Views
4 years ago

9 - L Allegro - Mayo de 2010

Columna de Ética. La “alianza terapéutica” en Cardiología

9 - L Allegro - Mayo de

Columna de Ética Prof. Dr. Luis Allegro Presidente de la Sociedad de Ética en Medicina, AMA. Miembro del Consejo Académico de Ética en Medicina, Academia Nacional de Medicina. Ex Profesor Titular de Psicopatología y Psiquiatría, Universidad de Rosario. Full Member of the International Psychoanalytic Association. La “alianza terapéutica” en Cardiología “Nada hay más fundamental y elemental en el quehacer del médico que su relación inmediata philia permanente”. Pedro Laín Entralgo La enfermedad cardiovascular implica una historia de vida que suele ser de larga duración. Es importante que en ella se instale una relación médico-paciente de colaboración recíproca. Al concepto de “alianza terapéutica” -que viene del campo de la psicoterapia y del psicoanálisis- es muy bueno tenerlo presente y cultivarlo. Es fundamental que exista una buena relación entre el paciente y el médico. Ella siempre positiviza el efecto terapéutico. La profesión médica surge de: 1) una necesidad del paciente impuesta por su padecimiento; 2) de la presencia de quien se dedica a atender dicho padecimiento, y 3) de la relación que se establece entre ambos. Esto no ha cambiado con el paso del tiempo. La condición de amistad es la esencia de esta relación. Se la conoce también con el nombre de empatía (que vino a reemplazar el término “philia”) o amistad médica. P. Laín Entralgo en La relación médico-enfermo (Madrid. Alianza Universidad. Es-paña. 1983:23) escribe que en la Grecia clásica existía una relación muy importante de amistad entre el médico y el enfermo basada en “el amor al arte de acción de la naturaleza humana”. El concepto era que la enfermedad era una resultante de la lucha de terribles fuerzas negativas (anánkai) que la naturaleza impone a la condición mortal o incurable de la enfermedad. Laín Entralgo continúa diciendo que con la aparición del cristianismo, en la relación médico paciente se conformó un concepto de vida en el que el amor como misericordia adopta la forma de asistencia caritativa a los enfermos. La medicina se torna en el arte de curar y se constituye en el ars médica. En cierto sentido, la alianza terapéutica es la construcción de un vínculo entre el profesional y el paciente cuya finalidad es la colaboración recíproca destinada a obtener un fin: la curación. El término de “alianza” está constituido por “el acuerdo entre el médico y el paciente sobre el objetivo terapéutico”. Se sobreentiende que esto incluye “todo lo que es necesario efectuar para lograr dicho objetivo propuesto”. A esto se agrega el vínculo emocional que se crea entre los dos intervinientes principales de la tarea. Se ha escrito bastante sobre el valor predictivo de la alianza terapéutica en cuanto a los resultados de la cura, pero indudablemente su valor más importante es el de que una buena alianza terapéutica crea las mejores condiciones para que se realice un buen proceso terapéutico. Una buena relación médico-paciente reactiva en el nivel inconsciente al pensamiento mágico. En dicho nivel las imágenes del médico y del mago llegan a confundirse. Jung ha estudiado esto y postula que existe un inconsciente personal que se inscribe en un inconsciente colectivo de carácter heredado, el cual es común a todos los hombres y que aparece reflejado en los mitos universales. El pensamiento mágico tiene su raíz en este inconsciente colectivo. La relación médico-paciente en cierto sentido posee este aspecto mágico. El “arte de curar” se configura cuando el médico logra administrar la cura -que en el fondo significa cuidar- con maestría. Ello se logra más eficazmente cuando se ha establecido una buena alianza terapéutica. Entonces la cura adquiere la calidad de una obra de arte. Condiciones que favorecen el establecimiento de una buena alianza terapéutica La responsabilidad de la alianza terapéutica corresponde por igual tanto al profesional médico como al paciente. Pero es necesario tener en cuenta que el médico puede manejarse en un nivel de mayor madurez emocional por la situación de dependencia del paciente y por su experiencia profesional. En el médico, se pueden señalar las siguientes: 1. Un auténtico y genuino interés por la persona del paciente y por su padecimiento en el sentido de solucionarlo de la mejor manera posible. 2. Respetar su rol de médico y no dejar que se confunda con el rol de padre omnipotente que el paciente sistemáticamente intenta promover. 3. Garantizar que el paciente puede “contar con él” como médico. 4. Que el médico se va a constituir en un buen depositario de su confianza y de su esperanza. 5. En este sentido, debe ofrecerle la mayor continencia posible dentro del margen profesional En el paciente se puede decir que esta actitud del profesional generalmente promueve una respuesta igual “en espejo”. Por lo tanto se puede señalar: 1. Que el paciente necesita aprender a comprender y respetar cuales son las posibilidades y cuales las limitaciones del accionar terapéutico de su médico. 2. Que es importante que establezca una relación de responsabilidad recíproca entre ambos. Cuando esto se logra se forma la primera espira de una espiral que termina constituyendo un “continuum” en el tiempo que abarca todo el tratamiento y puede continuar mucho más allá en el tiempo. Editorial Sciens | 5

Biblioteca

Av. García del Río 2585 Piso 12 A - C.A.B.A
+54 11 2092 1646 | info@sciens.com.ar

Editorial Sciens, Todos los Derechos Reservados 2015