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88 - L Allegro- Octubre 2014

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88 - L Allegro- Octubre

Psicofarmacología 14:88, Octubre 2014 Ética Prof. Dr. Luis Allegro Presidente de Honor de la Sociedad de Ética en Medicina, AMA. Miembro del Consejo Académico de Ética en Medicina, Academia Nacional de Medicina. Ex Profesor Titular de Psicopatología y Psiquiatría, Universidad de Rosario. Full Member of the International Psychoanalytic Association. Claves éticas en el tratamiento de la salud mental La Dra. Laura Weiss Roberts es una psiquiatra americana que se ha dedicado a la ética en psicopatología. Ha estudiado los elementos esenciales para desarrollar una ética aplicada a la atención de la salud mental y armado un conjunto de claves éticas para la práctica profesional. Las habilidades clínicas e interpersonales debieran desarrollarse dentro de un marco de bienestar y solvencia. Inicialmente deberían manifestarse en la solución de un problema ético que va más allá de las guías escritas, leyes y códigos. La formación clínica y, sobre todo si hay una actitud natural favorecedora, permite a los profesionales de la salud mental resolver los problemas incluso con sutilezas y matices para poder ver más allá de lo superficial, las motivaciones ocultas o inconscientes. Estas habilidades -que pueden tornarse en hábitos - llegan a constituir la base de la evaluación de las cuestiones morales y permiten resolver exitosamente los dilemas éticos. La práctica profesional que realiza el psiquiatra, psicopatólogo, psicólogo o psicoanalista requiere tener en cuenta un conjunto de actitudes y aptitudes internas favorecedoras. La primera y esencial clave ética, es desarrollar la habilidad de identificar los perfiles éticos propios de cada tratamiento, especialmente teniendo en cuenta las cualidades éticas propias del paciente y que intervendrán inevitablemente en la cura del mismo. Esto significa una especial sensibilidad y habilidad para aplicar principios éticos, tales como el respeto por las personas teniendo presentes los principios de beneficencia, autonomía, no maleficencia y justicia. A esto es importante agregar los criterios de verdad y de fidelidad. Es necesario incluir una franca apreciación por la toma de decisiones alternativas en la praxis que puede ser diferente, por ejemplo en la decisión de hospitalización para una persona mayor con comienzos de enfermedad de Alzheimer, o un adulto con un desorden bipolar, o un joven con el síndrome de Down. En la atención de la salud mental es importante discernir en un paciente su trayectoria cultural, religiosa o de creencias espirituales, y un cuadro de historia personal con valores a través de los cuales el paciente ha captado o ha comprendido su proceso patológico. Esto es importante especialmente frente a la decisión que debe tomar. En el tratamiento de un adicto, el profesional debe tener muy en cuenta cuáles son los márgenes de la capacidad de autonomía del paciente. La segunda clave es la habilidad para captar como pueden influir tanto la historia personal del paciente y como también el conocimiento que éste posee sobre su padecimiento, en el desarrollo del tratamiento. En este sentido es importante tener en cuenta en aquellos casos de pacientes que han sido derivados por un colega, la influencia que produce cuando este incluye sus opiniones sobre el diagnóstico y especialmente cuando, por ejemplo, solicita la prescripción de un ansiolítico. La tercera clave es la habilidad para identificar las áreas de la propia experiencia clínica y trabajar sin tener en cuenta sus propios límites. Esto es muy importante porque trabajar fuera de los límites de las propias capacidades terapéuticas seguramente va a significar una atención que estará también fuera de los intereses del paciente equivalente a una especie de abandono de este. La cuarta clave es la habilidad de anticipar riesgos éticos en situaciones problemáticas. Estas situaciones se refieren usualmente un aparente justificativo ético para un uso del poder que asegura la protección del paciente. Por ejemplo, el tratar a un paciente con HIV que no quiere informarlo a su pareja sexual. La quinta clave es la habilidad para recabar información requiriendo consultas de adicionales informes con el objeto de clarificar y resolver el conflicto. Esta cuestión puede incluir la lectura de prácticas clínicas o de guías éticas, o las conversaciones con un supervisor, o buscando consejo que tiene una experiencia especializada o recabando consultas de carácter legal, etc. La sexta clave es la de tener cuidados éticos adicionales con el fin de cuidar y proteger la tarea terapéutica. Esto significa tomar las medidas necesarias como para que tanto el profesional como el paciente tengan la protección física y legal necesaria para llevar a cabo la terapia en condiciones saludables. Es importante tener en cuenta que tanto el paciente como el profesional requieren ser cuidados y protegidos. Estas claves significan una base ética en la práctica de la enfermedad mental y también en otros campos clínicos de la medicina. Constituyen un conjunto de componentes conductuales que son potencialmente observables y mensurables. Su realización práctica evita errores y consecuencias negativas. EDITORIAL SCIENS // 5

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