva con dos salidas que son igualmente afirmativas. En filosofía se trata de argumentos, pero en medicina se trata de situaciones. Así, una situación es “éticamente dilemática”, cuando presenta dos posiciones que en apariencia son igualmente positivas. El valor intrínseco de estos principios Si analizamos estos principios podemos ver que de los cuatro, uno es de naturaleza diferente de los demás. Tanto en el Principio de Beneficencia como en los de Maleficencia y Justicia podemos ver con claridad que dependen de factores extraños al paciente y que están fuera de él, pero en cambio el Principio de Autonomía depende exclusivamente de él. Es más, depende del grado de desarrollo madurativo que haya logrado. Llamamos autonomía a la capacidad que una persona ha logrado para tomar sus propias decisiones y autogobernarse en una forma eficaz y suficiente, que le permita solventar sus propias necesidades. La autonomía se va logrando con el desarrollo madurativo de todas las facultades, especialmente las psíquicas. Pero esta autonomía también puede perderse transitoria o definitivamente cuando el individuo padece un proceso patológico. La patología produce una regresión psicológica que funciona como una defensa. Dilemas éticos determinados por alteraciones de la autonomía En la Sociedad de Ética en Medicina (SEM) de la Asociación Médica Argentina (AMA), las Dras. Margarita Alfano, Silvia Balzano y Liliana Rodríguez Elénico, presentaron el caso de un paciente portador de la enfermedad Corea de Huntington en el que se dio precisamente un problema dilemático basado en el criterio de autonomía del paciente que deseaba su propia muerte. El caso de los que se someten a una huelga de hambre Está el caso de quienes −generalmente por razones políticas− se someten a una huelga de hambre. Esto plantea desde el punto de vista ético, un problema que puede ser tomado como una situación dilemática porque enfrentaría dos principios de la Bioética que son: el principio de Beneficencia que le indica al médico salvar la vida, y el de Autonomía, que propone respetar la voluntad del paciente sobre su propio cuerpo y su vida. En el periódico El Mercurio de Chile, apareció en septiembre de 2010 una nota escrita por el Dr. Jaime Burrows, en la que analiza esta situación diciendo que en el caso de la huelga de hambre, el objetivo del actor es mostrar en forma no violenta el deseo de que se corrija una situación que considera injusta. El terminar con la vida no es el objetivo buscado. De todos modos, sabemos que el riesgo vital puede existir y entonces el dilema es cuál sería la actitud ética del médico si aparece esa situación. Esto nos aproxima bastante al problema de un paciente que ha efectuado un intento de suicidio. ¿Cuál es la conducta ética? Aquí predomina el Principio de Beneficencia, que significa salvarle la vida. Declaración de Malta de la Asociación Médica Mundial sobre las Personas en huelga de hambre (Malta 1991, Marbella1992) Este es un documento escrito por WMA (The World Medical Association). Expongo a continuación solamente una parte de dicho documento: 1.1. Cada ser humano tiene la obligación moral de respetar el aspecto sagrado de la vida. Esto es especialmente evidente en el caso de un médico que aplica sus conocimientos para salvar la vida y actuar en beneficio de sus pacientes. 1.2. Es deber del médico respetar la autonomía que el paciente tiene sobre su persona. El médico necesita el consentimiento informado de sus pacientes antes de aplicar sus conocimientos para ayudarlos, a menos que existan circunstancias de emergencia, en cuyo caso el médico debe actuar en beneficio de los pacientes. 2. Este conflicto es aparente cuando una persona en huelga de hambre, que ha dejado instrucciones claras de no ser resucitado, entra en coma y está a punto de morir. La obligación moral fuerza al médico a resucitar al paciente, incluso cuando va contra los deseos de éste. Por otra parte, el deber fuerza al médico a respetar la autonomía del paciente. Conclusión El objeto de esta nota es hacer un estudio de esta declaración para poder captar el espíritu ético que la anima. En una síntesis de su contenido se puede decir que desarrolla una propuesta para que el médico que está al cuidado de una persona en esta situación, deba abordarla en un primer momento priorizando el Principio de Autonomía que es la forma de respetar su voluntad, pero teniendo muy presente que en cuanto los signos vitales indiquen peligro de muerte, deba actuar de acuerdo al Principio de Beneficencia que obliga siempre a cuidar la vida. Esto significa que es el estado vital de esa persona la que debe indicar la actitud ética del médico. Si hay peligro de muerte no hay autonomía en el paciente. Prof. Dr. Luis Allegro Presidente de la Sociedad de Ética en Medicina, AMA. Miembro del Consejo Académico de Ética en Medicina, Academia Nacional de Medicina. Ex Profesor Titular de Psicopatología y Psiquiatría, Universidad de Rosario. Full Member of the International Psychoanalytic Association. EDITORIAL SCIENS // 7

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